× Prólogo ×

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—Date prisa, Camila. ¡Ya casi llegamos!— le dijo Lauren Jauregui, ansiosa y emocionada, a su novia, quien se encontraba intentando correr a la misma velocidad que ella.

Iban corriendo a través del aeropuerto tomadas de la mano y cada una arrastrando su maleta, que de vez en cuando, debido a la velocidad, terminaban al revés. Se escuchó a través de los altavoces que era la última llamada para abordar el avión a Hawaii, pero ellas ya habían llegado a la puerta indicada justo a tiempo. Le entregaron a la azafata sus boletos y caminaron a través de la cabina para subir al avión. Lauren se encargó de llevar el equipaje al encargado y Camila de buscar sus asientos. No tardó mucho la chica de ojos verdes en reencontrarse con su novia y sentarse junto a ella.

—Listo, cariño.— suspiró y soltó el aire a través de la boca.—Bien, espero te guste el hotel que elegí para nosotras. Serán unas vacaciones maravillosas.

—Lauren, no me importa qué hotel hayas elegido, esto es más que increíble y pasar mi verano contigo es fantástico. Te amo.— tomó su mano y entrelazó sus dedos. Su novia le sonrió en respuesta y recargó su cabeza en su hombro.

—Tambien te amo, Camila.— la latina recargó su cabeza encima de la de su novia y cerró sus ojos.

El viaje transcurrió tranquilamente, Camila habiéndose quedado dormida el instante en el que el avión comenzó a ascender. Lauren pasó su tiempo admirándola, leyendo, checando su dashboard en Tumblr y escuchando música. Camila despertó a la mitad del viaje cuando les entregaron la comida que Lauren encargó por estar en primera clase y tras alimentar a su hambriento estómago, volvió a caer en los brazos de Morfeo.

Un par de horas más y se encontraban aterrizando en el aeropuerto de Hawaii. La vista a través de la ventana era simplemente impresionante, ya que el amanecer se hacía presente a lo largo del horizonte, pintando de colores el cielo e iluminando todo a su alrededor.

—Cariño, despierta.— la ojiverde sacudió a su novia suavemente hasta que ésta hizo ruidos inhumanos, lo cual la hizo reír.— El avión está aterrizando, ya llegamos. Mira el hermoso paisaje.

—Lauren. — dijo una vez que se enderezó en su asiento. — Dime cómo quieres que vea el "hermoso paisaje" si lo único hermoso que veo ahora es tu rostro. Es una tarea imposible, ¿sabes?

Lauren se sonrojó y pensó que lo que tenía planeado estaba más que correcto. Camila la ama, ella la ama. Dirá que sí sin duda.

—Tonta.— rió levemente. —Vamos por nuestras cosas y a disfrutar de nuestras vacaciones.

Se levantaron y caminaron por el pasillo del avión, pasando entre las personas que tomaban sus cosas. Bajaron y buscaron sus maletas en el aeropuerto, para después salir de ahí y buscar un taxi. Tras una espera de quince minutos y unos cuantos chistes malos de Camila, tomaron uno y le dijeron que las llevara a su hotel.

Una vez en su destino, le pagaron al señor por el viaje y la ayuda y se dirigieron a la recepción.

—Camz, espera aquí sentada, iré por las llaves, ¿vale?— le indicó junto a un sofá.

—Si, Lo.— le sonrió. Tomó una de las revistas al lado suyo y comenzó a leerla.

Lauren trotó al escritorio y le sonrió al recepcionista.— Buenos días, tengo una reservación a nombre de Jauregui Cabello.

El muchacho revisó en la base de datos de la computadora y asintió.— Así es, señorita... Jauregay. Cuatro días y tres noches. Permítame traerle su llave.— se dio la vuelta y se metió en el cuarto que había tras de él.

—Es Jaure...gui. Meh, como sea.— rodó los ojos.

En ese instante, recibió una llamada entrante. Era Dinah. Sonrió antes de contestar.

Tsunami {Camren}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora