—¡Minseok! —gritó con todas sus fuerzas, sintió su garganta desgarrándose, sus brazos molidos y como la sangre recorría su rostro, pero él solo tenía ojos para el chico pelirrojo—. ¡Minseok!
Su garganta dolía horrores, no podía gritar más. En un último momento de desesperación, mientras intentaba escapar de los golpes que le llovían, intentó llamar la atención su amigo una última vez.
Cuando el nombrado giró y sus miradas se encontraron, a Jongdae se le quebró en mil pedazos el corazón, si es que todavía seguía de una pieza.
Y ahí estaba Minseok arrodillado, con sus mejillas abultadas y sus oscuros ojos, con su cabello pelirrojo y su suave y pálida piel; sí, sin duda era el mismo Minseok del que se había enamorado meses atrás.
Llevaba toda la tarde buscando donde vivía Daehyun, el tío de Minseok, pero cuando estuvo seguro de que estaba frente a su edificio, llamó al telefonillo repetidas veces, pero nadie contestaba. Al igual que toda la familia de los Kim. Sin embargo, no quería volver a casa, por lo que estuvo dando vueltas por la zona, hasta que divisó la entrada de un club, tuvo curiosidad y se acercó, pero pronto su curiosidad se desvió a otro lugar, un chico rubio y alto agarraba a otro pelirrojo y bajo. No pudo evitar pensar en Minseok, todo en su cabeza era él y solo él.
Pero no era simplemente un chico parecido a Minseok, era él, a quien llevaba buscando semanas, por quien había derramado lágrimas y sentido preocupación y agobio.
En aquellos momentos se sintió destrozado, no podía creer lo que veían sus ojos, él había sufrido tanto por Minseok, mientras que este le ignoraba e iba a clubs nocturnos. ¿Tan poco significaba para él?
No obstante, toda aquellas ideas se esfumaron cuando vio al chico rubio agarrar a Minseok, corrió tras de él pero dos chicos se interpusieron en su camino.
—¿Qué hacéis? Dejadme pasar —exigió intentando pasar, desesperado por proteger a Minseok. Los dos hicieron caso omiso a sus palabras y le tomaron de los brazos, Jongdae intentó zafarse pero le superaban en fuerza y número.
Iba a gritar el nombre del de mejillas abultadas pero sintió un golpe en el costado, no sabía con que le habían golpeado, pero había sido realmente doloroso. Aquellos dos chicos iban con el rubio que había arrastrado a Minseok, este ya no estaba en su campo de vista, pero había visto como era conducido a la fuerza hacia un cajellón.
La agonía y desesperación que sentía Jongdae no le dejaban pensar con claridad, intentó abrirse paso de nuevo pero un puño golpeó su boca, apretó los labios y saboreó la sangre que se derramaba de sus labios. Cuando quiso darse cuenta, otro puño impactó contra su ojo derecho, dejó escapar un gemido de dolor, pero nunca se le ocurrió rendirse, había prometido proteger a Minseok, no iba a dejarle solo. Apartando todo el dolor, contraatacó dándole una patada en la entrepierna al que le había golpeado en la boca, pero el otro tipo reaccionó proporcionándole numerosos golpes y patadas.
Fue entonces cuando llegó a tal punto de angustia y enojo que gritó con todas sus fuerzas el nombre de Minseok, lo gritó una, dos, tres veces, desesperado por llamar la atención del pelirrojo.
Sus miradas se conectaron y una lágrima se deslizó por la mejilla de Minseok.
La mirada cargada de miedo, ansiedad y desesperación que le dedicó el joven fueron suficientes para que el moreno entrara en cólera, de alguna inexplicable manera tuvo suficiente fuerza para golpear de nuevo a uno de los chicos, intentó huir pero no se lo iban a dejar tan fácil, recibió muchos golpes y puñetazos, una de sus cejas empezó a sangrar pero por suerte, una de sus patadas fue a parar a la entrepierna de uno de ellos, haciendo que gritara de dolor, y en cuanto el otro chico le prestó atención, Jongdae aprovechó para abrirse paso y correr hacia el pelirrojo, le dolían las piernas, el cuerpo, todo en general. Podría haberse derrumbado en aquel momento pero cuando vio con la poca luz que iluminaban las calles como aquel chico rubio le propinaba varias patadas a Minseok en el estómago, apretó los dientes con fuerza y corrió lo más rápido que pudo. La sudadera de Minseok se encontraba en el suelo y el rubio estaba prácticamente encima del pelirrojo, haciendo algo que no lograba ver, lo que hizo querer alejarlo del de mejillas abultadas lo antes posible. Cuando estuvo suficiente cerca del rubio le propinó un fuerte puñetazo en la cara seguido de una patada en el estómago, haciendo que el joven cayera al suelo. Jongdae odiaba la violencia, siempre la intentaba evitar, pero en aquellos momentos le hervía la sangre; aquel chico había golpeado a Minseok, y le odiaba por aquello, aunque se odiaba más a si mismo por no haber protegido al pelirrojo. Aún con el chaval en el suelo, el moreno le dio varias patadas en los costados, estaba realmente cabreado, tanto que ni se percató de las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas y se mezclaban con la sangre. Si no hubiera sido porque el más bajito le agarró del brazo y tiró de él alejándolo del chaval que seguía emitiendo gemidos de dolor, Jongdae hubiera seguido golpeándolo. Minseok básicamente le arrastró fuera de allí lo más rápido, él lo único que quería era huir de allí, pero Chen al parecer tenía otros planes.
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Siento llamarte Jongdae... ❀ {Xiuchen/Chenmin}
Fiksi PenggemarMinseok se acaba de trasladar desde Estados Unidos a Corea del Sur, pero es un chico muy tímido y sus padres piensan que le vendría bien la ayuda de un compañero que le cuide hasta que se adapte. Y aparece un chico de sonrisa gatuna llamado Jongdae...