C a p í t u l o 4

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Es extraño, pero nunca en la vida me había sentido más libre como me siento en este momento. El viento baila con mi cabello haciendo que este se eleve y mis ojos se entrecierren para poder tenerlos abiertos.
Michael no me ha mirado en ningún momento del trayecto, pero a mí no me importa, porque estoy en un descapotable; y el camino es muy bello para concentrarse en el trabajo.

Nos detenemos en un gran mirador. Me encanta. La vista es hermosa. Las luces de la ciudad perecen unas grandes luciérnagas que mueren y otras que nacen. Esa era la única luz que nos rodeaba.

Me giro hacia Michael, pero me ruborizo al ver que él ya me miraba. Sus ojos azules se ven oscuros. Y tiene una gran sonrisa dibujada en sus labios. Me desconecto por un momento del mundo. Es demasiado intimidante.

-¿Qué hacemos aquí?-Preguntó cortando el contacto visual y entrecortadamente por lo nerviosa que estoy. Es absurdo. Michael me pone nerviosa cuando soy yo la que lo hará sufrir.
-¿Acaso no nombramos esto como una cita?-Contesta levantando sus cejas. Al fondo percibo esa sonrisa burlona.
-Sí, pero…-Me interrumpe.
-¿Pero qué?-Pregunta enarcando más sus cejas.
Me giro y miro la hermosa ciudad que se disfraza de negro pero lleva pequeñas linternas, iluminándonos. La mirada de Michael es muy penetrante.
-Se supone que la primera cita siempre es en un cine o ir a jugar a los bolos, pero. —mi mirada recorre todo el lugar y me encanta.- ¿Un mirador?
-Vamos hermosa.-Dice mientras se baja elegantemente del auto. ¿Cómo es que lo hace?-No me niegues que este es un hermoso lugar para perder la virginidad.

Me atraganto por sus palabras ¿Acaso él dijo eso?
-¿Disculpa?-Digo, indignada saliendo del auto. Cierro la puerta más fuerte de lo que es debido y visualizo la amarga mueca de dolor que puede tener Michael al sentirlo.

-Disculpas aceptadas, señorita Malik.-Agrega cruzándose se brazos sin despegar la mirada de la ciudad. Se apoya en el auto mientras observa las hermosas luces, como si ya conociera todo esto de memoria.
Me pongo roja de rabia. Nunca me ha gustado quedar en ridículo.
-Primero.-comienzo diciendo tratando de contener mi ira.-no tengo porque pedirte disculpas, segundo y último: Yo no soy virgen.

No es que me enfurezca el ser virgen, pero lo que si me enoja son las intenciones por las cuales me trajo: Sexo. Y yo odio el sexo.
Su mirada se posa rápidamente en mis ojos. Yo lo había sorprendido.
-Sí claro y yo soy un mago.-Se mofa sacando su mirada de mis ojos.
-Ya quisieras Michael. Pero de verdad.-digo mientras mi ira se calma y vuelve a su estado normal.-Fue algo alocado, lleno de verdadero amor… (No creo que tu sepas de eso) pasión y…fue con mi mejor amigo.-Digo por último en un hilito de voz. Decirlo en voz alta suena ridículo.
Aun así no sé porque le doy tanta información a Michael.

-¿Mejor amigo?-pregunta sorprendido; regresando su mirada a mí.
-Sí.-afirmo…pero no tan firme de lo que se suponía que debía ser.

No sé lo que piensa, pero de nuevo vuelve esa sonrisa maliciosa.
Me observa mordiéndose su labio inferior y yo, nerviosa, entrelazo mis manos al frente mío y observo mis dedos nudosos.

-No sé qué voy hacer contigo.-Murmura más para sí mismo.-Tan inocente de día, tan pecadora de noche. Pareces un ángel pero sin nada de blanco.-Se acaricia su mentón mientras me observa.
 No me gusta que me observe, me siento tan indefensa con tan solo tener sus ojos encima de mi cuerpo, que no lo quiero. Me lleno de valor y lo observo.
Se arregla el cabello rojo, que tanto deseo tocar y camina hasta mí. Veo sus pasos lentos, pero largos y ya está al frente mío, mirándome.
-¿Y qué quieres hacer conmigo?-Preguntó sin pensar.
Michael no parece sorprenderse a tal picardía porque no deja de observar mis labios. Por inercia muerdo mi labio inferior.
-Vuelve hacerlo.-dice concentrado en mis labios.
-Qué… ¿Qué cosa?-Preguntó entrecortadamente e insegura. Se me acerca a unos centímetros de mis labios  sin dejar de mirarlos.
-Muérdete el labio, preciosa. Me gusta.
De pronto su cercanía hace que la realidad me dé como un balde de agua fría. Si quiero enamorarlo de verdad, debo planearlo bien. No puedo ser una de todas esas que solo las quiso por su físico y la fácil que eran. Jamás me han gustado las chicas que son más fáciles que la tabla del uno. Y yo sé que a los hombres les gustan los retos y hoy seré el reto de Michael. Sé que suena cruel. Pero deseo mucho ese dinero. Me permitiría viajar por primera vez a Escocia. Donde siempre eh deseado conocer.
Me alejo de Michael, dejándolo desconcertado. Camino hasta el capo del auto y me apoyo en este como hace unos minutos lo había hecho Michael.
Veo como él sonríe hacia la nada y se gira en sus talones para mirarme.

-Bien _____. Si no quieres de mis besos ¿Qué quieres?
Lo miro fingiendo indignación. Le sonrío y miro a la hermosa vista que nos acompaña está noche.
-Solo quiero relajarme y pensar que el mundo no existe…aunque sea solo por esta noche.

Esas palabras de verdad lo toman por sorpresa. Porque se queda parado, algo confundido con una ceja alzada.
-¿Quieres hablar?-Pregunta como si esas palabras nunca hubiesen salido de su boca.
Se acerca y se apoya igual que yo del capo del auto.
Asiento.
Me mira por un momento y luego, se une conmigo a mirar las hermosas estrellas que hay en el cielo.
-Se me había olvidado preguntar tu edad.
-Dieciocho.-Contesto de inmediato.
Él asiente.
-¿Cómo te llevas con tus padres?
Tengo la mala manía de preguntarles a las personas como se relacionan con sus padres. Porque yo perdí a los míos.
No sé asombra por mi respuesta. Si no, se encoge de hombros.
-Cómo cualquier adolecente, a veces discutimos, pero los amo ¿Y tú? Creo que tus padres deben de estar preocupados porque saliste conmigo.
De pronto siento que el mismo nudo que siempre se me formaba cuando pequeña al preguntarme eso se me formaría, Pero ya no era así.
-Mis padres murieron en un accidente automovilístico.-Contesto sin mirarlo. Siempre recuerdo esa noche.
Michael se pone tenso, como cada persona que ya me había preguntado de esto. Pero ya no me daña el saber que murieron, si no, me hace más fuerte así que sigo hablando para calmarlo.
-Recuerdo que solo tenía siete años y mi hermano trece. Creo que a él le dolió más que mis padres murieran.-Continuo.- Era de noche y mis padres estaban concentrados en el camino. Es impresionante lo que un segundo puede costar, pero ese segundo, cuando los vi tomándose de la mano y sonriéndose supe que para ellos fue infinito. Fuimos victimadas de un choque por culpa de un ebrio que corría de la policía. Nunca más le volví a ver los ojos a mí madre y nunca más pude hablar con mi padre. Solo me quede con Zayn, mi hermano.-Boto un suspiro. Los recuerdos a veces me dueles pero hoy me calmaban.-Zayn tomo el papel de padre y madre. Me cuido hasta que tuvo que irse porque formo una familia y la verdad le afecto algo el ser papá y mamá, porque sus celos no me dejaron tener novio hasta los dieciséis. Pero aun así, como cualquier adolecente, a veces discutimos pero lo amo.

No sé cómo pero el saber que al contar todo y no llore me hace saber que el tiempo ya me estaba arreglando, de apoco, pero lo estaba logrando. Miro a Michael que mira sus pies. Tiene sus mejillas coloradas.  Abro mis ojos como platos ¿Acaso había avergonzado a Michael? Pero él me mira y solo era el efecto de la luz. Sus ojos a veces pueden parecer tan fríos y a la vez tan cálidos. Toma de mi mano con cuidado y la acaricia con su dedo pulgar.

-Eres muy fuerte ______. Tal vez me vea como alguien seco, o sin sentimientos, pero, sin las personas que yo amo, me muero.

Esas palabras hacen que mire hacia otro lado. Espero que nunca pienses eso de mi Michael.
Me suelto de su mano. Camino hasta más adelante en el mirador casi llegando hasta el borde del barranco y estiro mis brazos, sintiendo todo el viento abrazarme con sus expertos brazos. Cierro mis ojos y me dejo llevar por el movimiento del viento. Me siento libre. Libre de mi oscuro pasado que siempre me está persiguiendo. Ese dolor que aunque trate de engañarme. Siempre está. Ahora sé porque Michael dice que soy valiente, porque si no lo fuera. Ya no estaría en este mundo.

Siento los pasos de Michael llegar a mi lado. Abro mis ojos y lo veo estirar los brazos al igual que yo. Compartimos nuestra libertad. De pronto Michael suelta un grito tan grande que se tuvo que haber escuchado en todas partes. Los reímos. Mi turno llega y suelta un grito grande. Es como botar un pequeño peso que tenía en los hombros.




Después de soltar millones de gritos, volvemos al auto y sin decir ninguna palabra; Michael pone en marcha el auto hasta mi apartamento.
Nunca se me cruzo por la cabeza el saber que Michael era muy comprensible y sabía escuchar. Una de las pocas cualidades buenas que tenía. Veo la hora en mi reloj: las nueve y media. Tal vez Zayn no había ido a cenar hoy. No me había llamado.
Michael insiste en ir a dejarme hasta mi apartamento, arriba. Así que no me puedo oponer. Subimos en silencio por el ascensor y compartimos miradas fugaces por el espejo. Nunca pensé que el fingir enamorarse sería tan incómodo.

Cuando estamos a pocos pasos de mi puerta escuchamos el arreglarse de una voz. Maldición. Un grito ahogado. Rayos. Y un “Oooh” Diablos.
Miramos hacia dónde provenía el sonido y ahí estaba mi querido hermano, rojo de celos, mi cuñada, roja de la emoción, y mi sobrina, roja de la vergüenza. Miren, la familia perfecta.

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Hello. Hoy actualice pronto porque, bueno, me gusto que muchas comentaran y me animo a seguirla. Gracias.

Hoy les voy hacer una preguntita; a todas mis lectoras les hago preguntas.
¿Cómo encontraron la novela? No sé, recomendación o buscabdola y ¿Cúal fue su primera impresión al verla? Espero que comenten y LAS AMOOOOH!

PAZ <3

&quot;Money for Love&quot; |Michael Clifford y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora