Irreplaceable || Selena Gomez y Harry Styles. #TERMINADA.

The Final Chapter.

CINCO AÑOS DESPUÉS.

Selena dejó sobre la cama de su nueva habitación la última caja que formaba parte de su mudanza. Había tenido que alquilar un apartamento en el centro de Venecia, debido a que las grabaciones de la nueva película que protagonizaba tenían lugar en aquella maravillosa y encantadora ciudad, en la que además, pasaría un año.

Había querido huir de todo su pasado y de todos los acontecimientos que habían ocurrido a lo largo de su estancia a Londres, y para ello, su amiga Ashley le había empujado a irse, a desaparecer por una temporada, y eso era justo lo que había hecho: desaparecer. Pero después de cinco años volvía a dejarse ver ante las cámaras, y volvía a su vida pública, mucho más feliz y animada desde la última vez, ya que aunque jamás lograría superar lo ocurrido y había perdido toda la esperanza que una vez tuvo en que Harry la recordara por completo, el tiempo había logrado que todo fuera más fácil y consiguiera vivir con ello.

Al contrario que ella, Ashley había luchado por Niall, y finalmente, su amor por el otro había logrado persistir y ser más fuerte que cualquier cosa que se interpusiera entre ellos. Por lo que ella había decidido quedarse cerca de ellos, y desde entonces, no había vuelto a verla ni a hablar con ella, al igual que tampoco había tenido relación alguna con cualquier otro miembro del grupo, pues por doloroso que aquello fuera, era lo único que necesitaba para recuperarse y no derrumbarse.

Sus manos abrieron la caja de cartón para encontrarse con varios recuerdos del tiempo que había vivido en Londres. Fotos, discos musicales, cartas, flores, y hasta algunas joyas. Todo aquello eran regalos de los mismísimos componentes de One Direction, y del que una vez fue su pareja.

Con una sonrisa nostálgica y que enmascaraba el dolor que ahora su rostro volvía a reflejar, sus dedos atraparon una de las fotografías para poder observarla. En aquel trozo de papel, se podía apreciar a ella hace cinco años, junto a Harry, sonriéndose el uno al otro mientras que éste mantenía sus brazos alrededor de su cintura y ella sujetaba entre sus manos un plato con una tarta de cumpleaños en este. Recordó entonces que aquel día era el cumpleaños del ojiverde, y ella y sus amigos le habían decidido organizar una pequeña fiesta sorpresa.

Volvió en sí cuando se dio cuenta de que una gota de agua había caído sobre la foto, percatándose entonces de que eran sus propias lágrimas que de nuevo, habían resbalado por sus mejillas sin su permiso. Dejó la foto de nuevo en la caja, llevando una de sus manos a secar las lágrimas de su rostro con el dorso de esta.

Entonces decidió cerrar aquella caja, debido a que no era capaz de continuar viendo lo que había en esta y llenando su cabeza de recuerdos, recuerdos que desearía revivir una y otra vez, sin cansarse ni siquiera por un momento. Pero su acción se vio interrumpida cuando el sonido de alguien llamando a su puerta inundó prácticamente el apartamento entero.

Tardó unos segundos en recomponerse y asegurarse de que no había rastros de lágrimas en su rostro, salió de su habitación para apresurarse a la puerta, suponiendo que se trataba de su mánager para avisarla de algo. Pero cuando abrió la puerta de madera y sus ojos chocaron con aquellos ojos verdes que tanto había echado de menos, y que tanto dolor y sufrimiento le habían causado, a pesar de que él no lo había hecho a propósito, sintió su mundo desmoronarse otra vez. Todo el esfuerzo que había puesto en superarlo y olvidarlo, de repente parecía no ser suficiente, parecía no servir absolutamente de nada. Y todo el trabajo de estos últimos años en reparar pieza a pieza su quebrado corazón, habían sido en vano.

—Te he buscado por todas partes—. Su voz rompió el silencio, logrando que un escalofrío recorriera el cuerpo entero de la morena, la cual tragó saliva mientras lo observaba, pues había cambiado un poco, pero seguía tan atractivo como la última vez que lo vio.