Notas de un retrasado [1]

❝Capítulo especial❞

—Y entonces que Anne...

—Carlene, no quiero saber nada acerca de Anne —murmuré.

—Pero que es un mega chisme y pocas personas saben sobre el, deberías considerarte afortunada que te lo estoy contando —replicó cruzando sus brazos frente a ella.

—No, baja tus brazos —apunté a sus brazos.

—¿Eh?

—Tus brazos... tus...

—No entiendo, ya suéltalo.

—No... es que...

—¡SUÉLTALO!

—¡AH! ¡Que bajes los putos brazos porque tus tetas sobresaltan —y dicho esto todos los hombres que estaban alrededor la voltearon a ver. Ella de inmediato bajo sus brazos, posicionandolos a cada lado de su cuerpo.

Me tapé el rostro y bufé.

—Bueno cambiemos de tema —suspiró y se puso pensativa —. ¡oh! ¿Noticias sobre él?

Y sobre él ya se a quién se refería.

—No...

—Dime, te juro que no me dará ningún ataque fangirl —casi me convence pero no —, lo juro.

Suspiré.

—Pues en la última nota estaba igual, retrasado como todas las notas.

—Dale una oportunidad.

—¿Oportunidad de qué?

—¡De qué sea romántico Fleaur!

—No, él jamás será eso y además ya tengo alguien que me manda notas lindas —sonreí como niña pequeña.

—¿Qué te dijo? —Carlene habló de mala gana.

—Que le gusta mi papada —sonreí para luego hacerla.

Carlene estalló en risas y con ella los demás.

—¡Claro! ¡Molesten a Fleaur! —grité pero no se callaban—. Si, como no.

—Ya perdón —se limpió las lágrimas que recién salían. Se quedo muy quieta y volvió a estallar en carcajadas.

Caminé directo a mi casillero para sacar mi uniforme de educación física.

—Hola Flúor —me saludó Henri. Y cometí un gran error de contarle sobre las notas.

—Es Fleaur, Henri —respondí—. Y hola.

—Es lo mismo ¿que diferencia hay? —preguntó haciendo muecas raras.

—Que flúor es un elemento químico —suspiré— está en la tabla periódica —susurré— y Fleaur es mi nombre.

Henri se me quedó viendo por un largo tiempo, bueno largo es quedarse corto.

—¿Y? —preguntó alargando la palabra.

Bufé, chillé y lo golpeé.

Pero delicadamente, estoy en contra del maltrato animal.

—¡Mamá! —se quejó.

Abrí los ojos como platos.

—No tu mamá no —dije con miedo para después sobarle en el lugar donde le pegué.

Él me vio con cara de superioridad. Y entendí que, todo fue una broma.

—Maldito —pateé su trasero y me fui.

Caminé y caminé, doblé por pasillos después lo volví a doblar y así hasta que me topé con la persona que menos quería... Anne alias la puta.