En La Piel De Adela. ©[Editando]

6. En las sombras.

Tema: In the Shadows/ By The Rasmus.

No puedo terminar de creer lo que me encuentro haciendo en este preciso instante. Sentada en el regazo de un hombre desconocido y permitiendo que me toque la pierna y muslo derecho al tiempo que bebe su whisky caro y ríe con sus amigos de juerga.
Pero comencemos por el principio...

6 días antes...

Llegué a casa de Daniela luego de casi deshidratarme de tanto llorar. Ella me recibió con una amarga sonrisa en su rostro comprendiendo lo difícil que era tomar una decisión de esa magnitud.

Mi interior era una batalla campal. Tenía mil sentimientos encontrados. Una mezcla complicada de explica, sentía euforia, tristeza, determinación, orgullo, dolor, curiosidad, satisfacción, angustia y miedo. Mis piernas temblaban y mi corazón latía a cien por segundo, en otras circunstancias pensaría que estoy al borde de un ataque cardiorrespiratorio. Sí, lo sé, soy un poco exagerada, pero creo que es normal esta clase de sentimientos en momentos así.

En el más absoluto silencio Dany buscó un vestido muy sugerente entre sus cosas y zapatos altos e hizo que me los pusiera y me maquilló de forma exagerada; me sentía una puta. Pero no pude derramar ni una sola lágrima porque debía asumir mi rol y esta era una decisión tomada.

¿De qué me servía seguir llorando?

Me tocaba ser fuerte y tomar por primera vez en la vida las riendas del asunto. Nada importaba más que la salud de mi mamá. Esto era por ella. Y después de todo, ¿qué tendría de malo servir unos tragos y coquetear con algún que otro tipo para conseguir ese dinero? Me repetí esa pregunta interiormente hasta autoconvencerme de que nada malo pasaría.

Daniela aparcó su auto fuera de un lugar en el centro de la cuidad por el que pasé millones de veces y hasta ahora no había reparado en él. Un gran cartel luminoso decía <<Divas>> de forma intermitente y variando sus colores. Nos dimos un abrazo y por primera vez en la noche hablamos.

—Adela, créeme que se lo difícil que es dar este paso y estoy segura de que dentro de tu pecho hay una lucha que no cesa. Pero déjame decirte algo, luego ya no es tan malo, te acostumbras y llega un momento en que tu cuerpo está allí pero no tu alma y tu corazón. Y al otro día al despertar sientes que solo a sido un sueño loco.

—Gracias por intentar levantar mi ánimo. Es que no me acostumbro a la idea, eso es todo.

—Respira profundo, con calma, ¿sí? Todo irá bien. Piensa en que es por la mujer que ha hecho todo por ti desde siempre.

—Créeme que si no fuera por el echo de que ha sido la mejor madre del mundo nunca hubiera accedido a esto —le respondí con tono de obviedad.

—Bajemos. Es mejor que hablemos con Benjamín antes de que empiecen a llegar clientes.

Al entrar un frío recorrió mi columna vertebral. Era como haber ingresado a otra dimensión, a un universo paralelo, a un mundo de sombras.

No pude ver demasiado ya que nos dirigimos directamente a lo que asumo es la <<oficina del jefe>>. Dentro, sentado en un enorme sillón de cuero negro y acompañado de música clásica, había un hombre jóven de cabellos casi rubios y ojos verdes. Era guapo, pero su mirada era sombría, oscura.

—Pasen —Nos dijo con una sonrisa pervertida en su rostro.

—Benjamín, ella es Adela, una amiga de la Facultad —dijo señalándome — Su mamá está enferma y necesita trabajo.