C a p í t u l o 8

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-Eres un gran mentiroso, Michael Clifford.- acuse negando. Volví a desabrochar mis zapatillas.

-no estoy mintiendo.-insistió mientras tomaba de mi mentón y me obligaba a mirarlo.-no se como puedes estar bella con todos esos...-no quiso terminar la frase por lo incómoda que era para él.

-dilo.-obligue mirando entre cerradamente sus ojos.-vamos, dilo.

-no creo que sea necesario.

-quiero que lo digas.

-definitivamente no.

-Michael, no seas cobarde...solo di que no sabes como me veo bella teniendo estos...-señale mi ojo.-en mi cara.

-No lo haré y es un no definitivo.

-¿seguro que no lo dirás? -pregunté alzando mis cejas, dándole algo de suspenso al asunto.

-no preciosa, no lo diré.

-okay. ..

Safe mi cara de sus manos y desabroche completamente mis zapatillas.

-Te ves hermosa hasta con moretones en tu cara-confesó después de un largo silencio.

Reprimi una sonrisa mientras miraba perdidamente mis manos en la obscuridad. De pronto, el ambiente se volvió pesado, lleno de ganas, pidiendo a gritos algo que yo no deseaba.

El silencio es profundo y yo no dejo de mirar mis manos con la cabeza agachada. Sin embargo, Michael interrumpe todo eso tomando agilmente de mis manos y levantándome.

Mi frente siente su respiración y mis manos el latir de su corazón. Yo quedó algo desconcertada, porque sus manos corren por mis mejillas con delicadeza. Atraviesan mis pómulos y luego mi mentón. Se detienen y luego siguen masajeando mis labios.

Es como si estuviera flotando en el agua, llevas un pequeño sentimiento de paz, pero no tienes la seguridad de cuán profundo puedes llegar a estar si caes de esas imaginarias aguas.

Y me beso.

Siento el cosquilleo de sus labios en los mios. No me puedo ni mover, estoy paralizada. Pero no lo evito. Dejo que me bese. Es algo tan extraño lo que siento dentro de mi, que me siento inmóvil.

Pero sus manos llegan hasta mi mejilla hinchada y me duele. Así que me separo y le pego suavemente, entre enojada y encantada, en su mejilla.

-¡Demonios Michael!-Reclamo mirándolo pero no perdiendo nuestra escasa distancia-.Eres un bruto...

El dolor de la mejilla se borra al instante, cuando me doy cuenta de que hace pocos segundos estaba besando a Michael.
Besando.

Mis mejillas se vuelven de color rojo, pero la obscuridad hacen que pasen desapercibidas.  Realmente no estaba preparada para que Michael me besara.

Sentía que todo lo que estaba haciendo estaba mal, pero mi mente me seguía recordando que ese dinero me serviría mucho. Pero mi mente se olvidaba de algo muy grande;

El Karma.

-¿Qué haces para tenerme así de loco?-escucho que de pronto dice en un susurro;

Y de nuevo me esta besando; pero esta vez me sujeta desde atrás de mi cabeza y me obliga a estar cerca de él. Enreda sus dedos en mi cabello y me apega a su cuerpo, y sin mi autorización, su lengua juguetona trata de entrar hasta mi boca.

Me besa desesperadamente. Pero esto no me gusta.

Doy un paso hacia atrás y con fuerza apego mi palma a su blanca mejilla.

-Eres un asco Michael - Digo mientras me alejo de él.

-Mientes- Me acusa atrapando mis brazos en sus grandes manos-. Sabes que te gusto.

Niego algo asustada.

El brillo de sus ojos no era gracias a la luna. No. Definitivamente no. Estaba enojado, algo frío.

-Eso es lo que me das Michael. Asco. lo único que quieres es acostarte conmigo ¿Porque Michael?-miro hacia abajo mientras me muerdo la lengua para seguir mintiendo. Pero lo extraño, es que un 10% de mi corazón decía que estaba diciendo la verdad-. ¿Porque no me puedes querer como yo te quiero?

Su expresión cambia a una sorprendida. Y ya no estoy más en sus brazos. Estoy a dos pasos de Michael.

-Tu no tuviste que haber dicho eso Sus ojos pasan al otro lado de la habitación.

Pero no puedo decir más nada, por que la puerta se abre y deja a la vista la cabeza curiosa de Calum.

-¿Está todo bien?

Michael y yo lo fulminamos con la mirada, y ninguno de los dos le contesta. Ahí es cuando veo que Michael me da una ultima mirada. Llena de pena y a la misma vez arrepentimiento y sale de la habitación a paso duro.

-¿Segura que estas...?

-Calum, ahora no por favor. Buenas noches y cierra la puerta cuando salgas.

Este, entendiendo un poco la situación, asiente y sale de la habitación.

Me siento mal cuando estoy sola de nuevo. No diciendo por la habitación. si no el la vida. Por fin, después de varios años, había tenido una sacudida en mi vida; y Michael había sido esa sacudida.

Michael.

Con él soñé esa noche. Con sus azules ojos acusándome de traición.  Algo más que una pesadilla.

Abrí mis ojos, alarmada después de verlo gritarme entre sueños.

-¿Tienes que moverte tanto mientras duermes?-escucho a mi lado.

Me giro de golpe y me encuentro con ese mar azul de Michael; mirándome divertido.

Estaba como si nada hubiera pasado la noche anterior.

"Money for Love" |Michael Clifford y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora