En llamas.

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Llevaban ya bastante rato caminando cuando se dieron cuenta de lo cansado que estaban. El túnel era largo y húmedo, sin embargo, una soledad total imperaba en él; no habían locos, verdugos ni doctores que quisieran jugar con ellos, eso le daba a Derek un respiro, no se encontraba en condiciones de seguir corriendo.

—¿Estás seguro de que ya no nos siguen? —Preguntó Franklin con calma tremulosa.
—Estoy seguro de que no podrán pasar la puerta, tiene un sello herméticamente, pero no sé qué podamos encontrar más adelante, de todas formas éste maldito tunel sólo va en una dirección, así que sólo nos queda seguir —Respondió Derek.

Seguir... estoy muy seguro que incluso lejos del hotel no estaremos seguros...》

—Bien dicho... —Empezó Franklin en un tono bajo, tragó saliva y prosiguió— Dime, ¿Qué te trae a éste maravilloso lugar?
—¿A qué te refieres?
—Sabes a qué me refiero. Dilo sin miedo, es más... si quieres comienzo yo —Decía mientras se reía.
—Uhmmm...
—Antes de perder mi vida, trabajaba como fotógrafo de un diario, aparte de eso era una especie de... ¿Detective? Me pagaban por perseguir gente y tomar fotos in fraganti en situaciones comprometedoras. Buena sorpresa me llevé cuando en una de mis clientes fue mi propia hermana. Estaba muy segura de que su esposo le era infiel. Yo me llevé la sorpresa después, cuando descubrí que, en efecto, lo era, era infiel con mi esposa —Concluyó Franklin.

Derek trataba de mostrarse indiferente, pero la curiosidad empezaba a carcomerlo, sin contar que la conversación despreocupada lo calmaba un poco.

—¿Entonces? —Dijo Derek ladeando la cabeza mientras caminaba para ver a Franklin.
—Entonces los perseguí hasta un hotel tan feo como éste, entré a la habitación donde estaban y a patadas y le destrocé la cara al maldita, aunque quizás se me pasó un poco la mano y lo maté...
—Eres todo un romántico...
—Lo curioso del caso es que Sharon corrió hasta el lobby para pedir ayuda, cuando volvió el tipo estaba más que muerto, sin embargo, yo lo seguía golpeando.

《Otra vez me toca caminar con un demente...》

—Bueno, te toca, De...
—Derek...
—Sí, entonces... ¿Qué te trae por aquí?

Un olor a sal empezaba a impregnar el aire. Unas nausas incontrolables empezaban a hacerse notar poco a poco, sin embargo, no se detuvo.

Yo conozco a la gente detrás de todo esto... de forma indirecta... —Comenzó.
—¿De qué hablas?
—Solía tener un trabajo... nada agradable, pero era secreto, pagaban bien y no hacían muchas preguntas... Mi trabajo era buscar gente como Tim, Amanda y tú, gente que se dejaran llevar por sus emociones, gente sin escrúpulos, con sólo una características en particular...
—Todos con números rojos... —Concluyó Franklin.
—No sólo eso, debían mostrar fuertes secuelas de sus actos, alguna especie de trastorno surgido a base del hecho. No te recuerdo a ti ni a Amanda, pues no era el único en mi función, pero sí a Todd. Lo recordé cuando era ya muy tarde.
—¿Cuál es su historia?
—Tipo aparentemente bien, sin embargo, problemas con el alcoholismo. Estaba esperando un bebé de una tal Nora, sin embargo, en un arranque de locura, y al parecer, sugestionado por su amante, mató a su esposa hace varios años cuando aún éste hotel era turístico; cinco puñaladas en el abdomen. Luego de eso fue diagnosticado con un trastorno disociativo o algo así...
—Es todo un rayo de sol...
—O era...

Ambos guardaron silencio por unos segundos.

—Pero, ¿A quién mataste tú? —Preguntó Franklin.

¡Boom!

Un estallido se escuchó detrás de ellos, el suelo se sacudió de tal forma que ambos cayeron al suelo.

—¡¿Qué mierda fue eso?! —Dijo Franklin.

Unas grietas enormes se dibujaron en el suelo y todo empezaba a temblar.

—Tenemos que correr...

Ambos se levantaron de prisa y corrieron a la mayor velocidad posible por el túnel.

¡Boom!

El techo empezaba a gotear de forma lenta pero constante y poco a poco iba volviéndose un raudal. El camino comenzaba a mostrarse inclinado y Derek sentía que cada paso era unas mil puñaladas por todo el cuerpo.

《El techo se desplomó más atrás...》

—¡Corre! —Decía Franklin detrás de él.

Las pisadas ya empezaban a levantar agua cuando vieron a un kilómetro adelante una especie de callejón sin salida, Derek se preocupo al no ver salida, sin embargo, al afinar la vista, divisó una escalera al final casi sumida en la oscuridad. Corrieron hasta la escalera y Derek fue el primero en empezar a subir, era un tunel largo y no se veía luz, sin embargo, era la única salida aparente. Franklin volteó y vio como el techo claudicaba un kilómetro más allá, justo donde se encontraban hace unos momentos. Una ola entrante dejo el nivel del agua casi por su cintura. No espero más y empezó a subir.

Fue una larga subida de no menos de 10 minutos, Derek sentía que el terror empezaba a apoderarse de él en ese estrecho tunel, sin embargo a cada tanto le gritaba algo a Franklin y éste le respondía, de esta forma se tranquilizaba.

—Estoy seguro que morirse es mucho más sencillo...

Por fin la escalera se terminó y pudieron sentir una fría brisa nocturna en sus rostros. Había dejado de llover. El rumor del mar podía escucharse un poco más allá y la humedad se sentía más natural. Derek miró hacía el sur de su posición siguiendo la primera luz que encontró. A lo lejos podía ver un fuego enorme y creciente en medio de la total oscuridad.

—Es... el hotel...
—Dios... —Dijo Franklin en un suspiro.

Otra explosión se escuchó a lo lejos, sin embargo, ya estaban en una posición segura.

—No queda nada de ese lugar... —Empezó Franklin— Ya salimos... pero me siento más perdido que en el hotel.

Derek miro en todas las direcciones; era verdad, no tenía idea de dónde estaba. Aparte del sonido del mar y de la luz proveniente del fuego y las explosiones hotel, no tenía idea de qué hacer ni a dónde ir.

—¿Alguna idea? —Preguntó Derek mirando al cielo oscuro.
—Pues... caminar... larguémonos de éste maldito lugar, sea como sea.

Destino inexorable.Where stories live. Discover now