Capítulo 28: ¿Quieres ser mi...?

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—¡Jongdae! —exclamó sonriente al ver al nombrado acercarse al lugar acordado. Entre la verde y abundante arboleda que había a lo lejos, la delgada figura de Jongdae era reconocible al instante, por lo que pudo ver desde la lejanía, aquella tarde el chico llevaba unos vaqueros blancos rasgados en las rodillas, una camiseta negra y unas deportivas del mismo color. También llevaba una camisa de cuadros negros y grises atada a la cintura; sí, sin duda el chico vestía bien. Se veía genial, aunque a los ojos del pelirrojo llevase lo que llevase, estaría estupendo.

Corrió hasta él y —dejando de lado lo tímido que solía ser— prácticamente se lanzó a sus brazos, aspirando el aroma que este traía consigo aquella tarde: Jongdae nunca se ponía perfume, sin embargo, aquel día sí, y aquello le hizo sentir de alguna forma exclusivo. Si ya de por si el día era fresco y jubiloso, el aroma de Jongdae lo hacía todo mil veces mejor.

El contrario le envolvió con sus brazos, apretando fuerte, como si tuviera miedo de que se fuese.

—Hueles bien... —murmuró más bien para sí mismo, aunque debido a la poca distancia que separaba ambos cuerpos, Jongdae escuchó perfectamente aquellas halagadoras palabras y dejó escapar una leve risa.

Iba a responder, pero el hecho de que no encontraba las palabras adecuadas se sumó a las ganas que tenía de besar a Minseok y sin más preámbulos, de forma lenta tomó su mentón y, tras levantantarlo con delicadeza, se acercó a los labios rosados del pelirrojo y se apropió de ellos. Este no se opuso y al instante correspondió a aquel sosegado beso.

Y una vez más y de forma inexplicable, el tiempo parecía detenerse, el viento dejaba de soplar, las nubes quedaban congeladas en el cielo y las hojas de los árboles se inmovilizaban. Y nada más importaba alrededor, en aquellos momentos Jongdae era lo único que le importaba a Minseok, y el mundo de Jongdae giraba en torno a Minseok.

Realmente era increíble como un simple beso podía transmitir tal cantidad de sentimientos, algunos que incluso todavía no habían llegado a experimentar.

Porque Jongdae nunca había sentido un amor más puro por alguien, y aquello era un mundo completamente nuevo para él, pidiendo ser explorado.

—Te he echado de menos... —susurró Jongdae acariciando la mejilla del pelirrojo cuando finalmente ambos se separaron. Este último río levemente sin poder evitarlo—. ¡Es verdad! Esta semana ha sido un infierno.

Las palabras de Jongdae eran completamente ciertas: por desgracia habían tenido que esperar una semana desde la declaración del moreno el viernes pasado. ¿La razón? Aunque habían intentado verse por todos los medios, los exámenes habían sido un impedimento y habían tenido que esperar una semana para ''volver a verse''.

—Si suspendo todo es por tu culpa —le acusó con una sonrisa socarrona el moreno.

—¿Por?

—No he dejado de pensar en ti en toda la semana —argumentó Jongdae sacándole un leve sonrojo al más bajito, quien apartó la mirada avergonzado.

Así era Jongdae, sacándole sonrojos por cada palabra bonita que le dedicaba. Minseok quería devolverle todo aquello, pero lamentablemente no era demasiado bueno con las palabras y era demasiado tímido para demostrarle su amor y todo lo que sentía con acciones; que se acercase a él y le abrazase era prácticamente un milagro.

Aunque de una cosa estaba seguro: quería conseguirlo, ser más seguro de él mismo para demostrarle cada momento, minuto y segundo todo lo que quería a Jongdae.

—Yo... T-también he pensado en...

Por suerte o desgracia —más bien suerte, puesto que tantas cosas se le pasaban por la cabeza que no controlaba lo que salía de sus labios—, no le dio tiempo a terminar su frase ya que el moreno lo interrumpió con una de sus dulces risas. Antes de que Minseok pudiese decir nada este tomó sus mejillas y las apretó haciendo que hiciese un tierno puchero.

Siento llamarte Jongdae... ❀ {Xiuchen/Chenmin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora