Capítulo 8.1

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Sin embargo días después Adriel no había vuelto al búnker ni había mostrado alguna señal de vida. Al principio la pelirroja había creído que seguiría enfadado, conteniéndose para no aparecer y matar dolorosamente a Dean y a Danny, sobre todo al primero, pero cuando tampoco le contestó ni a los mensajes ni a las llamadas, comenzó a preocuparse. Al fin y al cabo, Rafael y sus ángeles les buscaban, por eso Adriel había buscado refugio en el búnker... ¿y si le habían pillado? No solo sería catastrófico teniendo en cuenta todos los conocimientos que el joven tenía, sino que.... Bueno, Faith había recuperado parte del cariño que le tenía antes de que Crowley y sus tejemanejes enturbiaran su amistad.

Aquella mañana Faith se había despertado tras unos sueños interrumpidos y había decidido preparar una buena taza de café negro con unas tortitas con extra de sirope y caramelo. Mientras desayunaba junto a su fiel perrito Rodney, que estaba tumbado en el suelo a su lado. La chica sacó el móvil mientras daba un sorbo a su taza de café y probó a llamar de nuevo al número del ángel, pero le saltó el contestador.

-Mierda ya... Joder, Adriel... ¿dónde narices estás? Podías dar una señal de vida, aunque fuera uno de esos whatsapp guarros tuyos...

El perro a su lado alzó el rostro y gimió, haciendo que la chica le acariciara las orejas.

-Tú también le echas de menos, ¿verdad, peludito? Os habíais hecho muy buenos amigos... Si es que Danny se pasó. Ya veríamos si le tocaran a su bebé lo que ella diría...

-¿Lo que diría quién?- justo Danny entró por la puerta estirando los brazos por encima de la cabeza y ahuecándose el pelo.- Aish, qué bien he dormido... Uy, tortitas.

- Tómalas, todas tuyas.

-Qué buena amiga...- la peliazul les metió un buen mordisco mientras su amiga volvía a mirar el móvil.- ¿Otra vez llamando al dem... ángel? Déjale en paz ya.

-Estoy preocupada, lleva días sin dar señales.

-¿Y qué? habrá ido a llorar sus penas por su moto perdida...

-A veces eres tan capulla como él...

-Sí, pero yo tengo moto y coche y él no.-Danny suspiró al ver su expresión.- Aish, no te preocupes, seguro que está por ahí bebiendo y comiendo como un cerdito... Es lo que acostumbra a hacer.

-No has pensado... ¿que quizá le han cogido?- la pelirroja la miró seria.- Por algo estamos en el búnker, Danny... Y Adriel tenía una diana en su espalda

-Si así fuera ya nos habríamos enterado. Ese capullo que tienes por novio estaría encantado de decirnos que han cogido a Adriel, sabes que no se soportan.

-Te ha salvado el culo más de una vez, Danny... Al menos podías preocuparte algo.

-Oh, venga ya, ¿ahora te enfadas conmigo? ¡Es Adriel!

Faith suspiró y bufó, poniéndose de pie.

-¿Sabes qué? Voy a darme una ducha... y tú vete a hacer la compra, esas eran las últimas tortitas que nos quedaban.

-¿Yo? ¡Si me acabo de levantar!

-Pues no vayas... pero comerás ensalada de puerro y zanahoria.- dijo Faith marchándose.

-....Cabrona.

Danny se terminó el desayuno y , tras acariciar a Rodney que seguia en la cocina, mirandola y pidiendo un trozo de tortita (que, obviamente le dió) fue a coger las llaves de su coche. Con todo el revuelo le apetecía coger su pitumoto, pero las bolsas serian un latazo, así que su pequeño le iria mucho mejor.

Supernatural: entre cielo e infierno. Temporada 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora