Estuve todo aquel día ansioso. Nunca había tenido una cita como tal, y mucho menos había compartido con chicas para saber cómo acercarme a ellas. Si hablar con Naeun ya era un problema para mí cuando Jongin estaba aquí, me atormentaba pensar que no sería muy diferente ahora. Era verdad que me sentía mucho más confiado y abierto de nuevo al mundo, pero no sabía si esa energía era suficiente para superar mi introversión o miedo al rechazo. De todas maneras, fingí que no estaba cagándome por dentro y me referí al tema de la cita solo lo necesario durante el día, sintiendo un pánico más real cuando sonó el timbre del fin de las clases y era hora de irnos a casa antes de ir a nuestra cita doble.
―¿Estás nervioso? ―me preguntó Minho de camino a casa.
―Un poco, no sé por qué pensé que sería una buena idea...
―Solo es una cita... si no resulta bien tampoco es el fin del mundo, velo como una experiencia más.
―Es fácil para ti decirlo cuando "nadie rechaza a Choi Minho" ―espeté, escondiéndome en la sudadera porque de pronto, sentí ganas de arrepentirme.
―¿Qué te da tanto miedo? ―se detuvo frente a mí, mirándome fijamente.
―No sé... que me rechace.
―Bueno, si todo se pone incómodo tú solo me dices y nos vamos.
Con esa promesa como moneda de cambio, nos dirigimos a mi casa buscar algo que quedara bien con la cita. Minho escudriñó todo mi closet y al final eligió una camiseta blanca muy básica, jeans negros y una sudadera a juego.
―Ahora métete a la ducha, relájate y te espero en veinte minutos en la puerta ―me guiñó un ojo y me dio una palmadita de cariño en el trasero antes de abandonar mi cuarto, dejándome ahí, con la ropa entre los brazos y el corazón inquieto.
Veinte minutos después, bajé de mi habitación sintiéndome más fresco y despejado, y mientras buscaba las llaves en el mueble de entrada, mi padre decidió que sería buen momento para abordarme y hacer preguntas.
―¿Dónde vas? ¿A quién le pediste permiso? ―comenzó.
―Voy a salir con Minho, el vecino de junto.
―Sí, sí... lo he visto. ¿Vas a salir solo con él? ¿A qué saldrían ustedes dos lejos de aquí? ―no era ni necesario mencionar lo evidente de su pregunta, amenazante y despectiva.
―Él saldrá con una chica, yo con otra, eso es todo.
El rostro de mi padre inmediatamente abandonó la expresión adusta y ensombrecida, relajándose lo suficiente con una mueca de aceptación que no le había visto. Suponiendo que su miedo a mi homosexualidad estaba a raya con esta nueva información, me sentí ofendido pero a la vez aliviado de saber que dejaría de odiarme por eso también.
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La ventana de al lado (en edición)
FanfictionJongin se marchó una tarde de otoño sin despedirse ni mediar explicación, y desde aquel día, los ojos de Taemin se perdían en la oscuridad de su vacía habitación, su cuerpo deslizándose entre el eco de bailes que aminoraban su desencanto. El cuarto...