Tsunami {Camren}

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—Papá, necesitamos hablar.— habló la ojiverde, encendiendo la luz del cuarto y quitándole las cobijas de encima. Su padre se despertó abruptamente, asustándose por un momento.

—¿Qué pasa, cariño?— con su pulgar y su dedo índice comenzó a quitarse las lagañas de los ojos, para poder ver mejor.

—Tienes que despedir a ese imbécil.— dijo entre dientes, expresando su ira.

—¿Matthew? ¿Te hizo algo?— se sentó en la cama, presintiendo algo malo.

—A mí no, pero casi viola a Camila.

—Esa es una acusación grave, hija.— dijo serio.

—Lo sé.— contestó.— Pero yo lo vi. Yo salvé a Camila. Yo encerré a ese idiota en el baño del avión.

—¿Qué?— se levantó, no pudiendo creer lo que escuchaba.—¿Segura?

—¡Que si, papá, por Dios! ¡Deja de hacer preguntas tontas y haz algo!— gritó, perdiendo los estribos.

Michael salió del cuarto en dirección a la salida del hotel, su hija siguiéndole de cerca. Tal y como su hija dijo, encontró al muchacho en el baño. Comenzaron a discutir y lo sacó de forma ruda del avión, aventándolo en el último momento. El chico cayó en la tierra, gruñendo de dolor.

—Ni creas que te voy a pagar. Qué poco hombre eres.— comenzó a caminar, alejándose de Matthew. Lauren miró a su padre, y cuando menos se lo esperó, le pateó la entrepierna con todas sus fuerzas. Corrió para alcanzar a su padre.

—Papá, ¿y ahora qué haremos?— preguntó. Ya estaba harta de estar ahí, sintiéndose inútil y atrapada.

—Conseguiremos a alguien más. Esperemos que él haya adelantado mucho para irnos pronto, cariño.

Regresaron a dormir, exhaustos por lo que había sucedido.

A la mañana siguiente, todos se reunieron en el restaurante para desayunar juntos. Después de que Ally rezó, agradeciendo por el hecho de que seguían vivos y que tenían qué comer, todos esperaron en silencio, pues Michael les dijo que tenía que decirles algo.

—Bien, Matthew dejó de arreglar el avión, así que nos tardaremos en volver.

—¿Qué?— espetó Normani.— Señor Jauregui, no puede hacernos eso.

—Lo siento, mija, pero es que el chico hizo algo indebido y no quiero que ese tipo de persona esté cerca de ustedes.

—¿Está todo bien?— preguntó Alexa, algo preocupada por el asunto.

—Ya lo está. Ocurrió un problema, pero insisto, él ya se fue y ahora todo está en orden.

Alejandro sabía lo que había pasado, su hija se lo contó cuando despertó y se sentía más tranquilo después de que Michael le dijo eso. Se sentía impotente por no haber podido evitar eso, pero estaba agradecido con Lauren por haber intervenido.

Lo bueno es que después de ese día no volvieron a saber del chico. Él prefirió ahorrarse los problemas y no volvió a cruzar cerca del hotel.

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—Amm... Actor de comedia.— dijo Ally entusiasmada.

—Jack y Jill.— dijo Normani.

—Oh, oh... Emm... ¡Adam Sandler!— gritó Dinah, celebrando cuando sus amigas asintieron e inclinó el celular de su papá hacia abajo. La pantalla mostraba otro nombre y las chicas pensaron rápidamente en qué pistas darle.

—Era una princesa en una película.— comentó Ally.

—Pero una reina en la otra.— complementó la morena.