¿Dónde estoy?

150 22 8
                                    

Sintió como un sutil temblor se apoderaba de sus piernas. Miró alrededor de la habitación como buscando a alguien oculto que le dijera que todo era una broma, pero no encontró a nadie. Miró su celular una vez más, le quedaban 39% de batería y no había señal.

Mejor me doy prisa y salgo de aquí.

Abrió la puerta de la habitación para encontrarse un pasillo casi en penumbra; una oscuridad casi total se podía apreciar desde cualquier, angulo. Al asomar su cabeza apenas pudo distinguir un gran pasillo que se extendía en dos direcciones desde donde se encontraba y al final de cada uno una luz grisácea entraba desde unas pequeñas ventanas cuadradas de unas puertas.

Muy poca luz —Pensó.

Dejó la puerta abierta y se devolvió hacia la ventana en la habitación, la corrió y dejó que la luz del exterior entrara y tocara cada rincón del pequeño cuarto. Afuera se veía un pequeño estacionamiento que daba a lo que pensaba que sería el lobby, y más allá el paisaje se perdía en lontananza entre una carretera que parecía infinita y un montón de montañas, el cielo estaba gris y parecía que empezaría a llover en cualquier momento. Divisó dos carros estacionados en la parte inferior del lugar, debía de encontrarse en un tercer piso más o menos.

La poca luz no servía de mucho, pero con la puerta abierta ayudaba a iluminar un poco el pasillo. Caminó de vuelta a la puerta y salió sacudiéndose el miedo y tratando de olvidar el mensaje. Había un olor a moho y a humedad que lo hicieron pensar en que el lugar en donde estaba se encontraba abandonado. No alcanzó a ver ningún ascensor, así que fue a paso apresurado hasta el extremo izquierdo del pasillo desde su habitación y se dio cuenta de que su intuición funcionaba, la puerta daba a unas escaleras al aire libre que sólo descendían. Estaba en el último piso.

Ya cuando estaba en planta baja, fue que se dio cuenta de la magnitud del espacio que lo rodeaba, el terreno a la intemperie era grande y se perdía a lo lejos. El 'hotel' donde estaba contaba con varios bloques regados. Una ligera bruma cubría el ambiente y lo único que se alcanzaba a ver en lontananza era una carretera infinita y unas montañas a lo lejos.

—El lobby...

Cuando empezaba a caminar, cayó en cuenta del silencio abrumador que lo rodeaba, no había señales de ser viviente, sin embargo, tenía fe en que cuando entrara en el hotel de nuevo, encontraría gente adentro, quizás descansando, comiendo o...

—O preguntándose dónde mierda están, como yo....

Caminó un poco cuando un sonido rompió el silencio y le hizo activar sus sentidos. Una puerta cerrándose lo sorprendió y dirigió la mirada hacía el lugar desde donde provenía, las escaleras, acto seguido, unas pisadas (¿Tacones?) apresuradas que bajaban lo hicieron voltear por completo en cuerpo y quedó mirando en dirección hacía dónde creía que se encontraba la mujer de los tacones; sus ojos fueron bajando a medida que escuchaba el sonido más y más cerca.

Tock, tock, tock, tock.

El sonido discorde fue avivando en él un miedo extraño.

Tock, tock, tock, tock.

«Vienen del último piso»

Tock, tock, TOCK, TOCK.

Una ráfaga de adrenalina se disparó en su cuerpo cuando ya podía sentir las pisadas encima. Miró en dirección hacia el pasillo por el cual había bajado y un instinto lo hizo cerrar el puño, como preparándose para lo que viniera.
Cuando estaba a punto de decir una palabra, un frío helado sacudió su espalda y una mano en su hombro lo hizo palidecer del miedo.



Destino inexorable.Where stories live. Discover now