A new beginning

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Llevábamos solo un poco mas de 5 horas de vuelta en la ciudad y William no había salido de su estudio, mientras yo había llamado a mis padres y me reportaba con Antonie que no estaba para nada feliz por haberme ido sin despedirme.

Suspire, mientras me veía en el espejo del baño.

Me sentía extraña al estar de vuelta aquí y necesitaba quitarme de encima la sensación de se iría a la mierda en cualquier instante.

Me vi en el espejo del baño y fije mis ojos en el collar que William me había puesto. La fina tela de seda blanca sostenía un fije ovalado de lapizlasuli que se apoyaba en el hueco de mi cuello, la piedra estaba enmarcada por un pequeño marco dorado del cual se aferraba la pequeña sortija que lo sostenía a la cinta blanca.

Era hermoso.

Sonreí mientras lo acariciaba con la punta de mis dedos y luego seguí desvistiendome.

En cuanto la bañera estuvo llena. Me sumergi , sentándome en el dentro con mis rodillas contra mi pecho y mis brazos rodeando mis piernas.

Estar en esta bañera no me hacia sentir mejor.

Mi mete vago por el triste recuerdo en que durante nuestro primer y ultimo baño William se había escondido tras sus muros cuidadosamente diseñados para dejarme fuera.

-No deberías lucir tan triste, muy dulce Joselyn- la voz de William me sobresalto y el agua chapoteo fuera de la tina

-casi me das un infarto- dije con una sonrisa un tanto forzada

William se cernía sobre mi con una camisa arremangada hasta los codos, sus brazos mostrándose fuertes y exhibiendo su tersa piel bronceada.

-Aun no eres una buena mentirosa Joselyn- William se sentó en el borde de la bañera y acaricio tierna y reverentemente mi hombro -yo tampoco había usado la tina desde aquel fía y después de que te fuiste deje fe usar este baño y la habitación en absoluto- William suspiro y sus manos masajearon mis hombros -todo estaba demasiado lleno de ti-

Su voz no se molesto en ocultar la pena que sentía ante el recuerdo así que me gire para mirarlo sus ojos iguales a la piedra que ahora descansaba en la base de mi cuello se trabaron en los mios pero después fueron al collar y sonrieron

-gracias- repetí mientras mi mano lo tomaba -me encanta-

-luce bien en ti- dijo mientras apartaba mis dedos para acariciar la piedra y luego sus dedos fueron a mi piel húmeda y se pasearon por mi clavícula enviando millones de hormigas por todo mi cuerpo

-quiero cambiar el recuerdo amargo que contiene esta habitación- dijo apartándose y empezó a desvestirse, lentamente, prenda por prenda
Me deleite viendo cada nuevo tramo de piel ser expuesta.

Mierda. Era el mejor show erótico.

William estaba construido para tentar, desde su abdomen de lavadero hasta su trasero firme y redondo.

Su cuerpo era un pecado en si mismo uno en el que felizmente cualquier mujer caería.

Me encoji un poco mas en la bañera y me moví hacia adelante cuando el se metió, sentándose tras de mi, sus piernas Estaña a cada lado de mi cuerpo y en cuanto se acododo sentí su cuerpo, el calor irradiando de él al acercarse a mi espalda.

-volteate- mas que una orden era un petición y lo hice

William tomo mis piernas y las llevo encima de las suyas y me arrastro más cerca dejando mis muslos apretados contra su cadera y mi ahora ansioso centro justo amoldándose a su miembro semi erecto

My sole regretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora