Reunidos

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Blurr se quedó paralizado al oír esa voz. No podía creerlo, ¿él estaba ahí? Trató de forcejear, pero no pudo, las piernas no le respondían. De solo pensar en quién era ese robot, su procesador entraba en pánico sin alguna solución viable para su problema. Respiró profundo, tratando de calmarse para que su cuerpo comenzara a responder. A pesar de que estaba resultando y sus extremidades empezaron a ejercer resistencia, el robot lo tenía sujeto a la cama con mucha fuerza, sin mencionar que tenía toda su cybertronianidad encima de él.

—Tenía tanto tiempo sin verte, estás igual a como te recordaba cada noche que estuve en esa celda.

Sus intentos de calmarse fueron en vano al volver a oír esa voz.

—L-L-L-Long-g-g-garm... —Blurr tartamudeó tratando de asimilar.

—Mm... Casi le atinas. —El espía volteó al corredor bocarriba, quedando ambos cara a cara.

Blurr mostró una expresión de inmenso shock... ¡Sí era él! Aún no podía creer que estaba vinculado con semejante monstruo. Jamás había tenido al verdadero Shockwave tan de cerca, nunca tuvo ningún verdadero contacto con Shockwave mientras estuvo consciente en los nexos, así que esa era la primera vez que se encontraba con él y su verdadero ser.

—Te extrañé, Blurr, no sabes cuánto —dijo mientras acariciaba el abdomen del corredor con una de sus garras, llegando hasta la pelvis y volviendo a subir.

—¡N-no... me toques! —exclamó el Autobot con dificultad debido a los nervios.

—Mm... ¿Estás seguro que no quieres? Detecto humedad en tu zona pélvica. —El espía jugaba con el chasis pélvico de Blurr, destapando y tapando la zona como quien se pone a jugar con la tapadera de un control remoto.

Blurr no pudo evitar sonrojarse un poco. Vaya que Shockwave tenía algunas urgencias, y no fue nada discreto en mostrarlas ante él.

—Ya tengo días así, no te hagas ilusiones... —Se defendió, intentando no mostrar más debilidad de la que ya tenía en esa posición.

Shockwave lo vio pícaro.

—Ah... Entonces estás en tus días de disposición.

—... Chatarra —dijo el corredor entre dientes, sonrojándose aún más.

¡¿Cómo pudo decir semejante cosa enfrente de Shockwave?! Era casi como haberle dicho que no sentiría dolor en caso de que intentara abusar de él. Blurr mordió su labio inferior esperando lo peor.

Shockwave hizo una rara expresión en su rostro, simulando el levantón de una ceja.

—Yo también te amo, Blurr, pero no tenemos tiempo para una sesión de interfaz larga. —Shockwave abrió su pecho sin timidez alguna, exponiendo su chispa—. Abre.

Blurr abrió, pero sus ópticos en suma sorpresa.

—¡Por supuesto que no!

—Abre —repitió el espía, poniendo su tono un poco más firme y exigente.

—¡Se te salió un tornillo si crees que...! —Su ofensa fue interrumpida por la garra del Decepticon.

—Shh, vas despertar a nuestro hijo. —El espía se acercó de forma acechante al corredor—. Nuestro destello es hermoso.

Blurr lo vio escéptico.

—¿Y quién te dijo que era tu hijo? —dijo con tono desafiante tratando de sembrar la duda en el espía. Sin embargo, solo recibió una leve risa por parte de este.

—No puedes engañarme, Blurr. Las chispas no mienten, ese destello es mío y tuyo.

Blurr tragó fluido bucal, empezando a sentirse amenazado.

Lo que me dejóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora