Capítulo 13: Cuida bien de Minseok, ¿vale?

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No quiero ser yo quién le dé la noticia, Minseok.

Las palabras de Luhan se repetían una y otra vez en la mente del pelirrojo, le había contado todo a su amigo con fin de encontrar apoyo y una buena solución, pero Luhan, y aunque admirase a su amigo y lo quisiese, lo único que había hecho había sido hundir más a Minseok. Este se sentía destrozado y confuso, y sentía que cada vez caía más y más fondo dentro de aquel pozo sin salida. Desde que recibió el día anterior la llamada de su padre, no había vuelto a tratar a Jongdae de la misma manera por mucho que lo intentase. Incluso aquel mismo día había intentado de cualquier manera evitarlo e ignorarlo, tratándolo de manera horrible.

Minseok, deberías de decírselo... le aconsejó Luhan mirando preocupado al más bajito. Al principio no entendía muy bien lo que pasaba cuando fue prácticamente arrastrado por su amigo hacia la zona arbolada. Pero ahora que Minseok le había contado todo con detalle, se sentía afligido y apenado. No quería que el pelirrojo se fuese, en aquellos meses el pequeño se había ganado un hueco en su corazón con su timidez y amable personalidad; pero ahora que sabía de la situación sentimental entre Jongdae y Minseok, decidió darle importancia a la relación que había entre ellos y al grave problema que suponía la partida de este.

Ya... Pero, ¿cómo decírselo? preguntó Minseok agobiado, intentando retener las lágrimas que amenazaban con salir.

No lo sé... Pero no puedes irte así sin más, ¿sabes el daño que le harías a Jongdae? dijo el rubio serio. No quiero ser yo quién le de la noticia, Minseok.

El pelirrojo suspiró derrotado, Luhan tenía toda la razón, le haría mucho daño a Jongdae, y no quería hacerle el menor daño al moreno, pero en esa situación, era prácticamente imposible que nadie saliese ileso. Sin darse cuenta una lágrima recorrió su mejilla silenciosamente, fruto de la agonía y dolor que sentía el bajito. El rubio se percató de aquello y se aproximó para abrazarle y dedicarle cariñosas palabras de consuelo.

Hey... ¿Y no puedes quedarte con tu madre? —susurró Luhan, intentando sacar ideas.

Mi madre casi no se podría ocupar de la casa ni de los gastos, y aunque quisiera, mi padre insiste en que debo ir con él respondió entristecido Minseok, apoyando su cabeza en el pecho del contrario. Y de todos modos, mi opinión nunca cuenta, .

A Luhan se le encogió el corazón ante la respuesta de su amigo, apretó más el abrazo, demostrándole así todo su apoyo.

Y... aunque estés en Estados Unidos... tartamudeó Luhan exprimiendo su cerebro para buscar una solución decente. De verdad quería ayudar a sus amigos, llevaba toda la vida al lado de Jongdae y Minseok sin duda se había convertido en alguien importante para él. Podéis seguir hablando, ¿no?

Pero yo no quiero irme... fueron las palabras finales de Minseok. Este cerró los ojos con fuerza intentando apartar el dolor de cabeza que había vuelto a su cabeza hace minutos. Luhan pronto se dio cuenta y le acompañó al botiquín, donde la enfermera le dio varias pastillas al pelirrojo, avisándole de que su salud todavía estaba en peligro y al encontrarse Minseok tan débil, le aconsejó volver a casa a descansar.

Minseok revisó una y otra vez el mensaje que le había enviado a Jongdae hacía ahora un tiempo. Había intentado no sonar muy grosero, recordándole que le amaba al final del mensaje, pero temía que el moreno se hubiera molestado con él, no había respondido su mensaje, ni siquiera con un simple ''ok''. Pero debía de asegurarse de que Jongdae no acudiera a su casa, si le veía otra vez, no aguantaría mucho y rompería a llorar. Sólo le quedaban 3 días, sábado, domingo y lunes, donde debía de meditar sus posibles actos en un futuro, aunque a decir verdad aquel dolor de cabeza no ayudaba mucho.

Siento llamarte Jongdae... ❀ {Xiuchen/Chenmin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora