Luego de aquél momento tan incómodo y desagradable Devoss dejó de tener aquella actitud pícara, divertida y descarada, pasó a tener una actitud sombría y triste.
Nos dirigimos a la oficina de Janneke para informarle lo sucedido y al llegar nos encontramos con que Janneke había salido porque tenia concierto. Devoss me llevó en silencio al comedor puesto que aún no habíamos desayunado y estábamos hambrientos. Al llegar me sorprendí por el tamaño del sitio y lo hermoso que era, tenía ese aire de majestuosidad y elegancia que rendía honor al resto de las instalaciones y a la personalidad y renombre de Janneke, no podía dejar de pensar en lo perfecto que era este sitio y lo bien que estaba todo.
Devoss me indicó con una seña muda donde tendría que hacer la fila para recoger el desayuno, puesto que había una fila para las damas y otra para los caballeros, también había una para damas de la tercera edad y otra para caballeros de la tercera edad, todo estaba muy bien organizado. Afortunadamente habían pocas personas adelante de mi y pude pasar rápidamente a recoger mi desayuno, el cuál se veía sumamente delicioso y olía de la misma manera. Las personas que podíamos hablar para elegir que queríamos teníamos varias opciones, como desayunos americanos, ingleses, de toda América latina, holandeses, alemanes, etc. Las personas que no podían manifestar su deseo por una u otra razón simplemente tenían un enfermero/a lo suficientemente amable y diligente que se encargaba de variar sus desayunos diariamente para que no se aburriesen de la comida.
Me senté en una de las mesas del comedor y extrañamente Devoss se sentó conmigo. Juro que pensé que se iría a alguna mesa que estuviese lo suficientemente lejos de mi, y eso se manifestó en mi rostro de manera inconsciente con una cara de confusión.
- ¿Qué sucede? ¿Acaso soy tan desagradable y luzco, y huelo tan mal como para sentarme junto a la futura violoncellista de renombre? - dijo Devoss con visible cara de tristeza y de dolor, estaba abatido. - Si mi presencia es tan desagradable para ti, puedo cambiar de mesa. - hablo nuevamente sin dejarme pronunciar palabra, estaba muy dolido, y por alguna razón, la cual desconocía, sus palabras eran como dagas a mi pecho.
- Hey, ¿cuántas veces debo decirte que dejes de decir ese tipo de cosas? Hueles muy bien roomie, y también te ves muy bien. - dije tratando de ser amable, como rara vez había sido con él. - Si te refieres a la mueca que hice hace un momento, no fue en lo absoluto porque me desagradara tu compañía. - musité mientras engullía mi desayuno con gusto. Estaba delicioso.
- Cynthia, por dios, deja de querer mostrar compasión ante mi. No me veas la cara de imbécil, por favor. - dijo Devoss tomándose la cara con las manos para cubrirsela, luego pude ver como una lágrima se escurría entre sus dedos.
- Amigo, ¿estás bien? - dije con temor, nunca había visto a este hombre de esta manera.
- ¡Al carajo con eso, Cynthia! - gritó de manera que sólo fuese audible para mi mientras daba un golpe cerrado contra la mesa. - Te agradezco que no vuelvas a llamarme "Amigo", sólo soy tu desafortunado compañero de cuarto, tampoco me llames "roomie", sólo Devoss, o el maldito muerto que duerme en la cama de al lado. Como quieras. - dijo apartando su bandeja sin siquiera haber probado bocado.
- Devoss... Si eres mi compañero de cuarto se supone deberíamos llevarnos bien, ¿no crees? - dije suavemente, sabiendo que estaba de un humor delicado.
- No me interesa llevarme bien contigo, tú en tu mundo y yo en el mío. Tú con tus miles de demonios y yo con los míos. No vuelvas a dirigirme la palabra. - dijo levantándose de la mesa con lágrimas en los ojos y con visible ira. Yo sólo podía sentir que mi corazón se encogía hasta casi desaparecer, y extrañamente dolía. Nunca me habían tratado de esa manera.
Inmediatamente al irse Devoss pude sentir mis mejillas empapadas y calientes, tenía la vista nublada, y pude saber con certeza que estaba llorando. En ese momento una chica de cabello rubio platino y ojos verdes se acercó y se sentó en mi mesa.
- Hola chica, ¿estás bien? ¿Necesitas que llame a algún ayudante? - dijo la joven de cabello platinado, la cual parecía una barbie con notable preocupación.
- Yo... No hace falta que llames a nadie. Supongo que no es de mis mejores días aquí. - dije secando esas patéticas lágrimas.
- ¿Eres la chica nueva? - preguntó con visible curiosidad. - Oh, disculpa mis modales, mi nombre es Ange Colette Beaumont, un placer conocer. - dijo con un marcado acento francés del cual no me percaté antes.
- Soy Cynthia Skyler Simons Drescher, un placer conocerte. - dije tratando de sonreír a la barbie llamada Ange, el nombre le quedaba como anillo al dedo.
- Que nombre tan bonito y peculiar, ¿puedo llamarte Cyn o Sky? - dijo la rubia.
- Si, por mi esta bien Ange. - dije tratando de ser amable.
- Oye, no es que sea fisgona ni nada, pero, el chico que salió furioso, ¿era tu novio o algo por el estilo? - dijo curiosa, muy curiosa y enseguida enrojecí.
- Oh no, para nada, ese chico es mi odioso compañero de habitación. - dije rodando los ojos.
- Debe ser genial tener a Devoss como compañero de habitación, y más con el trastorno que tiene... - dijo irónica la chica que al parecer es francesa.
- ¿Conoces a Devoss? - dije intrigada.
- Oh si, es mi amigo, o algo así, pero es un chico muy difícil de tratar. Además todas las chicas contemporáneas a nosotras que pueden mas o menos pensar lo ven como un platónico. - dijo Ange rodando los ojos.
- Ya veo... Entonces debo ser muy envidiada... - dije irónica.
- Oh amiga, no te imaginas cuánto. Cuéntame, ¿qué tienes para estar aquí? - dijo apoyando su mentón en su mano derecha, la cual tenía un anillo de compromiso.
- Trastorno de Identidad Disociativa. - dije ya acostumbrada a esa pregunta.
- ¡Vaya, eso si que es algo difícil! Tener mucha gente conviviendo en tu interior debe ser fatal a la hora de tomar decisiones. - dijo animada.
- Créeme, va mucho más allá de eso, es mucho peor. Sólo buscan que me haga daño cuando toman control de mi cuerpo. - dije ligeramente avergonzada mientras extendía mis brazos vendados a la vista de ella. - ¿Y tú, Ange? ¿Qué haces aquí? - pregunté rápidamente.
- Ya veo, debe ser una tortura. - dijo apenada. - Bueno, estoy aquí porque soy hipocondríaca en exceso, o eso es lo que dicen, yo en cambio pienso que me enfermo mucho, y para evitar enfermarme tan seguido vine a este sitio. Lo malo es que dejé a mi prometido solito mientras me recupero. - dijo haciendo un puchero.
De esa manera transcurrió la conversación con Ange hasta que ella tuvo que retirarse para continuar con su horario, y como yo aún no tenía nada que hacer, me dediqué a recorrer el sitio completamente sola pensando en que al menos no tendría que depender de Devoss para no estar sola, ahora tenía una amiga muy divertida, Ange.
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Ange en el multimedia <3
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In my heart you're still here... (SIN EDITAR)
Novela JuvenilCynthia es una chica de 16 años, hermosamente pelirroja, de ojos grises entre violeta y azul, cara pecosa y rasgos bastante refinados, sus padres la tratan como una princesa, es la heroína de su hermano pequeño y tiene una situación económica favora...