Zesde Klote Dag (Maratón 1/5)

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Definitivamente el día de ayer fue el mejor jodido día de mi vida entera; las perras acordaron no molestar para que tuviese el mejor día de mi vida, ya que aseguraban que se vienen tiempos difíciles para nosotras 8, lo cual no entendí, porque joder, solo somos 4.

Me levanté de la cama y observé mi entorno, las paredes están pintadas de blanco con partituras negras en ellas, y el techo era una imitación de ''Starry Night" de Van Gogh hecho por mi. Seguí la secuencia de la partitura y caí en cuenta que lo que se presentaba ante mis ojos era nada más y nada menos que la partitura del hermoso Concierto en mi menor para Violoncello y Orquesta de Edward Elgar, mis padres sabían que adoraba ese concierto y decidieron hacerme este regalo cuando cumplí 14 años, fue toda una sorpresa para mí, me lo encontré cuando llegué de vacacionar con la abuela en Ámsterdam, literalmente lloré por la emoción. Es curioso, porque colocaron un movimiento por pared y solo están las secciones del violoncello, no están las secciones de la orquesta.

Luego de que salí del trance en el que me encontraba, me miré en el espejo de cuerpo entero que yace en mi habitación, mi cabello estaba hecho un desastre, un lindo desastre; mis ojos grises violáceos brillaban más que nunca y mi piel estaba pálida excepto por mis mejillas que estaban sonrosadas, y supe, de esta manera, que Coen estaba haciendo algo maravilloso en mí, estaba dándome esperanzas, estaba dándome amor, hacía que me sintiera hermosa por vez primera.

Entré al cuarto de baño que está en mi habitación, en ese momento empezó a sonar mi celular el cual se encontraba en mi mesita de noche junto a mi cama. Salí al vuelo a tomar la llamada, la cual indiscutiblemente era de Coen, lo sabía porque tenía un tono de llamada específico para el: Linger de Epica.

-       Hola Princesa, ¿Cómo amaneces hoy? – dijo y yo reprimí un gritito, estaba muy feliz por escuchar su voz.

-       Hola cariño, muy feliz, ayer fue el mejor día de mi vida, ¿y tú? – dije con la sonrisa más cursi en el universo entero.

-       Completamente feliz y enamorado de ti, hermosa. – hizo una pequeña pausa - Opino lo mismo, ayer te vi más feliz que nunca, tienes una sonrisa hermosa, ¿lo sabias? – dijo y juro que sentí como me volvía gelatina con sus palabras.

-       No lo sabía hasta que te conocí – dije sonrojada hasta los huesos.

-       Te quiero.

-       Yo también te quiero Coen, y antes de que se me olvide, dime, ¿a qué se debe tu llamada mi amor? – dije dudosa.

-       Quería darte los buenos días y saber cómo amaneciste, pero ahora que lo se podemos hablar por chat. Te dejo para que te asees y bajes a desayunar, y lo sé porque te conozco y sé que aun estas en pijamas y en camino al cuarto de baño, preciosa. – dijo pícaro.

-       Vale amor, me siento intimidada, te quiero. – dije sonrojada.

-       Te quiero mi amor.

Luego de la llamada me dispuse a cepillar mis dientes y luego a ducharme, aclaré mis pensamientos en la ducha cuando empezó aquel típico dolor punzante en mis sienes, sabía lo que venía a continuación.

-       Anne, ¿Qué está pasando? – dije confundida.

-       Cynthia, es necesario que sepas algo. – dijo solemne,

-       ¿De qué hablas?

-       No estas tomando tu medicación.

-       Claro que la estoy tomando.

-       No Cynthia, tus pastillas fueron cambiadas hace mucho por capsulas de glucosa, por eso ya no son amargas.

-       Oh por dios...

-       Necesitas ser internada ya mismo en un psiquiátrico, tiempos oscuros están por venir, vas a sufrir mucho.

-       ¿Quién cambió mi medicación?

-       El tío Rudoolf, viene mensualmente a rellenar el frasco para que nadie se percate.

-       ¿Por qué?

-       Porque quiere que una de tus personalidades alternas reemplace la principal, o sea, que tú seas reemplazada, además, no quiere que toques el violoncello, y si tomas tu medicación, la tendencia es que yo desapareceré.

-       ¿De qué hablas?

-       No puedo hablar más, suficiente por hoy.

Mi vista y audición empezaron a aclararse, las palabras de Anne taladraron en mi cerebro, precisamente porque es extraño que recuerde algo de lo sucedido en mis conversaciones con ellas. Ver a Anne me recordó a alguien de mi infancia, pero no estoy segura porque ni a quién.

Me incorpore en la ducha con lentitud y termine de ducharme, seque las gotas de agua de mi cuerpo y cabello, salí del cuarto de baño, me vestí y bajé las escaleras.

Me acerque a la mesa de la cocina y visualice una nota:

''Salimos al supermercado todos, tratamos de levantarte pero estabas muy cansada.'' Con amor: Mamá, papá y Ariën.

Decidí preparar un sándwich para comer, en lo que estuvo listo lo engullí rápidamente y luego subí a la azotea a estudiar cello.

Llegué a la habitación y lo primero que pude apreciar fue mi hermoso violoncello, está hecho de cedro y posee la pica realizada con fibra de carbono diseñada por el Maestro Paul Tortelier, las cuerdas son Spirocore Soloist de Thomastik y tiene detalles hechos en ébano, el barniz es color fuego con detalles barrocos mucho más claros, está valorado en unos 500.000 euros, fue un regalo de cumpleaños de mi abuela materna, la misma que me llevó a vacacionar en su casa de Ámsterdam. El cello era de ella, pero me lo dio porque la artritis no la dejó continuar con su carrera de solista, una gran pena, puesto que ella tocaba como los ángeles.

Me senté en mi banqueta y empecé a tocar ese instrumento que tanto amo, me perdí en las notas mientras tocaba el concierto de Schumann, el Saint-Saëns, el Dvorak, el Elgar, las 2 primeras suites de Bach...

Vi la hora y ya habían pasado unas 6 horas, mis padres y Ariën aún no han llegado, supongo que llevaron a mi hermanito de paseo.

Pasé por la cocina y dejé una nota en la mesada:

''Salí a caminar y a comprar algunas cosas por el centro y los suburbios.'' Con amor, C.

Acaté mi nota y salí a recorrer el pueblo en bici con algo de dinero para comprar algunas cosas.

Las decoraciones de Halloween estaban por doquier, me sentía como una pequeña en su primera víspera de Halloween, pero algo muy dentro de mí me decía que no estaría aquí para ver toda esta belleza infantil, faltaba menos de una semana, pero sentía que faltaban siglos enteros.

Sin darme cuenta, las lágrimas corrían por mi rostro ante el desasosiego presente por lo desconocido del futuro.

Estoy empezando a penas el año escolar, pero es mi último año como bachiller, ya debo empezar a estudiar las piezas correspondientes para mis dos audiciones universitarias. Tengo una audición en Zwolle, y otra en el Conservatorio de Ámsterdam, las fechas son relativamente cercanas y pienso tocar la primera suite de J. S. Bach para las grabaciones de la pre-audición y el majestuoso Elgar para las audiciones propias.

Aún faltan meses y ya siento ganas de vomitar por los nervios.

 

La Srta. Wilinski me ayudará a perfeccionar las piezas para golpear traseros con mi arco, veo lecciones con ella hasta 5 veces por semana.

 

Cuando llegué de mi extenso paseo me di cuenta que eran las 11:30 pm, mis padres van a matarme.

Lo que llamó profundamente mi atención fue el hecho de que no había corriente eléctrica en toda la casa...

In my heart you're still here... (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora