Derde Klote Dag

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Disculpen la demora, acá les dejo otro capítulo, están por pasar muchas cosas... Voten en la estrellita y comenten, no sean lectores fantasmas y prometo recompensarles con capítulos más seguido.

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Me encontraba en la más absoluta oscuridad, como era costumbre en mi mente desequilibrada. El trastorno parecía no mejorar, ellas me tenían en una situación realmente precaria, ya era inaguantable y pensé en pedir que me internaran de una buena vez, pero por más que intentaba decirlo, las palabras no salían de mis labios, se quedaban atascadas en la garganta, atoradas en mi tráquea con un gran nudo.

Sonará injusto, pero no quiero que mi pequeño hermano crezca con una hermana gravemente enferma, y para colmo, internada en un psiquiátrico, sanatorio, loquero o como quieran llamarle. Simplemente no quiero dejar a mi familia atrás, no quiero dejar mi hogar, solo quiero ser una chica normal, no la psicótica que posee diferentes personalidades.

Todo empezó a hacerse más difuso...

- Cynthia... - escuché a lo lejos una voz familiar, no podía distinguir de quien era, pero sabía que la conocía de algún sitio.

- ¡Cynthia...! - escuché con una intensidad ligeramente mayor, aun así, no podía ver.

- ¡Cynthia! - escuché con una fuerza mucho mayor, no podía hablar, empezaba a desesperarme.

- ¡¡¡¡CYNTHIA!!!! - escuché un grito prácticamente en mi oído, mientras me sacudían con fuerza, la voz al no recibir respuesta, actuó de manera violenta y sentí el fuerte impacto en mi mejilla, mientras acababa por desvanecer lo poco que quedaba de mí.

Todo era confuso, pero finalmente mis facultades habían regresado, estaba recostada en mi cama adoquinada mirando el techo que pinté como una réplica de Starry Night de Van Gogh hace no mucho tiempo. Me recuerda a la tranquilidad de mi hogar y mi pueblo, pero no al desmadre de mi mente, o tal vez si...

Van Gogh era un genio incomprendido por ser esquizofrénico, solo espero no acabar con el mismo triste y lamentable destino que él.

Luego de un profundo y gran análisis de mi pequeño gran problema, decidí levantarme de mi cómoda fortaleza para darme un largo baño caliente, la entrada del otoño me estaba calando hasta los huesos, pero adoraba esta estación, hace que me sienta comprendida porque es tan cambiante como yo y hace juego con mis ojos púrpura grisáceos y con mi melena cobriza.

Salí de la ducha, me seque rápidamente y busque ropa calentita y cómoda para salir al instituto, no sé cuánto tiempo estuve fuera de mí, pero como es temprano, me da tiempo de llegar en alguno de los pequeños botes.

- Hola mamá. Hola papá. Hola enano. - dije bajando las escaleras mientras mi estómago rugía por el hambre.

- ¡Hola tonta! - saludó el enano, y por primera vez no me enojó su insulto, más bien, corrí a abrazarlo y llenarlo de besos por toda su carita de ángel.

- Hola cariño. - dijeron mamá y papá al unísono.

- Yo también me alegro de verte tonta, pero no me llenes de tus babas.- solo me reí con su comentario y me dispuse a desayunar.

- ¿Cuánto tiempo dormí? - pregunte mientras engullía mis crepes.

- Oh, solo las 8 horas necesarias, realmente fue una noche apacible. - decía mama realmente tranquila.

In my heart you're still here... (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora