Jade's pov
-¡Señorita Brooks! -después de ese ensordecedor grito sentí como me movían freneticamente y me golpeaban al mismo tiempo. Al principio sólo era un pacífico sueño, pero al sentir como mi estómago era aplastado fuertemente, lo habían arruinado, ¡habían arruinado mi maldito sueño!. Entonces desperté
-¡Ya, ya! ¡Desperte, ya desperté! ¡No soy un maldito juguete! -grité alterada levantándome.
La secretaria de la directora estaba frente a mi, acomodándose su perfecto e impecable traje para trabajar. Llevaba una bolsa negra en sus axilas y miraba su celular de vez en cuando. Segundos después desvío su mirada y me vio fijamente.
-Señorita Brooks, su castigo la esta esperando, tiene dos minutos -fruncí él ceño.
¿Qué...? Miré él reloj que se encontraba en mi mesita de luz. Casi me atraganto con mi propia saliva al ver que era sábado a las 06:27 a.m. Mis ojos se abrieron como platos.
-Pero...pero, aún faltan dos horas para el desayuno -me mordí el labio-. Y...
-Nada -me cortó-. Él castigo es para que aprendas , así que enfrentalo.
Suspiré profundamente y me levanté de la cama. La secretaria se movió un poco para dejarme pasar, y mandé señales a todo mi cuerpo para que se moviera. Suspiré con cansancio al dar el primer paso, el piso estaba frío así que chillé ante la atenta mirada de la secretaria. Respire profundo por segunda vez y busqué algo de ropa en mi armario. Cuando estaba por entrar al baño a cambiarme con la ropa que había elegido, ya que la secretaria parecía no querer moverse de ahí, me llamó.
-Oh, lo olvidaba -río un poco y no pude evitar hacer una cara de disgusto, que no noto-. Debes ponerte esto.
Me tendió la bolsa negra que traía en sus axilas. La miré perpleja. No quería agarrar esa bolsa. La miré a los ojos, no podía creer como a las seis de la mañana ella estaba como si hubiera despertado hace horas, sin ningún rastro de ojeras en debajo de sus ojos, ella endureció su mirada mandándome un mensaje claro de que debía ponérmelo. Finalmente lo tomé con dos de mis dedos y entre al baño.
(...)
-Tus horarios serán estos.
La secretaria me tendió una hoja, que no se de donde saco, y volvió la vista a su celular.
-Esta bien.
-Trabajarás los días sábados y domingos, de 06:30 a.m a 10:00 a.m. Tienes que ser puntual y responsable.
Mientras caminábamos por los largos pasillos del instituto, yo lo único que me preguntaba era...¿Cómo podía caminar con esas torres en sus pies sin tropezarse?
-De acuerdo -respondí indiferente.
-No quiero quejas sobre nada. Si necesitas consultar algo puedes hacerlo con las ayudantes o la cocinera. Trabajarás con un empleada con experiencia desde hace dos años, es bastante tranquila, no te preocupes. Cualquier cosa que comas en la cocina sin supervision sera reportado y se te pondrá una semana más de castigo -resoplé-. Y todos los días durante las tardes pasarás para limpiar las mesas sucias.
¡Alto! ¡Paren el mundo! No sólo me mandan a una cocina lo suficientemente catastrófica como para poder vomitar la comida del año anterior, sino que también debía limpiar mesas. ¿Y luego qué? ¿Me contratarían de mesera?
Definitivamente odio a Nat. Y a mí, por no romperle su nariz mientras tenía su cara a unos centímetros de distancia.
Apreté mi mandíbula lo suficientemente fuerte como para escuchar mis dientes rechinar. Al parecer, la secretaria se dio cuenta de eso, ya que articuló un 'Adiós, y suerte' bastante seco y se fue contorneando sus operadas y plásticas caderas.
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Caeras
HumorDespués de ser expulsadas de su anterior secundaria por una de sus tantas bromas, Natalie Coleman y Jade Brooks van a la ciudad de Londres para empezar una nueva vida, nuevos estudios y... nuevas bromas. Ellas se encargaran de poner el Instituto Pit...