Lo que me dejó

Y él llegó

—¡Pst, pst! —Shockwave susurró.

El pequeño saltó del susto.

—¡¿Oíste eso, Miko?! Primus, Primus, Primus...

—Tranquilo, pequeño. —El espía lo llamó en un tono suave y gentil, que provocó la risa entre los otros Decepticons.

—¿Qué pasa, Shockwave? ¿No compartirás la botana? —El líder rio macabro, aunque Shockwave los ignoró, tratando de comunicarse con el pequeño.

—¡¿Quién eres?! ¡¿Dónde estás?! —El destello gritó tratando de sonar valiente.

—Nadie va a lastimarte, ellos no pueden, y yo no lo haré. —Intentó calmarlo el espía.

—¡¿Pero dónde estás?! —Volvió a gritar el destello.

—Mira arriba. —El pequeño hizo lo sugerido, sólo para encontrarse con un gran óptico rojo.

—¡Fhaw! —Swiftshift se alejó dando un salto en dirección opuesta a la celda—. ¡Los cíclopes gigantes son reales! ¡Por favor, no me coma, siempre me he portado bien!

El espía suspiró.

—¿Qué? ¿Nunca habías visto a un robot de un ojo?

—No uno tan grande y feo...

Shockwave frunció el ceño.

—... Gracias por el cumplido, niño. En fin, ¿cuál es tu nombre?

El pequeño se cruzó de brazos.

—No debo hablar de eso con extraños.

—Oh, pero yo no soy un extraño.

«O al menos, eso creo», pensó Shockwave.

—Pruébalo —contestó el pequeño, retándolo.

El espía le dio una señal al destello de que tocara la barrera. Si sus teorías estaban en lo correcto, tal vez pudiese establecer un vínculo de reconocimiento en el procesador subconsciente del pequeño, el cual se haría con el contacto sin problemas. Claro, sólo si sus teorías eran correctas.

El destello tocó la barrera, la cual, de su lado, era inofensiva, pero del otro ya era otra historia.

Cuando Shockwave tocó la barrera, una fuerte descarga eléctrica lo sometió. Aun así, mantuvo una de sus garras en la barrera, tratando de penetrarla y tocar la pequeña mano del destello. Después de un agonizante dolor, lo logró, causando una sobrecarga en el sistema que generaba la barrera de su celda, dejándolo libre. A pesar de eso, el espía cayó rendido al suelo debido a la descarga.

—¿E-está bien? —preguntó el destello preocupado.

—¡¿Cómo mugres hizo eso?! —Lugnut protestó.

—Por alguna razón, jamás permiten visitantes en este tipo de prisiones. —El líder comentó.

—S-sí. —El espía le respondió al destello con un poco de dificultad, tratando de levantarse—. ¿Te pasó algo a ti? ¿Cómo te sientes?

Swiftshift se miró a sí mismo y negó con la cabeza.

—Estoy bien.

Al levantarse, Shockwave recogió al pequeño, llevándolo hacia su pecho. No lo podía creer, ¿qué hacía en un lugar tan horrible como ese en primer lugar? Y en segunda, ¿dónde estaba su madre? Un simple evento le generó una inmensa cantidad de preguntas que urgían de respuesta, pero por ahora estaba conforme con algo, el vínculo secundario lo confirmó: Ese destellito era su hijo.