En La Piel De Adela. ©[Editando]

2. Del ocaso hasta el alba

Tema: Hero By Mariah Carey

No sé dónde me encuentro ahora mismo. Perdí la noción del tiempo y no sé cuanto corrí. Mi corazón duele, mi alma llora y mi ser está destrozado. Todo parece irreal.

Cierro con fuerza mis ojos rogando que al abrirlos esté en mi casa, en mi cama con mi mamá y que todo esto sólo sea una pesadilla, pero al abrirlos compruebo que esta es mi triste realidad.

Ya está oscureciendo. El ocaso me abraza y yo tiemblo, tiemblo de frío y también de miedo.

Estoy sola en medio de la nada, y el llanto que hasta hace minutos era causado por el dolor de la verdad que golpeó mi mundo, es reemplazado por un llanto a causa de mi soledad. Ya nada se ve, todo es oscuridad. Me siento bajo un árbol y contemplo con mis ojos, borrosos por las lágrimas, el cielo estrellado y en ese momento agradecí ver esas estrellas allí junto a la hermosa luna. Al menos ellas me iluminan.

Comienzo a recordar lo sucedido horas atrás y me dedico a procesar la información.

Mi papá se casó con otra mujer hace más de dos años y tuvieron un hijo hace pocos meses, mi hermano. La última vez que vino <<olvidó>> contarme esa parte de su vida. Ese día fuimos al parque, tomamos yogurt de durazno y comimos pan con palta y jamón. Nos hamacamos y trepamos por unas gradas que hay a un lado de la plaza. Jugamos al <<veo, veo>> tirados en el pasto a la sombra de un gran árbol y al atardecer me llevó a mi casa.

Fuimos agarrados de la mano mientras tomábamos el helado de nuestros sabores favoritos; frambuesa y limón.
Al llegar me dijo <<te amo princesa. Volveré pronto, lo prometo>>. Y se alejó a paso apresurado desapareciendo de mi vista en poco tiempo. Como siempre lloré a mares, me dirigí a cada rincón donde él estuvo parado, acaricié la silla donde se sentó esa mañana cuando fue a buscarme. Me liberé de mi angustia tomé un baño y me fui a la cama sin cenar.

Después de ese día no volvió más. Cinco meses. Cinco meses esperando una señal suya y nada. Ahora lo comprendo.

****************

No sé en que momento me habré quedado dormida, solo sé que cuando reacciono esta.  amaneciendo. Estuve perdida la noche entera. Vi el ocaso y vi el alba en este lugar.

Intento encontrar el camino a casa de mi abuela pero no lo logro .El sol está muy fuerte, supongo que ya es mediodía, tengo hambre y sed pero sobretodo necesito un abrazo de mi mamá.

Ya no tengo fuerzas para llorar, ni para caminar. Siento que voy a desmayarme en cualquier momento.

—¡Adela! ¡Adela! —oigo a lo lejos.

—¿Mamá? —tengo que frotar mis ojos para comprobar que era ella realmente y no parte de una alucinación— ¡Mamá!

Corro, corro mucho. No sé de dónde saco las fuezas para hacerlo, debe ser la gran necesidad de sentirla a mi lado. Lleguo hasta ella y la abrazo por lo que me parECW una eternidad. Mi tío Luis esta aquí, también lo abrazo. Vamos hasta su camioneta y partimos rumbo a la casa de mi abuela.

—Mamá. No quiero ver a Clara, ni a nadie —le rluego casi llorando.

—Tranquila mi niña, ya todos se fueron. Sólo está tu abuela allá.

No pregunto más. Llegamos, tomo una larga ducha y como dos platos de ensalada. En la tardecita volvemos a casa, cenamos y nos vamos a dormir.

Fue hasta el martes mientras almorzamos que mi madre mencionó el tema:

—Adela. No voy a presionarte, pero cuando te sientas lista hablaremos del tema de tu papá.

—No quiero —digo segura.

—No tiene porqué ser ahora, cuando estés lista mi cielo. Solo te quiero decir que cuando decidas hacerlo aquí estaré y te contaré todo, ¿sí? —dice con la dulzura que la caracteriza.

—Ok — Respondo sin ganas.

Lo cierto es que ya no me importa. Sí me duele y mucho, pero no creo que haya justificación valida para lo que hizo.

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Pasaron 3 meses hasta que mi padre recordó que yo existo y se dignó a volver. Yo ya no lo esperaba. Desde que supe de su nueva familia y de su mentira nunca volví a sentarme como una tonta a esperar que llegara.

Ese día ni siquiera salí a verlo. Escuché que mi mamá le contaba que me había enterado y la manera en que todo ocurrió. Golpeó la puerta de mi habitación varias veces, pidiéndome que lo perdonará y diciendo que quería contarme toda la verdad.

—Ya es tarde —le respondí seca del otro lado, y luego de un rato más se marchó.

Hasta hoy no volví a saber de él y no tengo intención alguna de tener noticias suyas. Y al él pareció darle lo mismo ya que nunca más volvió.