Baby, just say yes (Gay/Yaoi)

Cap. XXVII: Crisis fatal

Hablaba con Aura. Yo estaba mal, así que le conté todo.

— ¿Qué te pasa? No pareces muy contento—dijo Aura.

—A ver, es que... El otro día... Estaba hablando con Aaron y... Bueno, últimamente no hemos estado mal, pero es que el otro día...—dije sollozando.

—Eh, tranquilo, me lo puedes contar, no pasa nada.

—Me dijo que seguía enamorado de mí, que nunca había dejado de sentirlo.

—Y el muy hijo de puta saliendo con Ainhoa un año...

—Por favor, estamos hablando de mí.

—Bueno ¿Y tú que le dijiste?

— ¿Qué le voy a decir? Pues que estaba con Trevor, pero...

— Pero ¿qué?

—Pero me sentía muy culpable, me acosté con Trevor y le cambié la cara por Aaron.

—Hostia, eso es algo grave ¿Qué sientes ahora mismo por Aaron?

—Yo... Creo que me he vuelto a enamorar de él...

—A ver, aunque yo esté por Ainhoa, te diré una cosa... Aaron es gilipollas. No te vuelvas a enamorar de él.

—Bueno, pero no es que vaya a hacerlo, es que ya lo he hecho. Pero ¿Y si me vuelve a poner los cuernos?

—¡Que no! ¡Te hará daño! ¡Sufrirás! ¡No quiero verte sufrir!

—Pero Aura...

—Mira, yo a Trevor lo veo mucho mejor.

—Tiene un problema en la cabeza. Creo que es por su trauma, pero es que le dan unos prontos de repente que... Joder.

—Pero eso solo tiene que solucionarlo—dijo Aura comprensiva.

—Además, Aaron es mucho mejor en la cama.

—A ver, te voy a decir una cosa bien clarita ¡Tú tienes un problema con sexo! ¡Lo necesitas constantemente, entiendo que puedan ser aún las hormonas, pero dentro de unos años te desaparecerán las putas ganas y estarás con Aaron más aburrido que una ostra!

—Vale. Lo entiendo. ¿Pero qué hago ahora?

—Yo, básicamente, me aguantaría.

—Pero... Es que...

—Haz lo que quieras, pero es tu felicidad...

—Bueno. Vale.

Seguían pasando las semanas. Trevor y yo seguíamos en crisis. Nuestro aniversario fue relativamente feliz. Fuimos a cenar a un restaurante, romántico.

— ¿Te acuerdas? Hace un año que Ashley te besó. La muy zorra debe de estar sola y amargada.

—No he vuelto a hablar con Cameron...—susurré, dándome cuenta de eso.

— ¿Tigre?

—Sí, sí, perdona.

— ¿Me estabas escuchando?

—Sí, lo de Ashley.

—Eso, que es imbécil...Ojalá muera sola.

—Trevor, eso es cruel.

— ¿Y ella no ha sido cruel conmigo?

—Puede, pero no es para desearle eso. Solo estaba enamorada. Mira lo que hizo Ainhoa por Aaron, o lo que hizo Dafne por Aura...

—Ainhoa es todavía peor. No conocía a Dafne.

—Ainhoa era mi mejor amiga...

—Y Ashley la mía. Son iguales, en realidad.

—Puede. Pero Ainhoa no se enamoró de mí... Creo.

—Hablemos de nosotros.

Estuvimos toda la noche charlando sobre nosotros.

Era tres de mayo. Yo seguía infeliz, por lo de Aaron. Quedaba solo un día para el cumpleaños de Trevor. Había encargado una tarta con forma de tigre. Se acercó a mí, mientras veía la televisión, acurrucado.

—Tigre, tenemos que hablar...

— ¿Qué pasa? —dije, apagando la tele.

—A ver, yo no quiero decirte nada malo, pero últimamente no te veo feliz ¿Qué te pasa?

—Yo...—respondí. No sabía qué decir. No sabía con qué mentirle. Sentía cosas por él, pero...

— ¿Tigre?

—Estoy muy agobiado, porque no sé lo que quiero estudiar...—dije reincorporándome.

— ¿Necesitas ayuda? —preguntó amablemente.

—No. Gracias.

—Sí la necesitas, a ver ¿Qué te gusta hacer?

—Que no, gracias... Ya se me ocurrirá algo.

—Bueno, pero quiero ayudarte, vamos.

—He dicho que no necesito ayuda—dije apretando el puño.

—Solo quiero ayudarte, por favor.

—Gracias, pero no—respondí, algo tosco.

Trevor me fulminó con la mirada. Se levantó. Sabía qué iba a hacer.

— ¡DIME LA VERDAD! NO ES ESO ¿VERDAD?

—Sí que es eso...

— ¡DEJA DE MENTIRME! ¡SIEMPRE ME HAS MENTIDO! ¡SI YA NO SIENTES LO MISMO, ME LO DICES A LA PUTA CARA!

—Trevor, yo te sigo queriendo... De verdad—dije asustado, levantándome.

— ¡NO SÉ POR QUÉ COÑO HE VENIDO AQUÍ! ¡LLEGO, Y AL POQUÍSIMO TIEMPO YA NO ME QUIERES!

— ¡Eso es mentira!

— ¿Y ENTONCES, QUÉ COÑO TE PASA?

—Trevor, yo... ¡Deja de gritarme!

— ¡ES ESO! ¿ME ESTÁS PONIENDO LOS CUERNOS, ¿VERDAD?

— ¡POR SUPUESTO QUE NO! ¡YO JAMÁS HARÍA ESO!

— ¿Y ENTONCES POR QUÉ ERES TAN BORDE CONMIGO? ¡ES PORQUE ESTÁS CON OTRO! ¿QUIÉN ES? ¡¿QUIÉN ES?!

—Trevor, no te estoy poniendo los cuernos—dije entre lágrimas.

— ¡ERES UN MENTIROSO! ¿TÚ SABES QUE YO HE VENIDO SOLO AQUÍ POR TI?

— ¡PUES SI ME LO VAS A RECRIMINAR NO HABER VENIDO!

— ¡TE PILLÉ! NO ME QUIERES, ¿VERDAD? POR ESO DICES ESO.

—Sí, te quiero, te quiero.

— ¡QUE NO ME MIENTAS!

— ¡Te quiero! ¡Trevor, te lo digo de verdad! —supliqué.

— ¡ME VOY!

— ¡No te vayas, Trevor, por favor! ¡No huyas de mí, te lo ruego!

— ¡ERES UN GILIPOLLAS! —gritó llorando, corriendo a coger sus cosas.

— ¡Trevor, tú tienes un problema! ¡Soluciónalo, por favor, yo no puedo con esto ya! —lloré muy disgustado.

— ¡A MÍ NO ME PASA NADA! ¡ERES TÚ EL QUE TIENE UN PROBLEMA!

— ¡NO ESTÁS BIEN DE LA CABEZA! ¡TE LO ESTOY DICIENDO COMPLETAMENTE EN SERIO!

— ¡ADIÓS! ¡NO ME VUELVAS A LLAMAR! ¡JAMÁS! —dijo llenando una mochila con cosas necesarias.

Se fue por la puerta.