Capitulo 27

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Ya era mañana, Kagome todavía seguía durmiendo. Sesshomaru venia recién abriendo los ojos, todavía era muy temprano, se podría decir que el sol esta recién saliendo pero por sus obligaciones tenía que levantar a estas horas de la mañana. Miro de reojo a Kagome, podía ver su espalda desnuda tan fina y blanca, podía sentir si esencia demoniaca ya no quedaba ni un rastro de su parte humana. A decir verdad su parte humana ahora se encuentra dentro de Kikyo, otorgándole de nuevo su cuerpo humano. Sesshomaru se dio cuenta de que el cabello de Kagome había crecido, volvió a tenerlo largo como hace unos años atrás. Cuando se paro para ir camino al cuarto de baño, ella se acomodó poniéndose de espalda dejando ver su desnudo pecho que era tapado por un par de cabellos.
Se acerco más hacia ella al darse cuenta que las facciones de su cara habían cambiado, se veía más joven.

Unas horas más tarde Kagome ya se había despertado, sentía su cuerpo más ligero, su olfato se había agudizado. Se revolvió sus ojos con los puños de las manos y se dirigió al cuarto de baño. Al pararse se dio cuenta que su cabello había crecido y que se encontraba mas reluciente.

Vaya...-murmuró. Se dirigió rápidamente hacia el cuarto de baño. El baño aun tenia vapor de cuando Sesshomaru se había duchado. Se metió en la bañera y cerro sus ojos por unos segundos, al abrirlos toco nuevamente su cabello, le era extraño saber que ayer solía tener el cabello corto y hoy largo. Miro sus manos y se dio cuenta de que sus uñas se habían convertido en garras. Se toco lentamente el rostro -¿Abra cambiado algo también? Se lavo rápidamente su cuerpo y su cabello y salió del cuarto de baño, se vistió con un traje de sacerdotisa y fue en busca del espejo que se encontraba dentro del armario. Lo tomo con sus dos manos y contemplo su rostro. –Vaya...- su mano temblaba un poco, su rostro había cambiado un poco, rejuveneció volvía a tener su apariencia de 18 años, puso cabello detrás de una de sus orejas y se dio cuenta que se habían vuelto algo puntiagudas como las de Sesshomaru. Una sonrisa dominaba el rostro de Kagome al saber que podría vivir años junto a Sesshomaru.

-¡Mamá!- Takeshi entro corriendo en su habitación, todavía vestía su pijama, se detuvo en seco al verla. La observo en silencio por unos minutos y luego sonrió. –Mamá se ve más bonita.

-Gracias –lo toma en brazos y le da un beso en la mejilla –por cierto ¿Por qué ha entrado gritando y corriendo?

-Estoy jugando al as escondidas con Rin. –Takeshi sintió como los pasos de Rin se acercaban por el pasillo, Kagome igual los sintió- ¡Escóndeme! – Miro hacia todos los lados sin saber donde esconderlo, lo único que le ocurria en estos instantes y lo escondió en el armario. –No hagas ningún ruido –cerró la puerta del armario y siguió mirándose al espejo, justo Rin entra.

-¿Señorita Kagome? – la mira sorprendida. –Perdón que le diga esto pero ¿Es mi idea o se ve más joven?

-Has acertado Rin, ¡rejuvenecí 10 años! ¿Puedes creerlo? – Kagome estaba realmente emocionada y feliz ya que no tendría que preocuparse por las canas ni las arrugas.

-¡Sí! ¿Pero cómo es que rejuveneció?

-Cuando seas mayor lo entenderás –le guiña un ojo.

-Por cierto ¿ha visto a Takeshi?

-Mmm –para nada ¿Por qué lo buscas?

-Es que Hana a intentado de darle un baño, pero el se zafó de ella y ha salido corriendo.

-Hmm...- Kagome se dirigió hacia el armario y lo abrió, Takeshi la miraba con miedo. Se cubrió cara con sus manos y empezó a llorar.

-Rin, dile a Hana que no se preocupe que yo me encargo de bañarlo. –Rin asintió y salió de la habitación. Kagome tomo a Takeshi y lo fulmino con la mirada. –Takeshi sabes perfectamente que todos los días hay que bañarse. Primera y última vez que te acepto esto, cuando termine tu baño le iras a pedir perdón a Hana ¿Ok?

-Si... -con su dedo pulgar le seco las lagrimas a su hijo y fueron al cuarto de baño.

Mientas Kagome terminaba de secar a Takeshi, pudo oler como Inuyasha se acercaba al palacio. –Espérame aquí, ya vuelvo. –dejo a Takeshi solo en la habitación y salió hacia la entrada principal, se encontró con Sesshomaru en el pasillo quien también había sentido la presencia del hanyou.

-Buenos días –dijo como siempre en su tono frio.

-Hola –le sonríe

-Es chistoso verte más joven –dijo en tono burlón pero a la vez con amor.

-Cállate...pero es mejor. Porque ahora no tendré que preocuparme por las arrugas y las canas. –da una pequeña sonrisa. Al llegar al entrada principal, esperaron a que Inuyasha apareciera entre los árboles.

-Ka-kagome –dijo mientras recuperaba el aliento. -¿Qué significa esto? ¿Por qué sigues viva?

-Hola Inuyasha, yo también estoy feliz de verte –dijo sarcásticamente -¿y a que viene eso?

-Es que pensé que habías muerto, porque ya no podía sentir tu esencia además Kikyo volvió a ser humana. Por cierto ¿Por qué estas tan joven?

-Ritual prohibido –dijo Sesshomaru en seco.

-Ahora todo tiene más sentido –dijo Inuyasha –Bueno, me alegro de que estés bien y gracias, tengo que volver ya que deje a los chicos preocupados...adiós. –salió corriendo a toda prisa.

-¿Cómo es posible que Kikyo volviera a ser humana? No lo entiendo...

-Ya que ahora eres un youkai perdiste tu esencia humana, lo que tenias de humana volvió a ella con excepción de tu alma.

-Ah...- ya de vuelta en el castillo, Kagome volvió a su habitación para poder vestir a Takeshi, el pobre se había quedado dormido. Después de vestirlo lentamente y acostarlo en su cama, fue en busca de Rin, pero no pudo hablarle ya que estaba en sus clases privadas de gramática. Entonces se dirigió a tomar desayuno. Minutos más tarde al terminar fue al jardín y se sentó en el mismo lugar de siempre, hacía calor ese día. Sesshomaru salió también al jardín al terminar con su trabajo, se sento junto a Kagome, ella poso su cabeza en sus piernas mientras que el jugueteaba un poco con su cabello.

-Ahora que soy youkai ¿Qué pasaran con mis poderes de sacerdotisa?

-Siguieron funcionando al igual que antes, la única diferencia es que ya no seras una sacerdotisa humana.

-Muy inteligente de tu parte

-hmp

-Mi olfato de agudizo, ahora puedo oler muchas cosas que jamás había olido. Por ejemplo a ti. –lo mira a los ojos.

-¿y a que huelo?

-Mmm –olfatea el aire –No sé cómo explicarlo, pero hueles como al café con leche.

-¿Qué se supone que es eso?

- No importa es algo de mi época...-ríe. –esto va a ser realemente entretenido.

-¿A qué te refieres?

-Poder vivir más años y poder pasarlos junto a ti y Takeshi, va hacer realmente entretenido e interesante al mismo tiempo.

-Kagome

-¿hm?

-Gracias por todo

-Vamos no es para tanto

-Te equivocas, desde el día que te pedí que cuidaras a Rin, tengo que admitir que desde ese día he estado interesando en ti. Llenas algo dentro de mí que no sentía desde que era pequeño, además para serte sincero no tenía planeado enamorarme y menos tener hijos, pero cuando tu apareciste empezó a dudar de mi mismo.

-Yo también tengo que agradecerte. Si no me hubieras pedido que cuidara de Rin jamás me hubiese enamorado de ti, ni hubiese tenido a Takeshi. Si eso nunca hubiera pasado yo seguiría estando enamorada de Inuyasha y lo más probable es que estuviera llorando cada noche por no tener un amor correspondido. Pero gracias a ti pude volver a enamorarme. No me arrepiento de haberte conocido.

-Te amo

-Yo también, te amo y siempre te amare – acercaron sus rostro y se besaron.




Abriendote mi corazón (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora