Nat's pov:
Golpeteé mis dedos en la mesa repetidas veces. Sara golpeaba de vez en cuando su palma en el asiento, Lily se comía las uñas y Jade movía su pierna de un lado al otro.
-Digame señorita Thompson ¿en dónde fue la última vez que vio sus lentes?
-No se me perdieron realmente, estaba llendo a pagar unas papas y tropecé, caí de cara y los lentes se me cayeron. Cuando me di cuenta, no veía nada. Una chica se ofreció a ayudarme y me trajo en auto. Ya me sabía el camino de memoria así que no fue un problema caminar hasta la habitación de las chicas haciendo un extraño ritual. Ahora no distingo nada y me niego a usar lentes de contacto- se cruzó de brazos y se recostó en el respaldo de la silla.
-Lamento decirle que si no las usa no verá absolutamente nada.
-Me niego- negó con la cabeza repetidas veces.
-De acuerdo, en ese caso llamaré a sus padres...
-¡NO! ¡Esta bien, esta bien! Usaré los malditos lentes de contacto.
La directora sonrió y nos dio pase para que salgamos de la oficina y nos vayamos a nuestras respectivas habitaciones.
Cargamos a Lily para que no se cayera. Sara tomo sus brazos, Alex su espalda, Jade sus piernas y yo guiaba el camino. Yo tengo el trabajo difícil siempre.
-¡Sara! No me estires tanto los brazos ¿quien te crees que soy? ¿Elastigirl?- rodé los ojos y abrí la puerta de la habitación.
Toda, al entrar, tiraron a Lily al suelo haciendo que esta pegué un grito y rebote en el suelo por unos segundos.
Alex, Jade y Sara se tiraron en sus camas frustradas mientras que Lily se acorraló en un lugar haciéndose un ovillo.
-¿Por qué no quieres que llamen a tus padres?
-¿Bromeas? Tienen trabajo y no quiero que se preocupen por mí. Perder mis lentes, que costaron más que un viaje a Florida, y llamar a mis padres...sería como si me expulsarán y decírselos. De ninguna manera.
Eso último hizo que mi piel se erizara.
Nadie a pesar de nosotras sabe por que estamos aquí, que en verdad no nos invitaron y no vimos ningún comercial. Si no que nos expulsaron de nuestra anterior escuela con un registro completamente manchado de bromas de mal gusto.
Miré incomoda a Jade, esta me miró diciéndome: nadie lo sabe, tranquila.
Trague saliva y me acomode en la cama.
-Quizá haya algo que tus padres puedan hacer por ti, no pueden esconderselo así, tienen derecho a saberlo. Los padres deben saberlo todo- apuntó Sara.
Volví a tragar saliva.
-Además, algún día se enteraran. Las mentiras no son para siempre.
-¿Podríamos dejar de hablar como si esto fuera un crimen?-preguntó Jade.
Todas rodaron los ojos y se dispusieron a hablar de cualquier otra cosa.
-Oye, ¿sabes que te podría servir? -Lily me miró atentamente-. L.- ¿L? -dijeron todas al unísono.
-L de lentes de contacto.
(...)
-¡Me molestan! ¡No me gustan!
-Te los tendrás que dejar Thompson.
Abrí mi boca al ver a Lily sin lentes, salir del baño con Sara detrás.
-¿Quien rayos eres tu?- pregunté.
-Soy yo, Lily. Les agradecería si me dejaran de mirar como si tuviera tres cabezas, muchas gracias.
Todas nos reímos.
15 minutos después estábamos en una especie de tienda para comida rápida. La comida de la cafetería aun no era pasable para ninguna de nosotras.
-Y, Nat -miré a Jade-. ¿Quieres jugar?
No, no quiero.
Abrí mis ojos como platos y negué.
-No, gracias, paso -puse mi mano al frente.
-Pero, ¿porque?
-¿Porque? La ultima vez que me has dicho eso termine con mi nariz fracturada -Jade comenzó a reír.
-Esa fue una situación muy graciosa -dijo-. Sucedió así...
Rodé los ojos y dejé de prestar atención. Ese no había sido un buen día. Teníamos 10 años, cuando a Jade se le ocurrió la magnífica idea de ir a jugar a un parque que tenía cosas para hacer ejercicio. Jade se había subido a una silla que subía y bajaba, mientras yo jugaba a el equilibrio en un tronco de un árbol cortado por ahí cerca. Ella dijo la famosa palabra:"¿Nat, quieres jugar" y empezó a mover el tronco de un lado a otro, a mi no me dio tiempo para salir ya que me había caído de cara al suelo. Por suerte me sostuve con mis brazos, pero me gané tres raspaduras en las rodillas y una nariz rota. No fue grave y me recupere en dos meses, pero había dolido.
Jugué con el agua e hice burbujas en mi boca, subiendo mi cabeza.
-Oye, eso es asqueroso.
Jade tomo mis mejillas, me aparte pero ella volvió a tomar mis mejillas. Quería molestarme, pero no iba a lograrlo. Deje que tome mis mejillas, a los dos segundos las apretó y el contenido salio disparado justo en su cara. Reí a carcajadas, tanto que creí que me mearía.
La cara de Jade era épica. Tenía sus labios abiertos y sus ojos estaban cerrados. Pude oír como contaba hasta diez una y otra vez, mientras las demás reían.
Finalmente, luego de dos minutos, abrió sus ojos y me fulminó con la miraba. Cuidadosamente fui sacando un poco de dinero y depositarlo en la mesa. Lily, que estaba al lado mio, se corrió lentamente para que yo pudiera salir y salvarme de ser atacada por una fiera.
-Considerate, muerta -corrí hacia la entrada de la cafetería y salí por ella, mientras Jade me perseguía.
No fue mi culpa, pero de todos modos...
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Caeras
HumorDespués de ser expulsadas de su anterior secundaria por una de sus tantas bromas, Natalie Coleman y Jade Brooks van a la ciudad de Londres para empezar una nueva vida, nuevos estudios y... nuevas bromas. Ellas se encargaran de poner el Instituto Pit...