Capítulo 14.- Mientras más amigos, más problemas.

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*Samantha*

-Lo siento, Sam. Realmente tengo que irme.—hablé muy rápido.— Tengo tarea y...

-Pero, la tarea es para la otra semana.—Samuel me tomó de los hombros para mantenerme quieta.— Además, ayer publicaron los puntos actuales, vas de primera tanto en notas como puntos.

Lo miré muy ansiosa, el fin de semana iría a cenar con la familia de Alex, lo que significa que tengo menos tiempo, prefiero hacerlo hoy, viernes, y planear como actuaré el domingo. Ya decepcioné a la señora una vez, no puedo arriesgarme de nuevo.

-Sam, realmente no puedo.—me paré de puntillas y besé su mejilla.— Te prometo que cuando tenga un espacio libre será dedicado completamente a ti.

Corrí antes de que pudiera replicarle algo, empecé a meter los dos libros de español; actividades y el otro de lecturas. Estaba tan concentrada en los libros y corriendo, que no noté cuando tropecé. O cuando muchos papeles volaron. Y que esos papeles no eran míos. Un dolor agudo se presentó en mi retaguardia—bien sofisticada la palabra— y noté que estaba en el piso, había caído de trasero.

-¿¡Podrías fijarte por dónde vas!? Maldita nerd.—gruñó una voz desconocida para mí. Unos brazos me ayudaron a levantarme, yo todavía seguía en shock. ¿Todo esto por escapar de Sam?

-¿Estás bien, Sam?—¿Ethan? ¿En serio?

-Perfectamente.—me aparté de él, y empecé a ayudarle a la ¿¡porrista!?—Lo siento.—susurré, lo sufienciente para que me escuchara.

-¿Juliette?—dijo Ethan.—¿Qué tienes que decir al respecto?

-También lo siento.—se disculpó mientras recogía aquel montón de papeles.

Me atreví a mirar uno, era uno de los chicos, ¿Calum? Me tomé el atrevimiento nuevamente y ví otro, ¿Sam? Sí, era él. Yo había visto fotos, incluso vídeos pero esto, esto es arte, podrías poner una foto y sería exactamente lo mismo, claro, a grafito.

-Son muy...—no terminé la oración, cuando ya había arrebatado los dibujos de mi mano, para sorpresa mía, me tendió una mano para que me levantara. La tomé.

-Lo siento, es que son personales.—sonrió un poco tensa. Su tez era blanca, demasiado. Como si nunca se hubiese expuesto al Sol en su vida. Su cabello era un negro intenso. De esos que desearías tener. Pero por cosas de la vida, no lo tienes.

-Samantha Acevedo.—me presenté con una sonrisa tímida, por una temporada, esa será la que más me caracterice.

-Juliette Moon.—sonrió.— Hermana menor de la capitana de porristas. Aspirante a una.

-Eres una de los cinco estudiantes en la tabla de notas.—suspiré.— Y ni siquiera vas en último año. ¿Por qué ser porrista?

-Sabes, las porristas no son tontas.—la miré frunciendo el ceño.— De acuerdo, no casi todas. Quiero demostrar que para ser inteligente no hay que ser fea. Y que por ser linda, no hay que ser cabeza hueca.

-Me agradas, Juliette.—sonreí satisfecha.— Por cierto, ¿a qué va ese nombre?

-A mis padres les gusta las novelas extranjeras.—se encogió de hombros.— Aún así, me gusta mi nombre.

-A mí igual.—alguien carraspeo y supe que Ethan no se había movido de ahí.— Sabes, Juliette, creo que me voy. Nos vemos el lunes.

Ella asintió y se despidió con la mano. Ethan se colocó a su lado, le susurró algo al oído y ella se sonrojó. Se volteó y lo besó. En los labios. Me voltee, no por celos, me sentía incómoda. Esto iba a ser un problema. Realmente quiero ser amiga de Juliette, pero odio a Ethan. Esto sería demasiado complicado para mí.

~*~.

-Lo sé, Sam. Creo que es su novia.—llevo media hora hablando con Sam por medio del teléfono.— Es una lástima, pensé que la chica aspiraría a algo mejor que Ethan.

-¡Oye!—reprochó.— Te recuerdo que es una copia de mí.

-Es más molestó que tú.—le recordé.

-Touché.—sonreí.— Pequeña niña roba sobrenombres, tengo que colgar, ¿te parece si te llamo luego?

-Claro, gemelo Dolan.—se escuchó el "bip" que significaba que había colgado. Me levanté en mi pijama de osos panda. Tenía hambre. Y mucha.

Mi madre se había ido con aquel señor, que dice ser mi padre.

«Padre no es quien engendra, sino quien cría.» pensé.

Fui a ver a la despensa si había algo rápido de hacer. No había nada. Miré el reloj de la cocina.

«Cinco con treinta.»

Miré mi pijama y no tuve otra opción que cambiarme. Miré la camisa de estrellas que llevaba. El jeans negro y las botas bajas. No me veía muy mal. Arreglé mi pelo en una cola alta y listo.

Tomé mi teléfono, y las llaves del coche, había sacado mi licencia hace un año pero prefería caminar. Pero para ir al restaurante que quedaba a una hora de aquí en auto duraría en llegar a pie todo un fin de semana.

Si quería cenar algo decente, tendría que ir hacía allá, puse el radio y empezó a sonar Love Yourself de Justin Bieber. No era fan del cantante pero esa era una buena canción. La tararee hasta que terminó y de nuevo me aburrí.

Mi móvil comenzó a sonar al sonido de la intro de The Walking Dead. Justo cuando iba a contestar mi celular cayó debajo del asiento del conductor.

-Maldita sea.—gruñí.

Estacioné en una gasolinera. Le pedí al empleado que la llenara con regular. El chico con el cabello grasiento parecía que odiaba su vida por tener que estar ahí. Intente darle fuerzas pero lo único que conseguí fue un gruñido de su parte. Logré tomar mi teléfono, fue entonces que me decidí a enviar un mensaje.

Para: Samuel Dolan.

Oye, gemelo Dolan. Iré al restaurante, espero no te importe. Aunque sabes que iré de todas formas.

-S.B.

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Holaa lectores míos:3

Bueno, este capítulo es... especial por así decirlo. Tiene dedicatoria, la cual pondré cuando me conecte a una computadora. Les regale este capítulo porque mañana es mi cumpleaños 🙆. Exacto, un añito más de vida.

Vienen las preguntas:

1. ¿Sus padres siguen juntos o están separados?

2. ¿Tienen mejor amiga/amiga?

Bueno, acá ésta una de las personajes que me pidieron, aclaro, la señorita Juliette aparecerá mucho por aquí.

Fin del comunicado.💜

-Me.

Entre Nerds.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora