✧extra 1✧

6.9K 505 160
                                    

antes del epílogo.

Fleaur.

La pantalla se encontraba en negro, y en el lado derecho decía "películas relacionadas"

—Ya despertaste —murmuró Jaxon. Me sobresalté pero enseguida reconocí su colonia.

—Si —susurré. De inmediato me di cuenta en la posición que los encontrábamos. Estábamos abrazados y yo me aferraba a él como un peluche.

Subí mi mirada y la fije en sus ojos. Se acercó lentamente y me beso. Besarlo se sentía tan extraño y delicioso a la vez.


—¿Qué te parece sí mañana vamos a la playa? —preguntó. Asentí porque vaya, si que necesitaba broncearme.

—Esta bien —acepté. Me dio un último beso para después aferrarse a mi y cerrar los ojos.

Agarré el control de la le tele y la apague. Todo se quedo en silencio, claro exceptuando la respiración de Jaxon que ahora era pesada.

Abrí mi cajón en busca de mi celular pero me tope con las casi 90 notas que él me envió. No pude evitar soltar una risa silenciosa. Agarré una al azar que, fue de las más recientes.

Al terminar de leerla la regrese a su lugar y tome mi teléfono, le tome miles de fotos a Jaxon. Él me encanta.

Jamás imagine que él me mandaba las notas. Lo conozco desde mi infancia y siempre estuve enamorada de él. Pero sabía que él no gustaba de mi, por eso lo rechacé, pensé que lo hacía por lástima pero no fue así.


Y con los recuerdos de Jaxon me dormí.

(********)



—Fleaur —sentí un piquete en mi mejilla. Arrugué la nariz—. Vamos despierta —volví a sentir el mismo pinchazo.


Abrí un ojo y me tope con la gran sonrisa de Jaxon. Volví a cerrar los ojos.

—¡Oh vamos! Ya estabas despierta —gruñó—.  ¡Fleaur! No seas huevona y levanta ese hermoso trasero de la cama.


Reí y él se unió a mis risas.

Me levanté y lo abracé, creo que lo sorprendí porque fuimos a parar al piso.

—Me dará diabetes por tanta dulzura —habló alguien desde la puerta.


Y era Barbie, si mi hermana. Llevaba un vestido rosa, y su bolso y todo lo que lleva es rosa.

—Es por eso que es mejor ir a tu casa —mordí el lóbulo de su oreja y él se estremeció.


—Mi hermano es peor que ella —me miro fijamente por unos largos segundos. Pero escuchamos en la puerta unas fingidas arcadas. Reímos.



—Vomitaré —anunció ella. Después se fue, azotando la puerta.


—Vamos que se nos hace tarde —me dio un apretón en la pierna antes de levantarse.


Durante una hora estuvimos eligiendo la ropa que llevaríamos, también la comida y esta claro que algunas bebidas. O sea ¿por qué no?

Jaxon estacionó el carro y bajamos. Fijé mi vista en las personas que se encontraban y fruncí el ceño. Carlene no estaba por ningún lado.

Notas de un retrasado [1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora