Prologo-William

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Un tiempo atrás...


Odiaba los primeros días de clase, refunfuñe mientras caminaba por el pasillo, varias estudiantes dándome miradas lascivas mientras pasaba a su lado. Evite rodar los ojos ante sus expresiones de cachorro.

Era ridículo.

Tenia necesidades muy especificas que no podían ser llenadas por cualquier adolescente hormonada. En realidad nunca me llamaron mucho la atención, demasiado sensibles, demasiado superficiales.

Supongo que por eso aun conservaba este trabajo, ganaba suficiente con mis artículos de investigación y ya era uno de los directores del programa. No necesitaba enseñar, pero bueno, cualquier cosa en la que yo pudiera dominar era una tentación que no podía rechazar. Ademas, este trabajo me mantenía ocupado y lejos del tedio de estar encerrado en un estudio leyendo montones de papeleo.

Entre en el salón 308 del Hilton Hall, varios estudiantes ya estaban en sus asientos y como era regular mis nuevas jóvenes alumnas se quedaron boquiabiertas. Disfrutaba de aquella expresión en sus rostros como si hubieran descubierto un ser mítico.

Aunque había visto a muchos de mis compañeros en el campo de la educación y dejando la modestia a un lado era por mucho mas joven y mas atractivo.

Como culparlas?

Mantuve mi actitud estoica y distante aparte de mi diversión interna.

Aun faltaban 5 minutos, varios estudiantes se apresuraron a entrar, fue entonces cuando estudie el salón y la vi.

Una joven de largo cabello negro, piel pálida pero con un saludable tono rosa en sus mejillas y ojos pardos.

y Lo que me decía esos ojos, la pequeña descarada me veía como un pedazo de carne, como su comida favorita. Reprimí una sonrisa, cuando mi mirada se cruzo con la suya sus ojos miraron abajo, en una reacción inconsciente.

Interesante.

Empece con la presentación, mirando a todos los rostros con los que estaría atascado este semestre. Pero mi atención nunca se aparto de la joven en la parte posterior derecha dos filas lejos de mi escritorio.

Su cuerpo pareció relajarse ante mi tono, conocía muy bien las reacciones en el cuerpo femenino y la reacción de su cuerpo a mi voz no era algo opresivo pero si mi actitud de hacia él.

Me producía placer que mi voz pareciera hacerla derretir.

-Oh, cariño! si supieras lo que puede salir de estos labios y si solo con esto te derrites, no puedo imaginar que pasaría si te dijera otras cosas- pensé con picardia

Seguí con la clase, tratando de olvidarme de la pequeña descara, pero sentía su mirada devorando cada centímetro de mi cuerpo, desde mi punto de vista, abajo en el centro del salón, me permitía verle las piernas y como sus muslos se juntaban cada vez mas.

Murmuro por un rato con su compañero de al lado y fruncí el ceño, varios estudiantes me miraban con temor y una vez mas reprimí el impulso de bufar y rodar los ojos.

Su mirada se aparto después de eso concentrándose en su cuaderno.

-Good girl- pensé.

Terminando mi explicación y a un lado mi nueva fijación por la chica, me concentre ne dar la clase

-Please, work in couples an discuss about it- fue lo ultimo que dije mientras volví a mi escritorio perdiendo mi visión privilegiada de sus muslos, pero desde mi escritorio me tome mi tiempo para escrutarla con discreción.

A solo una mesa de distancia podía ver su rostro con mas detalles. Sus labios finos y rozados, sus cejas delicadas enmarcando sus ojos grandes y vivaces, su nariz con una ligera curvatura en el tabique, imperfecta, pero armonizando con todo el conjunto de su rostro, que era hermoso.

El chico a su lado parecía mas joven de lo que probablemente era en realidad, parecía existir una familiaridad entre ellos.

El pensamiento fue irritante y se intensifico cuando trabajaron juntos.

Lo único que pareció calmar mi inquietante reacción fue el hecho de verla batallar con su mirada, podía ver claramente su lucha por evitar mirarme.

-Hazlo- la rete en mi mente. En una competencia, de la cual ella no tenia idea de que era parte. Me imagine como la castigara, sus muñecas atadas, su trasero rojo por los azotes, su torso reclinado en mi escritorio y quizá una mordaza para que no la escucharan gritar mientras me la penetro con fuerza una y otra vez...

Detuve mis pensamientos erráticos e inadecuados. Sentí mi miembro empezar a endurecerse y decidí que era el momento de pensar en algo mas antes de terminar con una erección.

Proseguí con la clase, mis pensamientos levemente olvidados.

-Someone knows what is the biblical origen of the languages- pregunte, esperando que alguno lograra sorprenderme, ya había hecho la pregunta en los otros dos cursos y nadie había respondido

Cuando la mano del reciente objeto de mi deseo levanto la mano, con timidez, eso si me sorprendió.

-Yes? Miss...- intente que mi tono serio, ocultara mi deleite

-Joselyn. Tower of Babylon- dijo en voz suave, sus ojos clavados en los míos, para nada intimidados bajo mi atención

-Can you repeat, please?- dije, con la orden implícita de que hablara mas alto

-The Tower of Babylon- dijo de nuevo, esta vez repitiendo con voz firme y confianza.

Sonreí incapaz de ocultar por mas tiempo mi sorpresa, tenia que saber mas de aquella chica, algo irreverente brillaba en sus ojos, siendo un desafió tan tentador para mi.

Para mi pesar, yo no era famoso por resistir la tentación de un buen pecado.

La clase se acabo muy pronto y con reticencia apartar mi atención de ella para empezar a guardar mis cosas de forma casual, a solo un cuando bajo el segundo escalón y a punto de bajar el ultimo, alce mi mirada trabandome con la suya. La vi tragar.

Era alta y esbelta, sus piernas eran largas y torneadas. No tenia mucho busto, pero lo compensaba con un exquisito trasero.

Usaba un jean ajustado, casi como una segunda piel y una blusa roja, sencilla de tirante.

Me imagine rasgándola, su piel contrastando de manera tentadora con el rojo.

-Goodbye Professor- dijo en un susurro encantadoramente tímida, que difería con su mirada carnal y lujuriosa

No me dio tiempo de responder, se fue caminando rápido, dándome un corto vistazo de su culo.

Estaba mal.

Era una estudiante.

Iba contra las reglas.

Y a él le encantaba romperlas.










My sole regretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora