Capítulo 15.- Frankie Harrison.

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Mi teléfono no paraba de sonar. Sabía que Sam se molestaría. Lo sabía jodidamente bien. Habíamos acordado avisarle al otro si saldría o algo por el estilo. Solo para asegurarnos de que ambos estábamos bien. Algo cansada de aquel tono-el cual amaba realmente-puse mi teléfono en silencio. Fije la vista en el restaurante de los Ivannova. Estacioné el auto en uno de los pocos espacios libres.

Creo que está algo lleno.

Cuando entré, tomé asiento en una de las mesas que eran para dos. Las personas que estaban ahí me veían con pena.

En mi defensa, solo tengo hambre.

Le dí una ojeada al menú, sabiendo que elegiría exactamente lo mismo que la noche anterior; pollo en salsa blanca. Sonreí cuando una rubia de ojos grises, casi irreales, apareció para tomar mi orden. Suspiré aliviada de que no fuese el hermano de Alex el que me atendiera. Mi idea era simple: Comer, ir a casa. Nada complicada. Evitar a Alex y a su familia, por ahora.

-¿Desea ordenar ya? ¿O espera a alguien?-miré su maquillaje, nada excesivo. Me gustaba esta chica. Ojalá no solo sea bonita físicamente.

-Pollo en salsa blanca, un té frío...-sonreí, era la primera vez que pedía algo por mí misma. Era muy tímida para hacer eso. Pero como todo lo bueno tiene que terminar...

-¿Esos son tus ojos reales?-pregunté sin ninguna discreción. Mamá siempre lo decía. No sabía decir las cosas. Una risa incómoda salió de sus labios.

-¡Me debes una guitarra, Ivannova!-gritó con una sonrisa. Su mirada volvió a mí.-Completamente naturales.-me guiñó y se fue con mi orden.

Miré a mi alrededor. Tal vez hubiese sido mejor haberla pedido para llevar. Pero ya no podía hacerlo. En una esquina, habían adultos en traje, teniendo una reunión, supongo. En la otra esquina, mujeres adultas vistiendo formal, otra reunión supuse. Y como la primera vez que vine, la pareja de adultos mayores estaban ahí, riendo, compartiendo... queriéndose mutuamente. Y por primera vez, anhelé un amor así.

-Su orden.-la voz de Jeff se hizo presente en mi pequeña burbuja personal.-Samantha. Vaya, así que, ¿por ti tengo que darle la guitarra a Frankie?-rió, como si eso fuese un chiste.

-Jeff.-dije a modo de saludo.- Yo, eh, ¿así que ese es su nombre? ¿Frankie?

-Frankie Harrison, mi novia, vocalista de una banda. Sip, ella.-sonrió orgulloso de haber dicho eso. Me guiñó y se alejó, para que disfrutara de mí comida, a medio camino, volvió a mi mesa.-Alex no está.

Un sonrojo cubrió mis mejillas, lo sentí.

-Yo, no, digo, solo tenía, ya sabes, algo de hambre.-intenté esconderme en mi cabello, pero era estúpido así que lo dejé.

-Era para que pudieras comer tranquila. Él no sabrá que estuviste aquí.-dió media vuelta, y ésta vez, no regresó.

~*~

Cuando llegué a casa sentí una rara sensación, esa que te hace sentir estúpida. Me hubiese gustado encontrarme a Alex. Introduje la llave para abrir la puerta principal, no había nadie. Subí a mi cuarto, me cambie y comencé con algunos de mis deberes. Oh, matemáticas, eres una creación del diablo.

En el momento que terminé con esos deberes, eran las nueve con treinta. Tomé mi laptop dispuesta a ponerle un mensaje a Alex, pero me distraje mientras buscaba alguna película en Netflix. Esa noche y parte de la madrugada se fue en ver películas, y lo único que dije que haría, no lo hice.

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Me hubiera gustado que fuese más largo, hace tiempo que no actualizo y estoy super pérdida con el hilo de la historia, a veces, ni siquiera me convence continuarla pero a ustedes les gusta, y les agradezco demasiado que sigan aquí. Ojalá puedan pasarse en alguna de mis otras dos historias.

L@s amoo.💜

Cambio y fuera.

-Me.

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⏰ Última actualización: Jun 06, 2016 ⏰

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