Abriendote mi corazón (EDITANDO)

Capitulo 24

Inuyasha se encontraba realmente sorprendió en como Kagome había cambiado en tan solo dos años.

-¿Como supiste que me encontraba aquí en tu forma humana?- pregunto algo intrigado Sesshomaru.

-Al llegar a la aldea, pude percibir tu olor proviniendo de aquí, justo en ese momento me transforme en humano.

-No puedo creer que ya se haya oscurecido. - dijo Kagome, mientras miraba a Takeshi quien se recostaba en su regazo.

-Vámonos- Sesshomaru decidio que ya era hora de irse, ya que se dio cuenta que a su hijo le estaba entrando el sueño. Además, no quería estar cerca de Inuyasha.

-Creo que tienes razón.- tomo a Takeshi en brazos, quien ya se habia quedado dormido. Sesshomaru fue el primero en salir, Kagome les dedico una sonrisa a todos.

-Nos vemos luego, si ven a Shippo salúdenlo de mi parte ¿si?-con eso salió.

Despues de que su amiga se fuera, hubo un pequeño silencio.

-Esperen- dijo Inuyasha confundido. Miro a todos sus amigos. -¿Porque Kagome tenia un niño en sus brazos?

-¿lo dices enserio?- Sango levanto una ceja. Inuyasha solo asintió.

-Era su hijo- dijo Miroku, mientras se levantaba y tomaba las manos de sus hijas y las guiaba hasta su cuarto, las dos no dejaban de bostezar.

-¿¡Que!?

-¿Realmente lo olvidaste?- Inuyasha solo entrecerró sus ojos y se dirigio a su cabaña, donde también se encontraba una sacerdotisa aun de huesos y barro durmiendo.

Kagome dio un suspiro de alivio y embozo una pequeña sonrisa al ver su antiguo hogar. Al entrar todo el personal se encontraba en los pasillos.

-¡Señora Kagome!- dijeron todos al mismo tiempo. Kagome les dedico una gran sonrisa. Despues de que un par de mucamas la saludaran, todos se dirigieron a hace sus cosas.

-Puedes acostar a Takeshi frente a la habitación de Rin- dijo Sesshomaru mientras entraba en su habitación para ponerse las yukatas para dormir. Al entrar en la habitación Kagome recosto a Takeshi sobre el futon y le dio un beso en la frente. A diferencia de Inuyasha, Takeshi pierde sus poderes cuando hay media luna. Despues Kagome entro lentamente a la habitacion de Rin para ver como dormía, Rin se encontraba destapada, aprovecho el momento para poder acercarse a ella y taparla para que no pasara frío, le dio un beso en la frente y dejo la habitación.

Kagome volvió a su habitación, Sesshomaru le entrego la yukata para dormir. Se desnudo frente a el como si no el no estuviera ahí. El solo quería hacerla suya, pero tenia que aguantarse, ya que ella recién había llegado y se encontraba cansada. Kagome se acostó sobre su pecho, el la rodeo con un brazo, se quedaron en silencio por unos minutos hasta que Kagome hablo.

-Todavía no puedo creer que volví, y que estas junto a mi. Aveces solía soñar que regresaba, pero al despertar todo se desvanecía.- Sesshomaru solo se quedo en silencio, recosto su cabeza sobre la de su amada y la atrajo mas a su cuerpo. En estos dos años, la había extrañado mucho, desde lo ocurrido no se había vuelto a acercar a la aldea, eso si que debes en cuando visitaba el pozo y lo miraba por horas con la esperanza de que saliera de allí y justo hoy, ese día había llegado. Sesshomaru al sentir la escénica de su hijo en el fondo del pozo, lo lleno de una alegría que no había sentido hace años y aun mas cuando vio a Kagome en el pozo.

-Ahora cuéntame ¿qué paso con Takumi? La curiosidad me esta comiendo por dentro.

-Hmp, después de que te dejara en el pozo, al volver al campo de batalla Inuyasha y el Monje se habían unido a la batalla. Ademas de Shirayuki y Mamoru. Fue una larga batalla, pero finalmente pudimos derrotarlo. Después de eso nuestro siguiente propósito era buscar a sus hijos y a Naraku. Horas mas tarde los encontramos, pero uno de los hijos de Shirayuki había muerto, al parecer Takumi lo mato frente a los críos. Según Ino, lo torturo porque no dejaba de ofenderle.

-Vaya...

-Después de rescatarlos, Naraku apareció. Luchamos por cinco horas, pero como vez ganamos la batalla. - Kagome no respondió, Sesshomaru la miro de reojo y se dio cuenta que ella había caído ya profundamente dormida. El la contemplo, dos años sin ver eso bello rostro, entrelazo su mano con la de ella, le dio un meso en su cabeza y cerro los ojos para poder empezar un nuevo día.