Halloween

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El tiempo pasaba, y a media que ocurría, Harry era mas feliz que nunca. Era el día de Halloween cuando el profesor Flitwick, especialista en Encantamientos, decidió quenya estaban listos para los encantamientos levitadores. Estaban deseando hacerlo desde que el diminuto hombre hizo volar el sapo de Neville por toda la clase. Les entregó una pluma a cada uno, y puso en parejas a la clase. A Harry le tocó con Seamus, y a Janet con Neville. A Ron, para su disgusto y para el de ella, Hermione.

-Recordad el movimiento: agitar y golpear- dijo el profesor. La clase lo imitó. -Muy bien, y las palabras mágicas: Wingardium Leviosa.

-Wingardium leviosa.-repitió la clase entera. Empezaron a intentarlo. Seamus prendió fuego a la pluma, lo que Harry tuvo que apagar con el sombrero de pico; Janet parecía mas ocupada en enseñar a Neville que en intentalo. Y Ron...

-¡Wingardium leviosá!-decía, haciendo un molinillo con el brazo.

-Para, para, que me vas a sacar un ojo.-dijo Hermione.-Lo estás diciendo mal. Es leviosa, no leviosá.

-Intentalo tú, entonces.

Cinco segundos después, habían tres plumas en el aire, a un metro de ellos: la de Hermione, la de Janet y la de Neville, que, para sorpresa de todos, lo había logrado.

-¡Oh, bravo! ¡Excelente! ¡Treinta puntos para Gryffindor!-aplaudía el diminuto profesor.

Salieron de la clase, Janet y Hermione charlando unos metros atrás de Harry, Ron, Seamus, Dean y Neville, que iban comentando la clase.

-Es levioooosa, no leviosaaaá.-imitó ron, creando risas.-Es una pesadilla, en serio. No me extraña que no tenga amigos.

Alguien chocó con Harry: Hermione, con la cara llena de lágrimas, y salió corriendo y llorando.

-¡Hermione, vuelve, no le hagas caso! ¡Tú eres mi amiga!-la llamó Janet en vano. Se volvió hacia Ron.- ¿¡Eres idiota!? ¡Mira lo que has hecho, inútil!-le gritó a Ron, furiosa, y luego se fue corriendo a buscar a Hermione. La encontró en los lavabos.

-Hermione...

-¡Vete, por favor!

-¡No! No le hagas caso, solo está celoso...

-¡Tiene razón!-sollozó la chica.

-No, no la tiene. Tú eres mi amiga, mi mejor amiga.

-Vete, por favor. Necesito pensar. Por favor.-sollozó. Janet abatida, accedió.

-Te veo en la cena de Halloween.

*****

-Creo que te ha oído. -le dijo Harry a Ron.

-¿Y qué? ¡Es la verdad!-dijo Ron, incómodo.

-No la es, Ron. Janet es su amiga, y dudo que hable contigo de nuevo en un tiempo.

-Dejemos el tema, anda.-suplicó el pelirrojo.

Hermione no se presentó en las clases que quedaban. Parvati Patil decía que estaba llorando en el baño y que quería que la dejaran sola. Janet hablaba bien con Harry, como si nada, pero sin mirar ni hacer caso a Ron, lo cual era muy incómodo para Harry, que no sabía a quien hablar. Al llegar al Gran Comedor, se quedaron todos (menos Janet, que estaba acostumbrada) boquiabiertos al ver la decoración. Enormes calabazas en las que cabían cuatro hombres grandes, miles de murciélagos volando por todas partes... Era impresionante.

Y la comida, mucho mas abundante de lo normal. Harry,Ron, y Janet empezaron a zampar como locos, Janet decepcionada porque Hermione no estaba. Nick Casi Decapitado, el fantasma de la torre de Gryffindor, hablaba animadamente con el Fraile Gordo, el de Hufflepuff cuando, de repente, el profesor Quirrell entró corriendo el en salón.

-¡TROL EN LAS MAZMORRAS! ¡HAY UN TROL EN LAS MAZMORRAS!-gritaba.-Pensé que debían saberlo.-dijo, antes de derrumbarse.

Entonces cundió el pánico.

Dumbledore mandó a los prefectos a llevar a los alumnos a sus casa. Janet, por el contrario, pareció darse cuenta de algo. Horrorizada, intentó irse, pero Harry y Ron la retuvieron.

-¡Eh, eh! ¿Estás majara? ¿Adónde crees que vas?-le dijo Ron.

-¡Soltadme, idiotas! ¡Es Hermione, no lo sabe! ¡No sabe lo del trol!-dijo, antes de aprovechar el descuido del desconcierto de ambos para escabullirse. Rápidamente, los chicos intentaron seguirla, con mucha dificultad por el bullicio. Cuando se encontraron solos, Harry vio algo que le heló la sangre: el trol. Era de unos tres metros de alto, con un largo bastón y apestaba a calcetines sucios. Se metió en una habitación, y rápidamente, los chicos cerraron la puerta con llave y se dispusieron a seguir buscando a las niñas cuando oyeron dos chillidos muy agudos y un montón de encantamientos con voz temblorosa y desesperada. Se miraron y comprendieron.

-¡LA CHICAS!-gritaron. Y se metieron en el baño. Allí, Hermione y Janet, presa del pánico, estaban agazapadas en unos de los váteres, mientras Janet lanzaba encantamientos a lo loco al trol.

-¡Distraedle!-gritó Harry. Janet se levantó y se puso a decir cosas con Ron.

-¡Eh, cerebro de guisante!-gritó Ron, para que Janet pudiera lanzarle encantamientos por detrás, que de nada servían.

-¡Vamos, Hermione!-decía Harry. Pero la chica, paralizada de terror, no se movía.

Janet hizo entonces algo muy estúpido y muy valiente. Se tiró encima del trol, trepó por la espalda y le clavó su varita en la nariz. El bastón se le cayó y, como iluminados y envalentonados, Harry, Ron y Hermione gritaron a la vez:

-¡WINGARDIUM LEVIOSA!

El bastón se alzó por encima del trol, dándole a Janet tiempo para saltar. Cuando llegó al suelo...

¡CLAC!

La pierna de Janet estaba en un ángulo muy extraño. El bastón golpeó con fuerza al trol, haciéndole caer... Sobre Janet, que se agarraba la pierna sin darse cuenta de que le iba a aplastar. Harry, Ron y Hermione corrieron como alma que lleva el diablo y la arrastraron, mientras ella chillaba de dolor por culpa de la pierna derecha. Entonces, el trol cayó. Ron fue a por la varita de Janet y la limpió de los mocos del ser. Hermione y Harry estaban arrodillados junto a Janet.

-La pierna... Duele... Mucho...-decía la niña jadeando. Gruñía y sollozaba por el dolor.

-Normal. Te la has roto.-decía Hermione, preocupada.- ¿Cómo se os ha ocurrido venir aquí solos? ¿Estáis locos?

-Un poco.

Entonces, entraron Quirrell, Snape y McGonagall. Quirrell vio al trol y se apretó el pecho. Snape, como observó Harry, tenía una pierna ensangrentada. McGonagall observaba incrédula a los niños.

-¿Cómo... Habéis podido...?-lo decía con tal furia que perdieron la esperanza de ganar cincuenta puntos para Gryffindor.

-He sido yo, profesora. Había venido al baño por que sabía que el trol estaba aquí. Pensaba que podía vencerlo... Si no fuera por Harry, Ron y Janet, estaría muerta- dijo Hermione con un hilo de voz. Harry y Ron estaban estupefactos: Hermione Granger fingiendo haber infringido las reglas para librarles del castigo.

-En ese caso, eres una tonta, Hermione Granger. Pierdes cinco puntos para Gryffindor.-se volvió a los otros tres.-Pocos de primero serían capaz de derribar esta montaña. Ganáis cinco puntos para Gryffindor cada uno...-entonces vio a Janet y se dio cuenta de lo de su pierna.-¡Cielo santo! ¡A la enfermería, rápido!

McGonagall había mandado a Hermione a la sala común. Una hora después, Harry, Ron y Janet, ésta con la pierna como nueva, llegaron a la sala común. Hermione les esperaba sentada sola mientras la gente continuaba con la fiesta. No pudieron mas que sonreír e hicieron las paces. Pero a partir de ese día, Harry, Ron y Janet incluyeron a Hermione dentro de su pandillita. A partir de ese día, fue su amiga.

Harry y Janet Potter y la Piedra Filosofal. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora