Tras explicarle a Harry lo que era un duelo de magos (Janet estaba dispuesta a retirarse para que Harry pudiera echarle mas maleficios de los que ya le había echado a ella) se fueron a los dormitorios para disimular. A las once y media, salieron a la sala común. Hermione estaba ya allí.
-¿Estáis seguros? Es que, si nos pillan...-dijo ella, preocupada.-Seguro que es una trampa...
-Hermione, nadie te obliga a venir si no quieres. Y en cuanto a lo de que nos pillen... No lo creo, conozco pasadizos y escondites en todo el colegio, así que tranquila.-la tranquilizó Janet.-Tu ayuda será muy útil para nosotros, seguramente. Además, si nos pillan, nosotros asumiremos la culpa.
-¡Vaya, que gracia! Yo no pienso asumir su culpa.-exclamó Ron.
-¡Calla, idiota! Vas a despertar a todo el mundo.-susurró Harry.
Salieron por el hueco del retrato y...
-¡Aaaahhh!-gritó Hermione.
-¡SHHHHH! ¿Qué pa...-preguntó Janet.-¡Neville! ¿Qué haces aquí?-Neville estaba tendido en el suelo, junto al cuadro.
-Se me olvidó la contraseña cuando volví de la enfermería.
-Es "Hocico de cerdo" pero no te va a servir de nada, porque la Señora Gorda no está. Vente con nosotros, si quieres, pero como nos pillen juro que no descansaré hasta que me aprenda esa Maldición de los demonios de la que nos habló Quirrell y os la echaré.-dijo Ron, colérico.
Caminaron camino a la sala de trofeos. Entonces...
-Olfatea, cariño, olfatea. Seguro que están por aquí.-oyeron decir a Filch, el celador, a su gata, la Señora Norris. La Señora Norris siempre aparecía cada vez que hacía alguien algo indebido, y dos segundos después aparecía Filch. Como Harry bien sabía, la mas grande ambición de Janet era pegarle una buena patada a la gata, como a la mayoría de los estudiantes querían hacer.
-¡Seguidme!-susurro Janet, guiando a los otros. Pero Neville tropezó con Ron, y ambos cayeron al suelo, derribando una armadura. Y haciendo suficiente ruido para despertar a todo el castillo.
-¡CORRED!-chillaron Harry y Janet al unísono. Subieron unas escaleras y encontraron una puerta. Ron la intentó abrir. Cerrada.
-Estamos perdidos.-dijo desolado.
-¡Quitaos de ahí!-dijo Janet.
-¡Alohomora!-dijeron Janet y Hermione a la vez. La pueda se derrumbó, debido a los dos hechizos, haciendo mas ruido. Entraron rápidamente.
-Reparo.-susurró Hermione. La puerta volvió a su sitio.
-Ese me lo apunto.-dijo Janet, respirando entrecortadamente y con la bata roja escarlata desabrochada. Hermione sonrió pero luego dijo:
-Os lo dije. Era una trampa, Malfoy se chivó. Debisteis hacedme caso.
-¡Sueltame, Neville!-dijo Harry, porque Neville le tiraba de la manga desde hacía un minuto.-¿Qué pa...?
Un enorme perro negro, con tres cabezas del tamaño de cada uno de ellos, chorreaba saliva sobre el hombro de Ron, que, asqueado miró y gritó. Harry supo que la única razón por la que no los había devorado aún era por que les había cogido por sorpresa.
Harry abrió la puerta, aterrado, y salió corriendo, con los demás por detrás. Entre Filch y la muerte, preferían a Filch.
Corrieron, casi volaron por los pasillos, guiados por Janet, que los metió por un pasadizo que daba a abajo de la torre de Gryffindor, subieron las escaleras y la Señora Gorda, viéndoles sudorosos, asustados y con las batas desabrochadas, les preguntó:
-¿De dónde venís tan tarde?
-Eso no importa.-dijo Ron.-Hocico de cerdo. Hocico de cerdo.
Entraron a la sala común y Hermione les miró enfadada.
-¿Qué pretenden con esa cosa ahí encerrada?-se preguntó Harry.
-Era el pasillo prohibido del tercer piso. Y bajo los pies tenia una trampilla. Estará guardando algo.-dijo Hermione, a quien no le importaba.
-No me había fijado en sus patas, sino en sus cabezas. ¿Qué crees que guarda?-dijo Harry.
-No lo se, ni quiero saberlo. Buenas noches, me voy antes de que se os ocurra otra cosa en la que podríamos acabar muertos. O peor, expulsados.-y se fue a los dormitorios de chicas.
-Tiene que ordenar sus prioridades.-dijo Ron, y se rieron.
-Yo me voy con la que tiene que ordenar sus prioridades. Buenas noches.-se despidió Janet, yéndose también.
Harry, Ron y Neville entraron al dormitorio de chicos de primero con cuidado de no despertar a Dean y a Seamus. Mientras se dormía, Harry cayó: ya sabia donde estaba el paquetito sucio de la cámara setecientos trece.
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Harry y Janet Potter y la Piedra Filosofal.
FanfictionEs la historia de la gran JK Rowling, solo que que Harry no está solo. Tras la muerte de sus padres, separan por la seguridad de los dos, a Harry y a su melliza, Janet. Él se cría con sus tíos, ignorante a tener hermana alguna, y ella vive en Hogwar...