~ Capítulo 30 ~

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La vida de Taemin era completamente nueva ahora que Minho se había cruzado en su camino. La felicidad que sentía día a día lo ayudó a mejorar en los estudios y andar más amigable incluso con su padre, lo que le evitó que este continuara golpeándolo sin razón, sobre todo porque además había conseguido un empleo de medio tiempo. Luego de que Minho le confesara que estaba juntando dinero para irse juntos lo antes posible, a penas ingresara a la universidad, Taemin sintió que debía corresponder a eso dedicándose a ahorrar dinero también; mientras antes tuvieran lo necesario, más pronto podría marcharse ahí junto a su hyung.

Minho encontró trabajo junto a Onew en el Chicken Tea, así que pasaban mucho tiempo juntos hablando sobre Taemin y Luna y lo enamorados que estaban; mientras que Taemin consiguió empleo como cajero en un pequeño almacén cerca del parque que solían frecuentar.

- Aquí está su cambio. Muchas gracias por su compra, buenas tardes – hizo una pausa mientras cerraba la caja registradora y alzaba su mano hacia la compra del siguiente cliente – Hola, muy buenas tardes.

- Hola, ¿podría envolverme al cajero en papel de regalo por favor? – levantó su vista pasmado ante esa frase, sintiéndose avergonzado por lo que acababa de oír, pero su sorpresa se convirtió en una gran sonrisa y mejillas sonrojadas cuando vio a Minho mirándolo con expresión divertida.

- Babbo – le respondió Taemin con una sonrisa de oreja a oreja. Era una hora tranquila, estaba a punto de salir del trabajo - ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar con Onew?

- El jefe nos dejó salir antes. Estaba de aniversario con su esposa, así que decidió cerrar temprano, y me dio tiempo de venir por mi hermoso novio para llevarlo a casa – le respondió acariciando su mano. El cliente detrás de ellos se aclaró la garganta con expresión molesta.

- ¿Vas a llevar eso? Sino podrías esperarme allá, para que pueda atender a los clientes – le dijo Taemin algo nervioso.

- Claro, estoy esperando a que me atiendas – le respondió arqueando una ceja – espero que no te distraigas así con todos los clientes – lo increpó con gesto irónico.

- Oh, por supuesto, siempre hay tiempo para coquetear con todos los chicos que pasan por aquí – le respondió pasando el agua mineral por el láser registrador.

- Espero que estés bromeando – le respondió Minho algo sorprendido, con expresión seria.

- Por supuesto que estoy bromeando, tonto – le respondió Taemin riendo – aquí está su cambio. Muchas gracias por su compra, buenas tardes – le dijo entregándole su boleta y el agua mineral – espérame por allá – le susurró cuando Minho se alejó de la caja.

Tuvo que esperarlo a lo menos media hora hasta que acabara su turno, dirigiéndole frases silenciosas cada vez que tenía tiempo, mientras el menor se sonrojaba. Minho venía del trabajo con unos pantalones de tela negros y una camisa blanca desabotonada, no resistía continuar con la corbata después de una larga tarde de trabajo. El uniforme de mesero de Chicken Tea parecía bastante elegante, y a Minho le quedaba a la perfección, sobre todo porque resaltaba su esbelta figura y sus largas piernas. Taemin no podía evitar mirarlo cada segundo libre que tenía admirando su belleza.

Llegó un momento unos diez minutos antes de que acabara su turno que se llenó de los clientes que salían de sus trabajos y pasaban a hacer compras de última hora antes de ir a casa, y Taemin no pudo seguir dándole su atención a Minho, así que este algo aburrido fijándose en una máquina de peluches que estaba al lado, sacó de su mochila las monedas que había ganado de propina ese día y se dispuso a sacar un premio para su Minnie. Metió una moneda tras otra sin lograr su cometido, acomodando poco a poco un peluche de Rilakkuma con las tenazas, hasta que a la quinta moneda logró sacarlo.

La ventana de al lado (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora