Capítulo XXIV­­: El encuentro fatal

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No había vuelto a hablar con Aaron, salvo en el coro. El viernes, después del ensayo, volví a casa, iba a pasear con Trevor por la zona.

—Guau, Tigre, esto mola mucho más que Bedford.

—Normal. Es Madrid.

Aaron y Ainhoa se acercaban en dirección contraria. Iban abrazados y riéndose, como de costumbre. Aaron se paró al verme pasear con otro chico que no era Tito.

— ¡Dani! ¿Y este quién es?

—Tú eres Aaron ¿No? —preguntó Trevor.

—Sí, ¿Por?

—Aaron, vámonos, no hables con el idiota de Daniel.

—Pues perdona que te diga que eres una de las peores personas que he conocido nunca. ¿Cómo se te ocurre hacerle sufrir a Tigre así? ¿Y encima sigues saliendo con esa puta de Ainhoa? Eres un cobarde y un hijo de puta—dijo Trevor despreciando a Aaron.

— ¡QUE NO ME LLAMÉIS PUTA! —gritó Ainhoa acercándose a Trevor.

Aaron la contuvo.

—Tú... No puedes ser Trevor...

—Sí. Yo soy Trevor. Y lo que le hiciste a Daniel... Él nunca lo habría hecho.

—Pues que sepas que yo no soy el único que anda poniendo los cuernos. Dani, ¿Por qué no le cuentas lo tuyo con Tito?

— ¿¡Qué!? —exclamó Trevor mirándome. Se fue corriendo hacia mi casa.

— ¡Trevor, espera!

—Lo veo poquita cosa para ti, Dani—rio Aaron.

—Pues Ainhoa tampoco está a tu altura, para nada. Y si conocieras a Trevor, verías que es una de las personas más interesantes que conocerás nunca.

—El que no está a la altura de Aaron eres tú—dijo Ainhoa.

— ¡Mira, ya me estás poniendo de los nervios! —grité marchándome hacia casa, corriendo cada vez más rápido, para alcanzar a Trevor.

Entré en casa. No le encontraba.

— ¿Trevor?

No contestaba. Pasaban los segundos y seguía sin contestar.

—Tigre...—dijo Trevor detrás de mí.

— ¡Trevor! Yo...

—No pasa nada. Pero he pensado en lo que ha pasado y...—dijo abrazándome.

Entonces me miró a los ojos fijamente, como solía hacerlo. Me besó apasionadamente. Lo hacía con ganas, como si quisiera hacerlo desde hacía tiempo. Mucho tiempo: meses, muchos meses, sin encontrar mis labios. Meses sin besarme. Meses en los que yo no hacía más que acostarme con otro.

—Te quiero—susurró Trevor.

Nos volvimos a besar. Me cogió de las manos.

—He dejado que te fueras con otro chico... No podría soportarlo. Nunca. Nunca más nos separaremos. Te quiero demasiado.

—Yo también te quiero.

—En realidad, he venido a vivir aquí porque te echaba de menos...

— ¿Quieres salir de nuevo a la calle? Aún es pronto—sonreí, abrazándole.

—Vale—dijo limpiándose las lágrimas que tenía en la cara.

Nos cogimos de la mano y salimos a la calle. Cuando pasamos por el colegio, vimos a Viola y a Felipe bajar las escaleras.

Baby, just say yes (Gay/Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora