Hermione Granger y Draco Malfoy

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-Hola disculpad pero... ¿Habéis visto un sapo? Neville ha perdido uno.-dijo una niña de pelo castaño enmarañado, e incisivos demasiado largos, entrando de imprevisto en el compartimento. Le acompañaba un niño de cara redonda, preocupado. Debía de ser Neville. Ron, que se disponía a hechizar a su rata, Scabbers, dejó la varita quieta.

-No, lo sentimos. Si lo vemos, os avisamos.-dijo Janet, amable.

-Vale.-dijo Neville tímidamente. Pero la niña vio una cosa mas interesante.

-¿Estáis haciendo magia? Vamos a verlo.-dijo, viendo a Ron con la varita aún en el aire. Ron carraspeó y pronunció un hechizo para volver amarilla a Scabbers. No funcionó.

-¿Seguro que es auténtico? Yo he probado algunos muy simples, pero han funcionado. Y por supuesto, me he memorizado todos los libros.-dijo la niña. Harry, asustado, miró a Ron. Por la cara que ponía, él tampoco se había aprendido los libros de memoria. Janet, en cambio, parecía tranquila.

-Por cierto, soy Hermione Granger.-dijo al fin la niña, tras terminar la larga retahíla.-¿Y vosotros?-preguntó. Ron, que había cogido otra rana de chocolate, contestó con la boca llena.

-Foy Bom Wifli.-tragó y se corrigió- Ron Weasley.

-Ya.-Hermione hizo una mueca y miró a Harry y a Janet. Entonces cayó.-¡Sois los hermanos Potter! He leído mucho sobre vosotros. No puedo creer que os haya conocido. Mis padres son muggles, y como no tenía ni idea del mundo mágico, cogí todos los libros que pude, para saber algo. Bueno, me tengo que ir. A propósito, tienes sucia la nariz.-Le dijo a Ron. Y se fue.

-Sea cual sea la casa que me toque, espero que no esté ella.-masculló muy malhumorado Ron, frotándose la nariz. Siguieron charlando, hasta que Janet se comió su último trozo de pastel de caldero y ya no pudieron comer mas. Entonces, se abrió la puerta. Un niño rubio, con ojos grises, pequeño y muy pálido entró en el compartimento. Harry lo reconoció. Era el niño de la tienda de túnicas. Detrás del niño, habían otros dos niños enormes. Parecían guardaespaldas.

-Todo el tren dice que los Potter están aquí. Así que sois vosotros.-añadió, mirando a Harry y a Janet con interés.

-Sí, yo soy Janet y el Harry.-dijo la chiquilla, fríamente. El niño no parecía haberse dado cuenta, pues sus ojos iban de la cicatriz de Janet a la de Harry y viceversa.

-Encantado. Estos son Crabbe y Goyle Yo soy Malfoy. Draco Malfoy.

Ron soltó una risa mal disimulada con una tos. Draco (dragón) lo miró.

-¿Te hace gracia mi nombre? Yo no necesito preguntarte. Pelirrojo, ropa usada. Debes ser un Weasley.-Draco volvió la cara hacia Harry y Janet.-Pronto sabréis que hay familias de magos mejores que otras. Yo puedo enseñaros a reconocerlas.-le tendió una mano a Harry y otra a Janet. Ambos ignoraron las manos.

-Podremos averiguarlo solos, gracias.-dijo Harry, con tanta frialdad que asustaba. El rostro de Draco se tornó un poco mas rosado que antes.-Ahora, iros.

-¿Irnos? A nosotros ya se nos han acabado las chucherías, pero a vosotros os queda algo.

Goyle alargó su mano hacia una caja de Grageas. Harry, Ron y Janet se levantaron de un salto.

-¡AYYY!-chilló Goyle; Scabbers había hundido sus colmillos en su dedo pulgar, y no lo soltaba. Finalmente, el chico se sacudió de la rata. Lejos de irse, parecía mas dispuesto que antes a pegarles una paliza. Crabbe y él avanzaron hacia Harry y Ron. Janet, con un movimiento del brazo que apenas se vio, desenvainó su varita (roble y pluma de fénix) y un segundo después, apuntaba a los tres invasores.

-Fuera de aquí ya, u os echo un maleficio. ¡Largo!-dijo amenazadoramente.

-No serás capaz...-dijo Draco burlonamente, aunque había una chispa de duda en su mirada. Janet no lo toleró más.

-¡Locomotor mortis!

Con un movimiento de varita, a Draco se le unieron las piernas, sin poder separarlas. Crabbe y Goyle sacaron sus varitas, pero Janet pronunció "¡Expelliarmus!" y se cayeron de sus manos. Volvió a hacer el mismo maleficio que a Draco y, a duras penas, recogieron sus varitas y los tres se fueron saltando. Harry y Ron aplaudieron y Janet hizo una reverencia.

-¡Já! ¡Chúpate esa, Malfoy!-Ron saltaba y reía como loco.

-¿Qué ha sido eso?-Harry sonreía, divertido e impresionado.

-Maleficio de la Piernas Unidas y encantamiento de desarme.-contestó Janet, orgullosa.

-Mola.-dijeron Harry y Ron al unísono.

Dicho esto se sentaron y siguieron charlando.


Harry y Janet Potter y la Piedra Filosofal. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora