Llegó el día del concurso de talentos. Cada cual tenía sus ocultos talentos, a cual más raro. Los "nerds" tenían extrañas habilidades, como la improvisación, la magia etc.
Las chicas (Ashley, Charlotte, Sapphire y las demás) habían preparado una coreografía un tanto picante. Cameron, Jackson y Anna hicieron un juego matemático con el público. Hubo una que trataba de cantar ópera haciendo malabares, pero no lo consiguió. Se cayó al suelo y no quedó muy bien.
El piano de cola estaba listo. Trevor y yo salimos, aún con el telón cerrado, y me dio un tímido beso, para no despertar la atención de los que estaban entre bastidores.
Estaba muy nervioso ¿Y si nos pitaban? ¿Y si ni si quiera nos dejaban terminar? El telón se abrió, y un foco nos apuntó. Estaba asustado. Acerqué las manos al teclado y antes de tocar la primera nota, ya había chicos gritando que nos fuéramos. Miré a Trevor con cara de preocupación, y él, con su mirada, me sugirió que empezara igualmente.
Empezamos a cantar. Todo era perfecto: la compenetración, la música, el ritmo, la coreografía... Hasta que al final de la segunda estrofa, alguien le lanzó una manzana a Trevor. No obstante, la cogió al aire, y le dio tiempo a darle un sexy mordisco antes de volver a cantar. Yo me quedé perplejo, y acabé la canción mirando algo mal al público. ¿Por qué nos habían tirado una maldita manzana?
Sin embargo, al ser el jurado exterior al colegio, no nos juzgaron por nuestra prácticamente obvia orientación sexual. Ganamos el concurso. La gente no aplaudía cuando salimos a recoger el enorme trofeo. Estaban todos callados. Solo unos 5 aplaudían...
— ¡Idos todos a la puta mierda!—maldijo Trevor riéndose con el trofeo en las manos.
Salimos del escenario abucheados por todos. Nos fuimos corriendo, de la mano.
— ¡Trevor!—exclamé una vez fuera.
— ¿Qué pasa? Son unos lerdos, encima que les ganamos, nos abuchean.
—Igualmente, no deberías haberles mandado a la mierda. ¿Quieres tener más problemas?
—No, Tigre, pero lo hemos hecho tan bien, que me parecía fatal que nos tratasen así... No nos lo merecemos, hemos trabajado un montón...
—Pero... Bueno, es verdad, que les den... Pero no vuelvas a decir nada de eso, por favor.
—Está bien—aceptó Trevor resignado.
La última semana de instituto acabó rápida y sin más incidentes. Cameron me deseó un feliz verano, por si no nos veíamos. El último día, fui a comer con Trevor a una hamburguesería cercana al colegio. Después de dos deliciosas hamburguesas, compartimos un sabroso batido de chocolate.
Fuimos a su casa, pero no subimos a su cuarto como de costumbre. Salimos al jardín, sin camiseta.
—Bueno, Tigre... Creo que solo nos quedan 194 días juntos...
—Hala, ¿En serio andas contando los días?—pregunté, pensando en lo en serio que iba Trevor.
—Pues claro, Tigre. Cada día es importante, no es uno más, y mucho menos a tu lado. ¿Quieres tener un verano romántico conmigo?
—Pues claro que sí, príncipe—dije, volviendo a llamar a Trevor como a Aaron.
—Por cierto... ¿Cuándo nos íbamos a Nueva York?—preguntó Trevor cogiendo su vaso de té helado.
—En tres semanas. Salimos del aeropuerto de Richmond en avión hacia Nueva York. Allí cogemos un taxi y al hotel.
— ¿Haremos cosas románticas?
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Baby, just say yes (Gay/Yaoi)
RomanceDaniel Villanueva se encuentra en Estados Unidos. Allí, la vida es muy diferente: nuevas personas, nuevas costumbres etc. No obstante, en esa nueva vida, se encuentra más triste que nunca, por los recién sucedidos hechos con Aaron. En Estados Unidos...