12.- Black day.

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-En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. ¡La paz esté con ustedes!

Ante la muerte humana, la propia y la de nuestros seres queridos, cada uno de nosotros se queda con el corazón conmovido, la mente obnubilada y la mirada triste. Dios tiene derecho de llamar a sí de este mundo, a la mansión eterna, a quién desee, cuando quiera, y del lugar y de la forma que El quiera.

No lograba escuchar nada, solo veía el ataúd al final de ese enorme hoyo rodeado de tierra. La madre de Santiago, su hermana, y su padre, todas sus amistades, profesores de la institución, hasta el chico blanco de biología se encontraba en el funeral, todos con los llantos activos. En cambio yo, todavía no lo asimilaba y ni una lagrima salía de mi, no se si estaba con problemas mentales, pero no quitaba la vista del ataúd, es como tener una esperanza de que salga de ahí. Poder besarle, sentir la corriente de nuevo, llenar el vació que dejó, y reconstruirme por completo. La maldita esperanza seguía presente, quería que ocurriese, pero no pasaba. Simplemente estaba muerto, mi cuerpo, y corazón no lo aceptaban.

-No se consulta con nadie sobre nuestra muerte, ni exonera a nadie de la muerte. El es el Creador de nuestro cuerpo y de nuestra alma, el Señor absoluto del tiempo y de la eternidad, de los ámbitos materiales y de las esferas espirituales, y por eso, todos estamos ante Dios en actitud de humildad y fe.

Había momentos que mis sentidos volvían a la realidad, eran entonces que empezaba a sentir de nuevo el sople del viento. Los llantos, y la voz del padre haciendo una estúpida ceremonia, para alguien que ni creía en Dios. Su estúpida veneración, como si eso fuese a revivirlo, o darle la paz que dicen. No pueden entender que esta muerto, así como yo también puedo asimilarlo. Estúpida gente, estúpida familia, estúpidos amigos, nadie pudo ayudarlo cuando más lo necesitó.

-Ante el llamado de Dios, callan todas las objeciones y las fábulas humanas. Queda solamente la respuesta de quien ha sido llamado ante Dios, y nuestra intercesión humana mediante el sacrificio de Jesús ante el misericordioso Padre Celestial. Que Cristo Rey, cuya festividad celebramos hoy y a quien ofrecemos esta Santa Misa, reciba el alma del difunto alumno de la Universidad de la Perla , Sr Viscaino , y le otorgue el premio por sus buenas obras y el perdón de sus faltas. También nosotros nos arrepentimos por las buenas obras que dejamos de cumplir y por todos nuestros malos pensamientos, palabras y obras que no están de acuerdo con la ley de Dios.

Quien quiera pasar a dejar unas palabras, esta en mano de Dios recibirlas, y entregárselas.

No podía mas, no podía estar ahí. No podía seguir escuchando como la gente se despedía de alguien que ni yo podía creer que se había ido de mi vida, de mi alma, de mi corazón, de mi espíritu, de mi.

Es un estúpido de mierda, ¿por que coño me dejó a mi solo aquí?

Sentí como las lagrimas empezaban a caer por mi rostro. Dejé a todos atrás, y empecé a correr por el cementerio, dirigiéndome a un bosque al final de el. Las chicas intentaron detenerme, y escuche a la persona que estaba dando el discurso hizo una pausa al momento de yo empezar a correr, seguro tenia los ojos de todos encima mio en estos momentos, pero realmente me daba igual.

Solo quería irme del lugar, solo quería estar solo.

No me detuve en ningún momento, pero si lo hizo una raíz de alguno de los arboles, haciéndome caer de boca al suelo. No se si me había hecho daño, pero no sentí nada. Sentí que algo debía salir dentro de mi, fue entonces cuando empece a llorar con llantos y a maldecir mientras me encontraba tirado solo en aquel bosque húmedo. Solo las criaturas del bosque verían lo destruido que estoy en este momento, llorando como un sin fin de dolores, ahora todo lo que me revolvía el estomago empezó a salir, en varias partes vomite, y sentía que dejaría el estomago en el suelo.

Simple Things (Wattys2020)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora