Capítulo 1

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Bobby suspiró mientras arrancaba una de las hojas del calendario que tenía colgado al lado de la nevera. No le prestaba mucha atención aquellos días, y por eso no se había dado cuenta que ya el mes había terminado y empezaba uno nuevo. Su percepción del tiempo estaba algo difusa últimamente. Echó una ojeada rápida a la hoja que acababa de arrancar y sintió un pequeño y ya conocido peso en su estómago. Justo en uno de los primeros días había puesto una marca rojiza con un nombre, después ya no había más. Esa había sido la última vez que había sabido de una de sus protegidas, Faith.

Hizo una bola arrugada con la hoja y la tiró a la papelera, justo cuando escuchaba unos pasos bajar por las escaleras del piso de arriba. Se asomó y vio a Dean terminando de ponerse su chaqueta. le hizo un gesto de saludo con la cabeza y el joven cazador fue hacia la nevera, abriendola y mirando en su interior. Sacó una cerveza y la abrió, dando un largo trago.

-Es un poco pronto para beber, ¿no? -Bobby llamó su atención.- Aún son las diez de la mañana.

-¿Y qué?- Dean dio un nuevo trago.- El alcohol viene bien a la hora que sea.

El viejo cazador no le respondió ante aquello, consciente de que no tenía sentido. Muchos dirían que, dado su propio pasado de "alcohólico", no era el más indicado para darle lecciones morales al muchacho, pero era lógico que se preocupara por él, al fin y al cabo, le quería como a un hijo y ahora ese sentimiento paternal estaba mucho más latente después de haber perdido a una de sus... hijas.

Hacía dos meses de aquel fatídico día cuando Crowley se había llevado el alma de Danny. Aún recordaba cómo había aguardado noticias de sus pupilos después de que éstos le hiciesen una rápida llamada diciendo que habían encontrado por fin el paradero de Faith, la cual había huido después de revelarse el trato que había hecho con Crowley para salvar a su hermana pequeña. Se había terminado casi una caja de cervezas mientras esperaba, pero cuando las noticias llegaron, no eran de ningún modo las que se esperaba. Sí, Faith estaba viva y a salvo, liberada del trato de Crowley... pero a cambio del alma de Danny, quién se la había dado al Rey del Infierno plenamente consciente para así liberar a su amiga. Había sido difícil para él digerir esa noticias. No por Faith, a quién se alegraba de haber recuperado con vida... pero no a costa de perder a su otra hija.

Habían sido dos meses duros, pero no solo para él. Los primeros días habían sido muy inestables y, aunque ahora todo parecía haber vuelto a la "normalidad", eso no significaba que estuvieran bien. Dean y Sam habían vuelto a su rutina antes de conocer a las chicas. Viajando y cazando juntos, alojándose después en el búnker. Y Faith... Bueno, ella estaba haciendo también su trabajo, bajo la supervisión de Castiel. O eso al menos era lo que hacía a principios del mes anterior, cuando se había dignado a llamarle para dar señales. Todos intentaban superar la muerte de Danny, pero para él era muy frustrante ver a todos sus "hijos adoptivos" mal y no poder hacer nada por ellos.

En ese momento, Sam bajó del piso de arriba junto con una bolsa de viaje. Tenía unas profundas ojeras y rostro cansado, ya que la última cacería había sido larga y les había privado de un buen descanso. Por suerte antes de llegar al búnker habían pasado por Sioux y habían descansado esa noche. Sin embargo estaban deseando volver al búnker, en especial Dean.

-¿Ya os vais?- preguntó el viejo cazador señalando la bolsa de viaje que llevaba.

-Sí, sí. Aún es temprano, pero si salimos ahora llegaremos al búnker antes de que anochezca.

-En cuanto lleguéis, daros una buena ducha y comer algo. Tenéis un aspecto horrible.

-Al menos estamos vivos.- replicó Dean con tono indiferente, terminándose la cerveza y lanzándola a la papelera. Su mentor no respondió nada.- Te avisaremos cuando lleguemos.

Supernatural: entre cielo e infierno. Temporada 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora