En La Piel De Adela. ©[Editando]

11. Así es la vida

Tema: Así es/ By: Bersuite Vergarabat

Mi interior se desmoronó en cuestión de segundos. Deseaba cerrar mis ojos y que al abrirlos todo esto fuera una pesadilla, y así lo hice pero de nada sirvió. Mi primo al que no vi por años y el hombre al que amo locamente son la misma persona. Ahora comprendo esa familiaridad, el sentimiento de conocer esa mirada. Cuando éramos niños, siempre que podía quedaba prendada a sus ojos, siempre tan expresivos. En el fondo yo sabía que él no era igual a sus hermanos, sólo se dejaba llevar por ellos, por Clara sobretodo, que por alguna razón que desconozco me odiaba.

Recuerdo una vez él había ido a casa de mi abuela solo con su papá porque Clara y Cristóbal tenían varicela, me acuerdo de que ese día caminamos por el campo, hicimos un picnic, corrimos, nos divertimos tanto...ahí descubrí, conocí, al verdadero Camilo. Pero fue sólo ese día ya luego todo volvió a ser igual.

La voz de mi abuela me hizo regresar.

—Adela, hija. ¿Me oyes?

—Sí, perdón. Es que estoy muy sorprendida — y en realidad lo estaba.

—Ya veo — rió— ¿es qué les comieron la lengua los ratones que quedaron callados?

—Fue la sorpresa abuela. Han pasado mucho años — al fin habló el sin quitar su mirada de la mía.
—Hola Adela. —me sonrió con tristeza.

—Hola Camilo —respondí al gesto.

—El almuerzo está listo —anunció Cecilia, cosa que agradecí porque realmente iba a desmayarme si seguía en medio de esa situación.

Fuimos al comedor y me senté al lado de mamá y enfrente de Oas... de mi primo Camilo. La comida se veía deliciosa, un pollo rebozado en salsa de mostaza y miel descansando sobre un colchón de verduras y arroz a los cuatro quesos, mas no pude casi probar bocado. Sólo sonreía ante los chistes de mi tío Luis, veía el rostro iluminado de mi mamá que se notaba feliz de compartir ese momento con su familia. Al verla así sonreí con sinceridad por primera vez en la última hora.

Siento su mirada en mi quemándome, quiero ser fuerte y no girar a verlo pero es imposible. Nuestras miradas se conectan y mis piernas tiemblan. Modula un <<árbol>>. Fruncí mi ceño sin comprender pero ya luego me cayó la ficha. Miré a todos y cada quien estaba en lo suyo. Volví a mirarlo y negué con la cabeza.

—Tía —habló él — ¿les molesta si voy con mi prima a dar una vuelta? Hace mucho que no vengo por estos lados y ella podría enseñarme lo que ha cambiado y lo que no.

¡Será caradura!

—Oh sí, vayan — gracias mamá, pensé— acompaña a tu primo Adela.

No pude negarme. Después de todo, ¿de qué me serviría retrasar lo inevitable?

—Vamos — le dije seca.

Salimos caminando en silencio rumbo al campo. Él con sus manos en los bolsillos de ese jean que le quedaba condenadamente bien y yo sacudiendo mis brazos adelante y atrás, gesto que heredé de mi padre y lo hacía cuando estaba muy nerviosa. Era como que hacerlo me liberaba de las energías negativas y el estrés de mi cuerpo.

—¡Si sigues haciendo eso saldrás volando mi estrella! —dijo de repente, riendo.

Lo miré sorprendida. ¿Es serio lo había dicho?

—¿Qué....? ¿Qué has dicho?

—Que saldrás volando.

—Lo otro.