~ Capítulo 37 ~

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Luego de ir a dejar a los chicos a sus respectivos hogares, la familia Choi llegó a su vecindario. Bajaron del auto y entraron a casa, mientras Minho y Taemin se despedían.

- Este día fue tan... no sé cómo explicarlo... endiabladamente extraño – exclamó el moreno.

- Lo sé, todo está vuelto hacia arriba... solo quiero descansar tranquilo.

- Hmm – suspiró e hizo un silencio – oye Minnie y... ¿Kai no se ha vuelto a comunicar contigo luego de que discutieran?

- Mmm, no... a decir verdad estoy un poco preocupado.

- Quizás debas llamarlo mañana, para saber cómo está...

- ¿No te molesta, hyung?

- No podrá hacerte nada a través de una llamada telefónica, así que no, no me molesta – respondió Minho pellizcando una mejilla de Taemin – ahora ve a dormir, yo sacaré a pasear a Ryu y me iré a la cama, no olvides alimentar a Danger.

- Tranquilo, lo haré... buenas noches, hyung – dijo el menor aguantándose las ganas de besarlo, estaban afuera de su casa, sabía que su padre podría verlos y todo se iría al demonio.

- Buenas noches, Minnie – Minho revolvió su cabello aguantando las mismas ganas y ambos voltearon en dirección a sus casas.

Taemin entró a su casa y saludó a su padre tan fríamente como siempre, el hombre solo le respondió y no le dio mayor importancia. Subió hasta su habitación y tomó una relajante ducha. Secó su cabello con una toalla aún sintiendo un nudo en el estómago sin saber el paradero de Kai, pero lo dejaba más tranquilo que las cosas con Minho se hayan solucionado. Se acuclilló frente al baúl donde estaba Danger y le puso comida y agua nueva, lo tomó en la palma de su mano y lo acarició un rato antes de devolverlo a su jaula. Finalmente el sueño lo tenía rendido, así que se metió a la cama y cerró los ojos para quedarse dormido.

Descansando sobre su lado derecho, comenzó a sentir golpes en su ventana. Abrió los ojos con dificultad ~ ¿Qué demonios? ~ pensó, mientras se volteaba a tomar su celular en la mesita de luz. Eran las 1:00 de la madrugada, penas había pasado media hora desde que se había metido a la cama. "Taemin" escuchó que gritaban. Se dirigió hacia la ventana y la habitación de Minho estaba a oscuras. "Taemin, acá abajo". El chico enfocó sus ojos somnolientos a la figura que lo llamaba desde la calle, con los brazos arriba, tambaleándose luego de haber lanzado piedrecillas a su ventana. "Taemin, estoy aquí, volví por ti", gritaba. "Oh, Dios mío" exclamó el pequeño antes de alejarse de la ventana para bajar a la calle.

Tomó el primer par de Converse que vio y bajó rápido mientras se las colocaba con dificultad. Abrió la puerta sin hacer mucho ruido y ahí estaba Kai, tambaleándose con una sonrisa de idiota en la cara, llamándolo.

- Taemin... oh Taemin, bajaste por mí – decía sonriente, evidentemente ebrio.

- ¿Qué te pasa, Kai? ¿Sabes la hora que es? – le preguntó mientras se acercaba - ¿E-Estuviste bebiendo? – continuó al sentir el olor a alcohol de su ropa y su aliento.

- Sí, necesitaba irme a la mierda un rato ¿sabes? el amor de mi vida me rechazó – respondió con un tono burlón en la voz, aunque la tristeza se notaba en sus ojos.

- Kai... ¿podemos hablar de esto mañana? Estás ebrio, mira con suerte puedes permanecer de pie – lo regañaba el menor sosteniéndolo de su antebrazo para que no cayera.

- Hey, estoy lo suficientemente bien, Minnie – intentaba recomponerse Kai – solo vine para intentar que me aceptes una última vez, solo esta vez, y desaparezco de tu vida si ya no me quieres – dijo serio el pelinegro, mientras su tono de voz pasaba de la burla a la pena.

La ventana de al lado (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora