Cap. XXV: Nunca se olvida

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Las semanas pasaban. Llegó marzo. Hacía dos años de la muerte de Dafne. Rebeca trajo la carta al colegio.

—No sé cómo han podido pasar dos años ya...—dijo Rebeca nostálgica.

—Es verdad, parece que fue ayer cuando... Bueno, cuando se tiró—dije examinando la carta. La volví a leer. Me emocioné.

— ¿Puedo leerla? —preguntó Aura—. Yo tampoco pude despedirme de ella y...

Aura leyó la carta.

— ¿Por qué tuvo que suicidarse? —preguntó retóricamente—. Esta carta tiene un papel muy grueso ¿No?

—No sé, ¿A ver? —dije cogiendo la carta—. Se traspasa la luz.

— ¿Y eso qué significa? —preguntó Rebeca.

—Significa que hay algo más escrito... Es como si... ¡Bingo! —dije despegando la hoja. Resultaba que había dos hojas, perfectamente pegadas, como si fuera un secreto.

— ¡Hay algo escrito! —exclamó Rebeca.

Hay alguien de quien no me he despedido. Alguien de quien no me voy a poder despedir nunca. Y esto es porque nadie debía saber la verdad. Daniel, Aaron y Rebeca no lo saben todo... Creo que les conté que el hijo de era de Fausto, sí, es verdad... Pero yo no salía con Fausto. Es curioso. Sigo enamorada de ti. Siento mucho que tú no sintieras lo mismo ya, pero... En realidad, es otra de las razones por las que ahora voy a morir. Me rechazaste, me dejaste. Y yo, cabreada, me fui con Fausto. Es la razón por la que odio a Ainhoa Marco. Estabas enamorada. Y yo te dije cosas malas, y me arrepiento. Lo siento, y espero que seas feliz con ella, pero sin mí, para siempre. Siempre te recordaré desde donde esté, no importa adónde vaya después de esto. Te amo. Te amaré. Te amaré por siempre, Aura Romero.

— ¿Dafne era lesbiana? —preguntó Rebeca extrañadísima.

—Eh...—sollozó Aura.

— ¿Aura? ¿Tú... y Dafne? ¿En serio era lesbiana?

—Oh, ya lo creo que lo era, pero hacía como que le gustaban los tíos, en realidad no se había acostado con ninguno de los que decía. Solo lo hacía conmigo—sollozó,

—Pero... ¿Qué pasó? —pregunté.

—Bueno, habíamos empezado a salir meses antes. Pero me fui enamorando cada vez más de Ainhoa, y no se lo pude ocultar...

—Daniel, quédate la carta. Yo la he tenido este tiempo, y creo que tú deberías tenerla ahora—gimoteó Rebeca.

—Gracias.

Llegué a casa con Trevor, no muy animado. Me senté en el sofá, junto a él, y le abracé con fuerza. Solté una lágrima.

— ¿Qué te pasa, Tigre?

—Bueno, es que hoy hace dos años que murió una amiga y... Lo estoy recordando.

—Recordar los malos momentos no me hace sentir mejor. Pero recordar a las personas que murieron sí lo hace.

—Gracias. Dentro de unos días, hará un año de vernos por primera vez.

—Lo sé. ¿Te acuerdas cuando cantamos juntos por primera

El lunes, Ainhoa no vino al colegio. Sin ella, Aaron estaba completamente solo. Puede que esa razón le hiciera empezar a salir con ella, la única persona que le hacía caso. Me acerqué a él, sin un motivo aparente.

—Hola—saludé.

—Hola, Dani—dijo algo desanimado.

— ¿Qué tal estás?

Baby, just say yes (Gay/Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora