Siento llamarte Jongdae... ❀ {Xiuchen/Chenmin}

Capítulo 16: Me esforzaré en traerlo de vuelta

Jongdae seguía sin saber exactamente como había acabado allí. Gente bailando y hablando, bebidas, alcohol, música... Nada hacia destacar aquella fiesta a las demás fiestas que podría organizar un chaval de... ¿16 años? No sabía cuantos años tenía el anfitrión y a duras penas podía recordar su nombre, empezaba por Min... Minho... Minseok. El moreno golpeó la mesa y acto seguido apoyó su cabeza en ella. ¿Por qué absolutamente todo le tenía que recordar a él? Era doloroso, muy doloroso.

Sehun había sido quién había tenido la idea, era amigo de Minho o como quiera que se llamase el chico de la fiesta y consiguió que les metiese; sin embargo, él parecía ser el único en aquel lugar que no parecía disfrutar del caluroso ambiente que había. No quería estar allí, pero Kyungsoo era más insistente de lo que había imaginando y tras taladrarle la cabeza con frases como debes despejarte o disfrutar en fiestas, consiguió de alguna manera arrastrar a Jongdae allí. No obstante, a los pocos minutos de entrar ya había desaparecido junto a Sehun y Luhan, dejándole junto a Chanyeol y Baekhyun, quienes se devoraban la boca el uno al otro sin importarle el lugar en el que estaban, habían bebido demasiado.

Luego seguro acabaré llevando a una panda de borrachos a sus casas, pensó el moreno para sus adentros. Y es que, por sorprendente que pareciese, esa noche iba a ser "el responsable" del grupo. Aunque no sabía cuánto tiempo iba a aguantar allí.

—¿A ti también te han arrastrado hasta aquí? —preguntó una voz con un extraño acento. Antes de que Chen pudiese girar la cabeza para localizar de donde provenía la voz, un chico se sentó en la silla de su derecha y le sonrió sin mostrar los dientes, haciendo que le salieran unos adorables hoyuelos.

—Básicamente, sí —respondió mientras observaba con detenimiento todos los detalles que la escasa luz le permitía ver. Tenía el pelo negro, unos ojos oscuros y unos labios rosados.

—Normalmente no suelo ser tan abierto, pero al verte así de deprimido no he podido evitar acercarme —declaró el chico de los hoyuelos sonriente.

—Oh vaya, gracias —respondió Chen mientras seguía los movimientos del chico, había dejado un plato lleno de comida sobre la mesa.

—Me llamó Lay, no me suelen gustar las fiestas pero me han arrastrado aquí y mira, hay comida —dijo mientras se encogía de hombros. Chen relajó sus hombros y suspiró, al menos no era el único que se encontraba en aquella situación.

—Lay, ¿no eres de aquí verdad? —preguntó, era obvio que no era coreano, su acento era extraño y meditaba un par de segundos antes de hablar, por lo que seguramente no dominaba a la perfección el idioma.

—Soy de China —explicó Lay.

—Oh... —suspiró Chen—, ¿conoces al que ha organizado la fiesta? Minho o algo así...

—Según he oído, la casa es de un chico llamado Taemin, Minho es quien a traído a todos los presentes —dijo elevando los brazos, como si toda la gente que había pudiese entrar entre sus brazos—, los chicos con los que he venido son amigos del hermano de Taemin. Me siento viejo entre tantos chicos jóvenes —declaró haciendo un puchero, haciendo que a Chen se le escapase una sonrisa, la primera desde hacia días.

—¿Cuántos tienes? —curioseó.

—Veintiuno.

—¿Veintiuno?

—Veintiuno —repitió el pelinegro riendo a carcajadas ante la cara de sorpresa de su nuevo amigo.

—Pareces más joven —dijo Chen tomando un trozo de pizza que había traído Lay, si no quería estar allí, al menos iba a aprovecharse de la comida.