Ángel, el renacimiento de un llamado.

Capitulo 9: Una mancha negra en la hoja blanca

Gendell seguía asistiendo a la escuela, él y Elena seguían siendo novios y su amor esta como nunca lo habían visto, siempre le daba gracias a Dios por todo esto y nunca se perdió sus servicios. La maldad se había alejado, todo parecía ser las maravillas de los tiempos y sus amigos nuevos seguían viéndose con él y hablando de sus deseos como Ángeles, tema que nunca faltaba, pero Gendell nunca decía su motivo. Todo iba perfecto, por decir excelente, porque nada es perfecto excepto el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; hasta que un día en la época del medio año ocurrió que algo no registrado apareció o mejor dicho se despertó.

La escuela estaba en el mejor tiempo de la epoca, los niños salieron de ella emocionados por que se acercaban los exámenes y después de ellos las vacaciones. Los hermanos de Gendell se acercaron a él y así mismo fue y los llevo a la casa para después irse a encontrarse con sus amigos. Al llegar se sentó en un tronco, en donde estaban sus amigos, y Leiden le pregunta:

–¿Por qué te gusta estar con nosotros Gendell?

–¿Porque me preguntas eso, Leiden?

–Lo pregunto solo para saber.

–Pues, lo hago porque ustedes son Ángeles como yo, eso es todo.

–Ya veo por qué lo haces.

–Y a ti que te pasa, Leiden, es que ya no quieres que sea tu amigo.

–No es eso, solo es que no quiero que te acostumbres a esto.

–¿A esto?; ¿a qué?

–A nada solo te lo dije.

Luego Ana viendo que ya sus palabras se convertían en otras cosas saco un papel y saco unas tintas de colores y pinceles y dijo:

–Amigos vamos a dibujar nuestros sueños aquí en este papel.

Abrió la tinta negra y cogió el pincel, lo mojo de la tinta y cuando iba a ponerlo sobre la hoja una gota cayo en la hoja, y una brisa voló la hoja a lo lejos y Gendell fue a buscarla y cuando la tenía en las manos sintió un gran peso en su cuerpo y sus amigos gritaron y Gendell aturdido miro a lo que estaba allí y he aquí una bestia que parecía un perro en la cara y tenía cuerpo de hombre, además estaba lleno de pelos y tenía garras de seis pulgadas. Este lo agarro por el cuello y le dijo con voz de monstruo:

—Gendell, He aquí yo acabare contigo y con tus amigos— mientras lo apretaba cada vez más.

—Aguanta Gendell—Dijo Leiden convirtiéndose en Ángel.

Leiden se convirtió en Ángel y levanto su brazo y lo señalo y de su dedo salió un rayo láser que se pareció como una pistola y choco contra el enemigo fuertemente hasta que lo mando a volar al igual que a Gendell. Ana fue corriendo hacia él y le dijo: Gendell estas bien y le puso su mano en su cuello diciéndole; estas herido en el cuello. Luego Leiden le dijo:

—Gendell tienes que convertirte en Ángel y ayudarme a destruirlo.

Gendell lo miro y vio que su rostro se cambió un poco: su vestidura era blanca entera, pero en su medio tenía un lazo rojo y negro combinados, además poseía una espada brillante, su cabellera era marrón entera y nada más le llegaba hasta un poco más allá de la oreja. Luego Gendell respondió:

—Es que no sé cómo hacerlo, porque las veces que me he convertido ha sido prácticamente por la ayuda del Ángel Gabriel.

—¿Qué, no me digas eso?

De repente, la bestia se levantó saltando hacia Leiden y dijo:

—Malvado como te atreves, tu hacerme esto, ya veo parece que esta creación ha sido un poco menos productiva, eso es solo lo que puedes hacer, creación de segunda, que pésimas son.