UNO

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Sonido de agua cayendo, seguido de un golpe de frío. No puedo respirar, me estoy ahogando. Abro los ojos. Destellos de luz por todas partes. Una silueta oscura y fina se acerca rápido, tanto que no me puedo ni mover, cae encima de mí, y luego me susurra algo que no alcanzo a descifrar para luego romper en un estallido.
- ¡Levántate! Es tu primer día de clase y no podemos llegar tarde. Te quiero ver lista y dentro del coche en cinco minutos - adopta una posición seria.
- ¿No pudiste hacer esto de una manera más gentil?, me diste un buen susto América - y lo digo de verdad.
- Contigo no se puede ser gentil Sofía, lo siento pero sólo así te levantas. Te estaré esperando abajo, ponte algo bonito - me guiña el ojo y sale con una sonrisa de la habitación.
Salgo como puedo de la cama y me dirijo al baño a tomar una ducha rápida.
En lo que termino de arreglarme América cambia las sábanas que ha mojado por unas secas.
América ha sido mi amiga desde que eramos pequeñas, nuestros padres eran socios y siempre nos llevaban a sus trabajos así que pasábamos bastante tiempo juntas.
Es muy bonita. Es rubia, de cabello lacio y suave, ojos azules, una sonrisa encantadora, es más alta que yo por casi diez centímetros.
Yo no tengo mucho de que presumir, soy morena, cabello ondulado, ojos color marrón y estatura un poco por debajo de la promedio.
Me quedan dos minutos antes de que América suba por mí, así que escojo lo más sencillo que encuentro, un vestido corte medio circular de color amarillo pastel con un par de zapatillas a juego, recojo mi cabello en una coleta dejando el fleco libre y adornando mi peinado con un moño del mismo tono que el vestido.
Bajo corriendo las escaleras y cierro rápidamente la puerta de la casa.
Una vez dentro del coche América me mira de arriba a abajo, sonríe y enciende el auto, eso significa que aprueba mi vestimenta y eso me hace feliz.
Llegamos rayando la hora de entrada y corremos a la dirección a pedir nuestros horarios.
- Disculpe señorita, venimos por nuestros horarios - suelta América.
Del otro lado del escritorio de madera se encuentra una joven muy elegantemente vestida, con el cabello rubio agarrado en una trenza de espiga muy delicada, que escribe sin parar en el ordenador.
- ¿Grado? - dice sin regresar a vernos.
- Tercero de preparatoria - contesta América.
- Digame su nombre y primer apellido. -
- Yo me llamo América Steel y mi amiga se llama Sofía Myler. -
- Tomen, su primer clase es con el profesor Miles, el imparte la materia de Inglés. Su salón se encuentra en el pasillo número dos aula C. -
- Muchas gracias - decimos al unísono y salimos corriendo en busca del salón de Inglés.
Para nuestra buena suerte el maestro aún no ha llegado y pasamos sin problema.
Bueno, casi sin problema.
Al entrar nos damos cuenta de que casi todos los asientos están ocupados. No hay un lugar para que América y yo podamos estar juntas.
- Todo iba tan bien Sofi, supongo que no podemos hacer nada más, debimos llegar más temprano para escoger un buen lugar. -
- Si, bueno, pero no hay que separarnos tanto, mira esos dos lugares, están casi juntos. - Le digo mientras señalo con la cabeza un par de asientos vacíos uno al lado del otro.
- ¡Yo quiero con la chica! - me dice y sale disparada.
No lo había notado, en el otro asiento disponible estaba sentado un chico, tenía un aspecto que daba miedo, creo que por eso está vacío a su lado, no puedo verle la cara gracias a que está de espalda así que decido apurarme y pasar desapercibida.
En cuanto coloco mis cosas en el mesabanco el se voltea y cambia su sonrisa, por cierto muy linda, a una línea apretada.
- ¿Quién te dio permiso de sentarte en mi lugar? -
- Yo, yo sólo...- no se que decir, se me seca la garganta y estoy segura que me he puesto tan roja como un tomate.
- Era una broma, tranquila preciosa, adelante, acomódate - me lanza una sonrisa, es realmente encantadora, casi como la de América, me doy tiempo de mirarlo detenidamente, debe ser de la misma altura que América o incluso más alto, tiene un cuerpo atlético, ojos obscuros y cabello castaño.
- Gracias - digo un poco más relajada.
No deja de mirarme mientras arreglo las cosas y cuando por fin he acabado, me pregunta - ¿Cuál es tu nombre? -
- Me llamó Sofía y ¿tu cómo te llamas? - Le regreso la pregunta mientras sonrio tratando de actuar normal.
- Mi nombre es Aaron, tienes un nombre muy bonito, mucho gusto en conocerte Sofía - extiende su mano. Extiendo la mía y me da un fuerte apretón de manos.
- También me da mucho gusto conocerte, y gracias. Tu nombre me gusta. - abre su boca para decir algo pero un fuerte portazo nos calla a todos.



FINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora