Pasó la noche, y el terrazine comenzó a disiparse con los primeros rayos de sol que surcaron el horizonte. Había llegado la hora. Miles de tal'darim se habían reunido al borde de los Pozos de la Ascensión y permanecían en silencio. Esperando.
El terreno ocupaba una enorme extensión, lo bastante grande como para albergar una flota de portanaves. En cada extremo se abría un enorme y profundo pozo que se hundía en el abismo y que servía de lugar de descanso final para los vencidos. Aquellos que cayeran en el Rak'Shir no dejarían de hacerlo hasta que llegaran al centro fundido del mismísimo planeta, un viaje que parecería durar una eternidad.
Alarak llegó poco antes del amanecer. El gran señor Ma'lash levitaba un palmo sobre el suelo cerca del pozo oriental mientras acumulaba poder, su rostro oculto bajo la puntiaguda máscara de acero mientras la energía roja chisporroteaba a su alrededor. El primer ascendiente Nuroka estaba sentado cerca del pozo occidental. Seguía sin llevar armadura, tan solo su túnica ensangrentada. Un detalle que era motivo de discusión entre los espectadores.
Ni siquiera Ma'lash pudo resistirse a comentarlo.
-Una lástima. Esperaba ser el primero en derramar su sangre. -Se aseguró de que todo el público pudiera oír sus palabras-. Pero, al menos, en eso de verlo sangrar el primer ascendiente y yo estamos de acuerdo.
Entre los pozos se encontraban los únicos tal'darim que superaban en rango a Alarak: la segunda ascendiente Guraj y el tercer ascendiente Zenish. Ambos miraban a Alarak. Sin duda se habían enterado de que Nuroka lo había convocado la noche anterior, y se preguntaban a qué clase de acuerdo habrían llegado.
Alarak evitó sus miradas. Se dirigió hacia los espectadores, con cuidado de mantenerse lejos de los Pozos de la Ascensión. Divisó a la quinta ascendiente Ji'nara y se colocó junto a ella, no sin causarle cierta sorpresa. -¿Listo para disfrutar del espectáculo? -preguntó Ji'nara de forma mordaz. Alarak no respondió.
-«Alarak». -Era Nuroka. No miraba a Alarak, pero le seguía hablando en privado. Nadie sabría que hablándose comunicaban-. «¿Qué estás haciendo?».
Alarak no dijo nada.
-«Cuarto ascendiente, eso era una orden. Respóndeme».
Alarak seguía sin decir nada. Amanecería en pocos minutos, y él seguía fuera de la arena. Guraj y Zenish empezaron a sospechar que Alarak no participaría en este Rak'Shir, y quedaron estupefactos ante la idea de queel gran oportunista Alarak fuera a dejar caer su suerte en manos de otros.
La mente de Nuroka le hizo llegar una amenaza. -«Te advertí de lo que ocurriría si me traicionabas» -dijo furioso.
Alarak respondió por fin-: «No te prometí nada, y no he traicionado a nadie: no he hablado con Guraj, ni con Zanish, ni con el Gran Señor».
-«Declárame tu lealtad, Alarak. Ahora».
En respuesta, Alarak se sentó. Nuroka no pudo reprimir su ira.
-«¿Vas a aliarte con Amon? Él nos traicionó. Quiere vernos a todos muertos. ¿De verdad eres tan necio?».
-«No soy ningún necio»- dijo Alarak mientras se concentraba en Guraj y en Zenish-. «Saben que hablaste conmigo y que no lo hiciste con ninguno de ellos. Así que se habrán aliado en tu contra. No puedo derrotarlos a los dos, primer ascendiente».
-«Así que ahora no tengo ningún aliado».
-«¿No?» -preguntó Alarak.
Guraj y Zenish estaban midiéndose el uno al otro. Las manos de Zenish se crisparon en un puño. Las piernas de Guraj adoptaron una pose de combate. Los dos luchadores se apartaron lentamente.
ESTÁS LEYENDO
StarCraft 2: Legacy of the Void
Fiksi Penggemar5 Relatos cortos que narran el lore de StarCraft 2 para introducirnos a Legacy of the Void