-Eres listo -dijo el gran señor Ma'lash-. Los sirvientes listos me irritan. Siento ganas de matarte ahora mismo. Amon ni siquiera pestañearía.
Alarak permaneció de rodillas sin decir nada. No habría más ceremonia que esta, pues no había necesidad ninguna. Todos los tal'darim sabían cómo había terminado el desafío de Nuroka: Ma'lash se había impuesto, y su aliado, Alarak, había inclinado la balanza a su favor y ascendido tres escalones en la cadena sagrada.
«Las amenazas del Gran Señor no significan nada», pensó Alarak. Muchos ascendientes habían muerto ese día, demasiados como para perder a otro. Y ningún ejército, ni siquiera el de los tal'darim, podía funcionar sin subordinados capacitados que cumplieran órdenes.
Ma'lash continuó-: Dime, primer ascendiente. ¿Deseas gobernar un día? ¿Deseas ser el Gran Señor?
-No.
Era evidente que Ma'lash no le creía. -¿Tu único sueño es servirnos a mí y a Amon? Eso me tranquiliza.
-En el día de la ascensión, todos nos alzaremos por encima de nuestros maestros, Gran Señor -dijo Alarak.
-Entonces, ¿Nuroka no hizo que tu fe vacilara?
-¿Cómo podría? -dijo Alarak sin alterarse.
-Todo cuanto dijo era mentira, por supuesto -dijo Ma'lash.
-Por supuesto.
Al Gran Señor no le gustaba su tono. -Escúchame bien, Alarak. Pude sentir la magnitud de tu poder en los Pozos de la Ascensión. Sé lo fuerte que eres-. El Gran Señor estiró la mano y la cerró sobre la cara de Alarak, agarrando sus pómulos con fuerza. Luego lo levantó con brusquedad y lo sostuvo en alto como había hecho con Nuroka en el pozo. Alarak no opuso resistencia. Las palabras de Ma'lash brotaron con la fuerza de una lluvia de meteoritos. -Desafíame y te aplastaré. Desafíame y me suplicarás una muerte tan rápida como la de Nuroka. ¿Me has comprendido?
-Sí.
-Bien. -Ma'lash soltó a Alarak y sus botas golpearon el suelo-. Recibirás la recompensa que mereces el día de la ascensión. Tus nuevos deberes comienzan mañana. No serán agradables.
-Comprendo, maestro -dijo Alarak.
Y de repente, Ma'lash había desaparecido. Alarak aún podía sentir la mano del Gran Señor apretando su cráneo.
«Ahora que he sentido su poder, sé exactamente lo que debo hacer», pensó.
«Servir... prepararme...
»... y buscar a los campeones adecuados...».
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Camistark
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StarCraft 2: Legacy of the Void
Fanfiction5 Relatos cortos que narran el lore de StarCraft 2 para introducirnos a Legacy of the Void