Vijfde Klote Dag

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Me desperté gracias a que recibí una fuerte patada en mi trasero, por un momento pensé que era el enano que se había venido a dormir conmigo por pesadillas o algo así, pero cuando voltee a mi izquierda, vi un tumulto de cabello castaño claro, lo cual me alarmó y asustó totalmente, ya que ¡En mi familia todos son pelirrojos! Así que no podían ser ellos, ninguno de ellos.

Con temor, destapé las sabanas lentamente para dejar ver el rostro del invasor... ¡El cual es Coen Rasool! ¿¡Qué demonios hace Coen aquí?! Tengo que despertarlo antes de que mis padres lo vean, si no, nos matarán, eso es seguro.

-       ¡Demonios Coen! ¡Despierta! ¡Tienes que salir de aquí cuanto antes! – dije gritando en susurros, estaba realmente asustada.

-       Mmmg, déjame dormir. –dijo el entre sueños, joder.

-       ¡Maldita sea Coen! ¡Despiértate ya! – dije gritando nuevamente en susurros y zarandeándolo a ver si lograba despertarlo.

-       Mamá, solo 5 minutos más, por favor. – dijo el nuevamente, el muy maldito sí que tiene el sueño pesado, mátenme.

-       ¡Que te despiertes carajo! – dije finalmente lanzándole una patada muy fuerte en el trasero tal cual como el hizo para despertarme. Ja, toma esa oso hibernador.

-       ¿¡Que pasa contigo Cynthia?! – dijo Coen tocando su área afectada, o sea, su trasero.

-       ¡Pasa que debes salir de aquí antes de que mis padres te descubran, idiota! ¿O quieres que te maten? – dije irónica.

-       A ver preciosa, ¿Cómo me van a matar si ellos permitieron que me quedara gracias a ti? – dijo el frunciendo el ceño, el muy descarado estaba en pijama inclusive.

-       Imposible Coen, no recuerdo nada de eso, debes irte. – dije cruzándome de brazos.

-       Deja que te explique primero todo, porque al parecer cuando todo sucedió estabas sonámbula o fue otra de tus chicas quien hizo todo esto, pero realmente parecías tu... - dijo bajando el tono de voz completamente en la última parte de la oración.

-       De acuerdo, adelante. – dije con el ceño fruncido.

-       Esto fue lo que sucedió; estaba en mi habitación cuando recibí una llamada tuya pidiéndome que viniera a tu casa porque estabas atravesando una crisis depresiva severa, me dijiste que si alguien no venía a ayudarte, entonces acabarías suicidándote. Vine hasta aquí y entre por la puerta principal ya que esa fue tu directriz, abriendo la puerta me encontré de frente con tu papá – hizo una pausa en la que yo le inste a continuar – tu padre estaba a nada de reventarme la cara, cuando tu bajaste las escaleras corriendo por los gritos de tu padre y te colocaste entre su puño y mi rostro, le suplicaste para que me quedara, el pregunto qué relación teníamos, dijiste que somos novios lo cual debes explicarme, y cuando él iba a dar un rotundo no a tu petición, le dijiste que solo dormiríamos juntos, no tendríamos sexo debido a algo que él ya sabía o algo así, no recuerdo muy bien, pero tu padre empalideció y accedió, así que aquí estamos hermosa, - dijo el exaltado por tanta cháchara

-       Coen, si te soy sincera, realmente no recuerdo nada de esto que estas contándome, pero si estas vivo es por algo así que te creo. – dije mirando a mis pies.

-       Tranquila preciosa, no pasa nada, ¿de acuerdo? – dijo mientras yo respondía con un asentimiento.

Coen me tomó de la cintura y me jaló por la misma, él estaba nuevamente en la cama y yo estaba parada, pero al jalarme, acabé debajo de él, el encima mío, básicamente, me empezó a besar con una suavidad increíble, parando para llenar mi rostro y cuello de besos, y luego volver a mis labios para besarme castamente y luego de manera apasionada. Acarició mi labio inferior con su lengua para pedir permiso en profundizar el beso, lo cual accedí felizmente.

In my heart you're still here... (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora