"Money for Love" |Michael Clifford y tú|

Capítulo 16.

Vuelvo la mirada hacia Michael y le enseñó una mueca compasiva. Estaba demaciado enfermo como para seguir besandolo, así que, finalmente bese su frente con delicadeza y le sonrío.

-Nos vemos mañana, feo. -me despido soltando su mano.
-¿Vendrá la bruja otra vez, mañana? -se burla.
-si quieres no vengo y te dejo tranquilo. -mentí. Fuera lo que él quisiese, yo vendría igual.
-No bonita, mañana vienes y nos divertimos un rato. -ronronea fallidamente con la voz gangoza.
-si, si, si. -replique desinteresada-, nos vemos. Adiós.

Me despido desde la puerta y vuelvo a caminar hacia la puerta principal. Bajo y me encuentro con la abuelita de Michael. Me comparte una sonrisa y se despide desde la distancia. Salgo de la gigantesca casa y me subo al primer taxi que encuentro. Debía estar en media hora en el apartamento, Zayn estaba pronto a llegar y yo, como buena hermana, no tenía nada listo.

Veinte minutos de viaje, pido la pizza por teléfono y en el camino compro algunos refrescos. Entro a casa con las botellas en mano. Las dejo en la mesa y comienzo a ordenar todo. A los minutos, la puerta suena. Corro y abro con una sonrisa en mis labios.

Zayn me besa la frente y entra, Giselle me saluda con un beso de mejilla y mi sobrina se abalanza a mis brazos. Juguetea con mi cabello y mis ropas y ríe con ganas.

-¿Qué cenaremos hoy Malik? -Pregunta la castaña llegando a la mesa.
-Pizza, pero aun no llega.
-¿Pizza? -pregunta Zayn, curioso. -siempre pides pizza cuando sales. ¿A donde fuiste pequeña?

Ruedo mis ojos, fastidiada.
-¿Donde crees, bobo?
-Michael ¿eh?
-sí.
-¿y que hiciste allá?
-visitarlo.
-¿y estaban solos? -pregunta inquisidoramente.
-No Zayn, estaba su abuela.
-Já, eso no me lo creo ni por un millón de dólares.
-¿Por qué eres tan desconfiado Zayn? Es como si tuviera el derecho a no vivir mi vida.

Mi hermano me mira fugazmente de una forma culpable. Pero solo son unos segundos, y guarda silencio. Giselle me mira suplicando con sus ojos que perdonará a Zayn; y yo ya le había perdonado todos estos defectos desde el momento en que mis padres murieron. Mi hermano cambio drasticamente, pero eso no significaba que no le demostraría el peso de sus actos.

El timbre suena y sé que es el repartidor. Giselle llega antes que yo y abre la puerta. Voy hasta la mesa para ordenar y servir los refrescos, Zayn me mira desde la silla con una mirada algo diferente ¿Qué era eso?

-Gracias. -se despide Giselle y cierra la puerta. -¡Las pizzas ya llegaron!
-¡excelente! -exclama Sumer fuerte mientras corre hasta las piernas de su madre.

Nos sentamos todos a la mesa. De pronto nos en volvimos en un silencio. Se escucha el choque de los tenedores con los platos y nuestros movimientos en las sillas. ¿Por qué ahora ese silencio?

-¿Me puedes servir algo de bebida, por favor? .-pregunta Zayn a Giselle.
La castaña se levanta unos centimetros de su silla y se dirige a Zayn con la botella, pero en ese movimiento su brazo empuja el vaso a mi costado y este se derrama en mi camiseta.
-¡la bebida! -grita Zayn.
-¡tu camiseta! -grita Giselle.
-¡mi pizza! -grité yo.

Sumer grita en forma de risa burlesca. Los tres adultos nos ponemos en pie y ordenamos la mesa para que el líquido no siga cayendo. Recogemos las cosas mojadas y Zayn seca con un paño la mesa.
-pero que lío. -comenta Zayn secando por debajo de los platos.
-Lo siento _______. No fue mi intención, ven, vamos a ver. Dame tu camiseta para lavarla antes de que se manche. -Giselle estira su mano para recibir mi prenda.

Tiene razón, era una de las camisetas que más me gustaban y el tenerla manchada me hacía tener los pelos de punta. Saco de mi camisa aún teniendo a mi hermano al frente, total, nos conocíamos desde pequeños y no teníamos nada que esconder.

gran equivocación.
Se la extiendo y me quedo solamente con mi brasier nuevo.
-Lindo. -dice Giselle viéndome con una sonrisa burlona para luego desaparecer en la cocina.
-¿y eso? -pregunta Zayn mirándome con una ceja alzada y deteniéndose de limpiar.

Sonreí.
-me lo he comprado con el último dineron que gané. -informé satisfecha.
-¿Color rojo? tu nunca compras ese color.
-incorrecto, tú nunca me dejas comprar este color.
-eso no es cier...
-¡Que linda rosa tía! ¡Yo también quiero una así en mi espalda!

Miro a Sumer extrañada.
-¿Rosa? -exclamamos los hermanos Malik al unísono.

Y lo recuerdo. No es una rosa y ni siquiera una flor, es más bien, una maldita y refrescante mandala.
Me pongo rígida y miro directamente a Zayn, con nulas intenciones de mostrarle mi espalda.
Demonios, lo había olvidado.
¡Agh, mierda!

-¿de que flor esta hablando Sumer? -Pregunta Zayn acercandoseme. Desde la distancia puedo percibir su vena del cuello y su mandíbula tensada.

Retrocedo.
-Na-Nada Zayn. No t-tengo nada en la espalda. -una sonrisa nerviosa y manos temblorosas mientras él se acerca.

-¡______ que linda mandala! ¿Dónde te la haz hecho? ¡yo igual quiero una así Zayn! -Grita Giselle a mi espalda.

¡Cállate tonta!
-Ma ¿Mandala? -dice Zayn ya al frente mío, aferrando sus manos en mis hombros.
-eh... hehehe ¿Mandala? ¡tú tienes una en tu mano hermanito!
-Sí... y tú tienes una en tu espalda ¿No cierto hermanita?

De pronto, el aura de zayn se vuelve negra. Un fuego oscuro lo envuelve y su rostro se opaca. Sus ojos parecen volverse rojos del enojo y ahí estoy yo; Al frente del sólo con mi brazier puesto.

En ese instante, el timbre suena interrumpiendo el macabro estado de Zayn.
-Yo iré. -exclama Sumer corriendo abrir la puerta.
La abre y del otro de la puerta de madera puedo ver perfectamente el colorido cabello de Michael teñido de un rojo chillón. Mira a Sumer con una sonrisa y sus ojos se encuentran con los mios.

¡Ahhhh, deja de aparecer así idiota! ¡No, no, no me mires así idiota!
-¡CIERRA LA PUERTA! -Grito con las mejillas a punto de estallar y tapandome con mis manos.

Michael nota mi estado y se gira al instante.
-Hehehe -Ríe Zayn escalofriante mente .- justo llega el monstro que necesitaba ver.

Con zancadas largas y seguras abre la puerta, toma a Michael del cuello y se lo lleva a rastras.

-¡¡________!! -Escucho a lo lejos a Michael.

MIERDA.