El despertar.

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Abrió los ojos para encontrarse a si mismo.
Desde el techo de la habitación podía apreciar el gran espejo que la noche anterior había sido testigo y cómplice de todo lo que aconteció.

"Una fiesta, una chica, un cuarto de hotel"

A medida que pasaban los minutos y el dolor de cabeza iba amainando, los recuerdos borrosos fueron mostrándose en su mente como estrellas fugaces.

—¿Qué mierda? —Dijo en medio de un bostezo—¿Dónde carajo estoy?
Las ventanas estaban tapadas por enormes cortinas, sin embargo, podían apreciarse unos cuantos rayos de luz que iluminaban un poco la habitación, era gris y fría, como un recuerdo acromático.

Se sentó al borde de la cama y tomó el vaso de agua que se había servido la noche anterior y había puesto a un lado. El silencio era total, ni siquiera podía escuchar un susurro de autos al otro lado de la ventana, sin embargo, no le importó.

«Debe ser aún muy temprano...»

Se levantó intentando no perder el equilibrio y caminó a tientas hasta el baño. La habitación era pequeña, sólo contaba con una cama grande, un televisor bastante precario y viejo, y un baño en el cual hubiese preferido no tener que entrar más de dos veces.
Librándose de su estupor, Tim se inquietó un poco al darse cuenta de que no tenía idea de dónde estaba.
Se echó agua fría en la cara en el lavabo del baño, tenía el pelo negro enmarañado y unas ojeras de insomne que contrastaban con su piel blanca.

Al salir del baño caminó hacía la puerta que debía de dar al pasillo, sin embargo, un sonido agudo y melodioso lo sobresalto.
«Mi celular» Pensó.
Camino hasta la cama. El sonido provenía desde abajo de la almohada, la levantó y ahí estaba; la pantalla encendida pero ya sin proferir sonido alguno, estaba su móvil.
Dos mensajes nuevos de un número desconocido. Leyó el primero en voz baja y las palabras lo desorientaron.
"Te veo en el lobby, Timothy."

Al parecer su memoria no fallaba, había ido a aquel lugar en compañía de alguien, y al parecer ahora esa persona lo estaba esperando.

Se dispuso a leer el segundo mensaje; comenzó leyéndolo en voz baja, pero al ir descifrando lo que decía, su voz se apagó y sólo quedó el repiqueteo de las palabras que leyó.
"Todos van a morir esta noche, pequeño Tim."


Destino inexorable.Where stories live. Discover now