Papá ♔ h.s

Diez.

-¿Qué? Yo no le tengo miedo a Aron.

-¿Y por que insistes en alejarlo? Demonios, Destiny, debes decirmelo.

-¡Que no pasa nada!

-No me hables así, niña. Yo soy... -Calló inmediatamente y luego volvió a hablar -Solo... solo no me hables así -Dijo sin ese tono autoritario de antes.

-No lo haré, lo siento -Corrí a mi habitación.

Miré en mi buró y ví el retrato de mi mamá.

-Tú me cuidarás ¿verdad? -Hablé a la foto y volví a dejarla en su lugar.

Alguien entró en mi habitación cuando ya estaba a punto de dormir.

-Nena -Dijo la voz de la tía Gemma -¿Estás dormida?

-Hmm, no -Dije somnolienta.

-No había despertado hace un rato. Lamento lo que pasó y también no haber estado contigo. ¿Quieres hablar sobre eso?

-No, tía, estoy bien. Solo fue una pesadilla a la que le dí mucha importancia.

-Cariño...

-Estoy bien, ¿si?

Ella suspiró -Bien.

Me miró por unos segundos y salió de la habitación.

Al cabo de casi media hora, pude dormir.

Narra Harry:

Algo le sucedía a Destiny, era inevitable no notarlo. Algo sucedía y no era nada bueno.

Apartaba a Aron y sufría crisis de angustia. Nunca había visto esa manera de mirar a alguien, como miraba a Aron. Su mirada era igual o peor que cuando veíamos películas de terror.

Me tendí en mi cama, y suspiré. Des no quiere decirme que le sucede, Aron aparece de la nada, es un completo desconocido y Des ya se siente atada a él, incluso teniéndole miedo.

Algo está realmente mal.

-Heather, ayúdame -Susurré a la nada.

Rato después, caí dormido. Estaba cansado, cansado de toda esta situación, y ni siquiera había pasado una semana.

Luego vendría lo peor, la custodia de Destiny, realmente espero que me la den a mí. Pero si se la dan al idiota, que al menos me permitan verla.

-¡Des, ven aquí! -grité, la nena no quería ponerse los pantalones, apenas tenía un año y tres meses, pero corría rápido para su edad y yo, tratando de esquivar sillas y juguetes, no podía alcanzarla.

Destiny se reía de mí, como si le estuviera haciendo cosquillas.

-Destiny Annabeth, es la última vez que hablo, ¡ven aquí!-grité ya enojado.

Ella me miró asustada y su labio tembló. Hizo puchero y comenzó a llorar, realmente no lloraba, si no que caían sus lágrimas y hacía pucheros.

-Ugh, demonios. Des, deja de llorar ¿okey?

La tomé en mis brazos, pero ella trataba de zafarse.

-Ya, ya, tranquila nena, no quise gritarte -la abracé a mi pecho y puse mi mejilla en su cabecita.

-Pa-pi, no -Dijo. Oh, Jesús, ella dijo papi.

-¿que dijiste, mi amor?

-papi.

Yo sonreí.

-Si, mi cielo, yo soy tu papi, y papi te ama, te ama mucho.

Recordaba a la perfección ese momento, fue uno de los más hermosos momentos que he vivido. Y ahora, ella ya no me decía papi o papá... Nada de eso, ahora sólo era Harry porque yo nunca le dije que su padre es otra persona, sólo porque nunca estube listo, o más bien, no quería que ella quisiera irse con su verdadero padre, pero ahora fue peor.

Heather, desearía tanto que estuvieras aquí.